¿Cómo comunica Kamala Harris?

¿Puede ganar Kamala Harris a Donald Trump? Esta es la gran pregunta tanto para demócratas como, sobre todo, para republicanos, que tenían en Biden un débil rival. Sin embargo, Kamala (Kámala, como se pronuncia) tiene bazas potentes como: ser mujer, de etnicidad múltiple y con un carisma más que suficiente. Despierta simpatías al igual que antipatías. Es la perfecta némesis de Trump.

¿Qué fortalezas y debilidades tiene Harris como política para suponer una rival a la par que Trump? Tienen aspectos en común, por lo que la rivalidad total está servida. Analizamos su comunicación no verbal y verbal, y la ponemos en relación con el contexto de EE.UU.

¿QUIÉN ES KAMALA HARRIS?

PROCEDENCIA ÉTNICA

Es muy posible que no conozcamos, ni nos parezcan relevantes, detalles como la procedencia étnica de Kamala Harris. Sin embargo en EE.UU. el color de la piel es un factor de peso en la política actual, que ayuda a decantar la balanza así como se hace presente en la comunicación con su público.

Hija de inmigrantes de 1ª generación. El padre, de Jamaica y ascendencia africana y la madre, de India de la etnia tamil (sur de la India). Ambos padres con nivel académico de Phd (doctorado) y profesores en universidades de élite, como Standford.

ESTUDIOS

Kamala Harris vivió de niña en California, en un barrio de afroamericanos; allí acudía a la Afro American Church donde cantaba en el coro junto a su hermana. Residió también en otros estados centrales de EE.UU., más tarde en Canadá (colegio de habla francesa) y luego otra vez California.

Estudió derecho en la Howard University, una universidad privada en Washington considerada el Harvard de los estudiantes negros, y después en la Universidad de California. En sus discursos, lo relacionado con las vidas de las personas negras tiene una presencia constante.

LA PRIMERA EN SUS LOGROS PROFESIONALES

En cada uno de los puestos laborales que ha tenido, Kamala ha sido la «primera en»: primera mujer fiscal de distrito en San Francisco, primera mujer fiscal general de California, primera senadora negra por California, primera vicepresidenta de EE.UU. Un palmarés que probablemente facilite ser percibida como una líder competente. Y aunque sus detractores dicen que lo consiguió de manera cuestionable, de cara a la política no importa. Lo que cuenta es que lo consiguió.

En España aspectos como la etnia y otras características individuales no se ponen sobre la mesa a la hora de sumar en el currículum laboral, pero en EE.UU. es diferente. Con la historia de segregación y racismo que ha definido siempre al país hasta hace pocas décadas, y la multitud histórica de procedencias que hay, los aspectos identitarios cobran mayor relevancia y pueden ser un asset en según qué circunstancias.

COMUNICACIÓN DE KAMALA HARRIS

SUS RASGOS IDENTITARIOS, BAZA COMUNICATIVA

Es precisamente ese conjunto de rasgos identitarios lo que la pueden hacer ganar. Como sabemos en EE.UU. se aplica la (controvertida) discriminación positiva en ciertos entornos para ofrecer las mismas oportunidades a las personas de colectivos minoritarios y vulnerables.

Por ejemplo, ante dos opositoras a juez, una blanca y una negra, la negra tendría de partida puntos extra. Kamala Harris fue una gran defensora precisamente de la aplicación de este tipo de medidas en los centros educativos californianos.

Y esta mentalidad ha arraigado ya en muchos estadounidenses: por ser mujer, afroamericana e india puntúa positivamente en la percepción y simpatía colectivas. Algo que forma parte del temor de los seguidores de Trump.

¿DE QUÉ HABLA KAMALA HARRIS?

En conjunto, si analizamos tanto el contenido verbal como la comunicación no verbal, Kamala Harris tiene bastantes tablas como oradora para la política actual, de poco calado; se desenvuelve bien.

Si nos centramos en el contenido verbal, en lo que elige decir, suele ser poco contenido, ligero, y repartido en estos bloques:

  • Anécdotas de su etapa como fiscal
  • Logros del partido demócrata
  • Una visión general de EE.UU.
  • Infusión de miedo en torno a los republicanos
  • Referencias a la comunidad negra: estadísticas, datos…

Sus discursos los escribe Oliver Barthelemew. Y estos días analizando sus discursos me ha sorprendido que ha repetido al menos en 3 ocasiones un fragmento exacto, palabra por palabra. Podemos repetir el mensaje, pero no podemos repetirlo exacto palabra por palabra. Eso habla de las pocas habilidades dialécticas.

¿QUÉ RECURSOS EMPLEA?

  • Apela a la audiencia y se adapta a ella, ya sea en mítines o entrevistas en la televisión, lo que le permite gran conexión con el público.
  • Léxico básico y soñador: libertad, justicia social, oportunidad… que todos pueden entender y estar de acuerdo.
  • Aporta algún dato o estadística, de poco calado pero que refuerza el mensaje.
  • Humor: emplea el humor, ya sea con comentarios o simplemente la expresividad de la cara y un silencio, buscando la complicidad con el público.
  • Emplea con frecuencia el calificativo «extremists» o «extreme» para referirse a los republicanos o sus iniciativas.
  • Lenguaje populista: «estamos en lucha», «no retrocederemos [en derechos]», etc.

