¿Claves para que una pareja dure y dure? Ayer los periódicos se llenaban con artículos sobre el amor romántico, las relaciones y las citas. Me llamó la atención un hombre y una mujer que llevan 75 años casados (¿a quién no?). Eso leo en un periódico, le doy al vídeo en el que los entrevistan y… no hace falta escuchar lo que dicen sino observar cómo se comportan. ¡Y es que su comportamiento no verbal es digno de una clase magistral!
Os dejo las 4 claves no verbales que más saltan a la vista y que son fáciles de incorporar desde ya:
⇒ mínima distancia. Están sentados en un sofá de 3 plazas, pero ellos se han situado juntos ocupando 2 de ellas, pierna con pierna;
⇒ se miran constantemente. Aunque estén hablando con la entrevistadora, de vez en cuando vuelven la cabeza para mirar al otro;
⇒ postura hacia el otro. Ya sea acompañando una mirada, al gastar una broma o para ajustarse el audífono, su postura se orienta hacia el otro con facilidad;
⇒ contacto. Esto es consecuencia de lo anterior: si se sientan tan juntos y se van orientando el uno hacia el otro, es normal que en algún momento haya contacto: entre sus brazos, piernas, manos o, como sucede al final, en un beso 🙂
Aquí puede plantearse la cuestión de qué viene antes, si el huevo o la gallina. En este caso concreto el lenguaje no verbal de ambos miembros de la pareja es espontáneo y reflejaría la buena sintonía que hay entre ambos. Es decir, el buen entendimiento entre ellos propicia que de forma natural se sienten juntos, se miren y al conversar se orienten el uno hacia el otro.
¿Se puede hacer al revés, a través de nuestro lenguaje no verbal propiciar el buen entendimiento? La respuesta es sí. Ya se ha demostrado que si empleamos unas posturas u otras, unas expresiones faciales u otras, esto afecta a cómo nos sentimos (influye en la respuesta de nuestro sistema endocrino) y afecta a cómo nos perciben los demás.
Si te sientas cerca, lo tendrás más fácil para hacer carantoñas y recibirlas. Si das a caricias a diario, quizá la otra persona te sienta más cercana y se abra a contarte alguna preocupación que trae en su fuero interno. Si le miras más, probablemente seas más capaz de percibir con mayor precisión sus expresiones faciales y estados de ánimo (está más triste, más ilusionad@, cansad@…) y eso redunde en general en un mejor entendimiento. Ojo: nunca me cansaré de decir que tener estas claves no debe servir para manipular sino para fomentar de forma honesta una mayor cercanía y comprensión.
Estos días os propongo que os analicéis en casa. ¿Dónde os sentáis cuando estáis relajados en casa? Estáis los 2 en la misma habitación, en el mismo sofá? ¿En extremos opuestos? ¿Hay contacto físico de algún tipo, o solo lo hay en las noches de pasión? ¿Os miráis al hablar u os habláis mirando los smartphones?
Y un último consejo: si os detenéis a hacer un análisis no verbal de vuestra pareja, quizá caigáis en pensar que es el otro el que no hace nada de lo que hacen estos ancianos: ni os mira, ni se sienta cerca, ni os toca… No vale tener este pensamiento y echarle las culpas. Igual los 2 estabais en el mismo punto; al fin y al cabo, todos andamos con prisas, mil cosas que requieren nuestra atención, etc. Nada de pensamientos negativos.
Propuesta: más que analizar, nos ponemos a actuar. Como dice Víctor Küppers, «¿qué puedo hacer yo para…?» Pues en este caso, aquí tenemos 4 claves de comportamiento no verbal para propiciar el buen entendimiento con tu pareja. Ya verás como poco a poco para ti se vuelve un hábito y como el otro miembro de la pareja se deja contagiar 🙂
Para ver el vídeo, de 2 min, pincha aquí
En fin, ¡a ver qué tal nos va con estos consejos tan sencillos pero a veces no tan fáciles de tener presentes en casa!
¡Un cordial saludo a todos!
Ana