COMUNICACIÓN NO VERBAL

IMAGEN PERSONAL

Su rostro no es estereotípicamente femenino, al tener el tercio de nariz largo y una mandíbula fuerte. (Todos los rostros de mujer son femeninos, porque somos mujeres, solo comparo con el estereotipo.) Considero que para la política, y en concreto para medirse con Trump, su rostro le va a ayudar ya que transmite reciedumbre.

Harris tiene una buena imagen personal general. A sus 59 años mantiene una piel tersa y cuidada, así como su melena. Dentadura luminosa y alineada. Todo lo que muestre salud y juventud nos habla al inconsciente de competencia. Comparada con Biden, es una mejora infinita. Y comparada con Trump, sus 20 años menos también lo son.

Disimula su corta estatura, que podría restarle credibilidad (las personas altas suelen tenerlo más fácil para ejercer cargos de responsabilidad), con trajes con pantalón que le ayudan a esconder los tacones altos con los que gana altura. Los blazers con hombreras grandes compensan una cadera rellena y neutralizan su feminidad. Suele llevar colores sobrios, elegantes y anodinos (azul marino, gris, beige…), que no dan para que nadie comente sus estilismos. Tiene aspecto de política al uso, entre ejecutiva y funcionaria de alto rango, que le aportan fiabilidad.

Como buena política de EE.UU. no le faltan las perlas: en su caso, pendientes de tamaño XL de perlas y un collar moderno de perlas que alterna con otro XL dorado. En España tales joyas serían consideradas ultra clásicas y propias de épocas pasadas y clase acomodada, por lo que políticas de derechas e izquierdas las rechazan, aunque ambas las tengan. Sin embargo en EE.UU. son un símbolo del sueño americano de que todos pueden llegar lejos.

GESTICULACIÓN

Gesticula de forma amplia, vistosa, intensa, lo que transmite bastante pasión para ser EE.UU., un país anglosajón que suele ser comedido. Alterna momentos serenos en los que agarra con sus manos el atril y momentos más expresivos en los que se siente más cómoda y hace gestos ilustradores con ambas manos (que van dibujando el mensaje verbal).

Emplea la cabeza para enfatizar momentos álgidos de su mensaje. Hace movimientos de la cabeza típicos de las mujeres negras de EE.UU. En su caso son sutiles, pero ahí están, reafirmando una identidad de la que se siente orgullosa y podemos percibir sin filtros.

MUY EXPRESIVA FACIALMENTE

Es muy expresiva con el rostro. Ya sea para marcar una pausa, para mostrar alegría, para enfatizar la seriedad de un asunto. Su carisma también es esto, ser expresiva, libre y comunicativa con el rostro, aunque como veremos abajo a veces resulta excesivo. Pero otras líderes como Giorgia Meloni son extremadamente expresivas, tanto para los estados positivos como los negativos, y eso precisamente les ha ayudado, al contrario de lo que suele pensarse para las mujeres.

2 ELEMENTOS NO VERBALES DESFAVORABLES

Hay 2 conductas no verbales que considero que pueden mejorarse en su comunicación global, y que son fácilmente perceptibles.

1. VOZ

Cuando eleva el volumen, algo que en los mítines hay que hacer para arengar al votante y además no resultar monótonos, su voz es bastante aguda, lo que resulta estridente y un poco desagradable. Por otro lado, en ocasiones se oye envejecida, restándole fuerza al mensaje y torpedeando la percepción de liderazgo.

De todos modos, en estas semanas desde su candidatura, he notado que está cambiando hacia una impostación más grave. Son muchas las mujeres que han trabajado su voz a más grave para ejercer su liderazgo (cuestiones ancestrales…): Margaret Thatcher, Elizabeth Holmes, la reina Letizia….

2. TRANSICIONES DEMASIADO RÁPIDAS ENTRE SERIEDAD Y JÚBILO

Expresiones faciales de júbilo intenso incoherentes con el momento. En sus intervenciones, alterna entre expresión facial neutra coincidiendo con algún tema profundo, y despliegues faciales intensos de júbilo al saltar de pronto a un comentario irónico o gracioso: ojos muy entrecerrados y boca abierta. El resultado es un conjunto extraño de transiciones expresivas (y de contenido), que resultan en un histrionismo que lastra la seriedad del mensaje. Considero que debería modularlo.

CARISMÁTICA

Kamala Harris es carismática. Sabe moverse entre personas diferentes, con diferente posición. Se la ve segura, desenvuelta, le gusta el terreno que pisa. Y a la vez es cercana, bromista, tiene iniciativa a la hora de dirigir al público. Si quiere se ríe, si quiere pone caras, si quiere aplaude, si quiere amenaza…

Hillary Clinton no era carismática sino aburridísima, y eso en un duelo con alguien como Trump pesaba. Ahora Trump tiene una rival a su altura, y complementaria en muchos aspectos como el género, la cuestión étnica, o el origen. Si hay que elegir, encuentro que Trump es más carismático: más libre, más poderoso. Pero Kamala le pisa los talones y seguro que en estos meses hasta las elecciones desarrollará más su propio estilo.

TRUMP Y KAMALA, ESTILOS SIMILARES

Con sus temáticas limitadas y repetitivas, con su gestación de miedo del otro, y su léxico y analogías hiperbólicas, Kamala Harris es una buena némesis de Donald Trump. Ambos hablan sin decir mucho, y levantan pasión y odios a partes iguales. Con tablas ante el público y con una postura inclinada hacia los extremos, la arena está animada en estas elecciones.