Bolsonaro y Trump, sintonía a primera vista

El encuentro de Bolsonaro y Trump ayer en Washington puede resumirse así: sintonía absoluta. Tanta, que cuesta creer que su lenguaje no verbal fuese realmente espontáneo.

Cuando dos personas están interactuando y tienen interés la una en la otra, se entienden, conectan… esa conexión se puede observar también en su comunicación no verbal: las posturas que adoptan son similares, el paso al andar, los gestos… Se llama sincronía y sucede porque de forma inconsciente ambas personas se imitan el lenguaje no verbal. Por eso, a veces podemos notar desde lejos, en el trabajo o en el bar, cómo dos personas se están entendiendo, aun sin saber de qué están hablando. Son como un espejo.

Esta semana ha estado el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, de visita oficial en EE.UU. Tanto Bolsonaro como Trump coinciden en parte del ideario y están colaborando en la cuestión Venezolana. Tras su reunión, ofrecieron una rueda de prensa en la que quedó patente la buena relación y sintonía que había habido entre ambos.

Los elementos no verbales que muestran su sintonía suceden al final de la rueda de prensa (abajo os dejo enlace al vídeo):

1. AURICULAR. Al dar por acabada la ronda de preguntas, se quitan a la vez el auricular de la interpretación. Inician el movimiento de la mano desde el atril hasta la oreja en el mismo segundo, décima y centésima.

Comunicacion no verbal Bolsonaro Trump

2. SALUDO SIMULTÁNEO. Tras quitarse el auricular y darse un apretón de manos, saludan a la vez antes de irse. Mismo gesto, misma mano, mismo tiempo exacto.

Trump Bolsonaro lenguaje no verbal

3. SE GIRAN A LA VEZ. Al darse la vuelta para irse, inician el giro a la vez y hacia el mismo lado. He de decir que aquí una empieza a pensar si lo habrán ensayado antes.

Trump Bolsonaro sincronia

Aunque con estos elementos sí vemos una gran sintonía, también hay otros que nos pueden hacer pensar que quien tiene más la sartén por el mango es Bolsonaro.

Admiración y reverencia de Trump. Por un lado, Trump manifiesta admirar al presidente brasileño, y esa admiración tiene su correspondencia en su lenguaje no verbal: al darle el turno de palabra a Bolsonaro, le hace una reverencia con la cabeza (respeto), y ese cambio en la postura se mantiene durante ese primer apretón de manos. Trump no yergue la espalda hasta haberle soltado la mano. Sé que es difícil de ver (parece que solo incline la cabeza, pero la espalda se queda ligeramente encorvada un rato), pero en el lenguaje no verbal puede tener estas sutilezas, que son precisamente en las que vale la pena fijarse por las implicaciones que luego supone.

Palma hacia arriba. Se dan la mano 3 veces. En 2, Trump tiende la mano con la palma hacia arriba, tradicionalmente considerado el estilo sumiso (por contraposición al cooperador y el dominante). Si sumiso os parece una palabra fuerte, se le puede llamar también «con ganas de ponerlo fácil».

Bien juntos. Trump y sus apretones de mano son ya un clásico, a veces fuente descarada de tensión para sus interlocutores. Este apretón final no defrauda: Bolsonaro, pasados unos segundos, intenta zafarse pero no hay forma: retira el brazo y Trump no solo no le suelta la mano sino que da un paso hacia él y lo mantiene sujeto un par de segundos más, mientras gasta una broma con la prensa. Sin duda parece querer estrechar lazos con el presidente brasileño.

Bolsonaro Trump apreton

Indicar y ceder el paso. Finalmente, comentar que si bien Trump ha ejercido de anfitrión y director orquesta en general (al marcar los turnos de habla, al iniciar los 3 apretones de manos, etc.), Bolsonaro no pierde ocasión de transmitir poder y dominar: al irse, se queda atrás y es él quien dirige a Trump, primero poniéndole el brazo en la espalda para guiarle, y después cediéndole el paso en la puerta y quedándose él el último.

De hecho Bolsonaro recuerda mucho en su postura y en su manera de andar a Vladimir Putin: ligero balanceo al caminar, postura expansiva con los brazos ligeramente separados del tronco. Según los estudios, este tipo de posturas se deben a un nivel más alto de testosterona, lo que lleva por un lado a asumir riesgo con mayor facilidad, y por otro comunican poder a los demás, que se prestan a ser liderados.

Bolsonaro lidera

¿Qué puede suponer este lenguaje no verbal? Esa sintonía general, y ese discreto dominio de Bolsonaro pueden, con probabilidad, trasladarse del mismo modo a la mesa de negociación a la hora de sellar acuerdos para su alianza.

Un cordial saludo,

Ana

Y aquí el enlace del vídeo. Id al minuto 30’25» para ver la parte de mayor sintonía, que parece coreografiada:

La influencia del entorno en la comunicación no verbal de hombres y mujeres

Más abajo os explico qué me ha llevado a sentarme y escribir este artículo exactamente.

Este Día Internacional de la Mujer 2018 se ha celebrado con mucho más énfasis que otras veces en España, poniendo el foco en actitudes y prejuicios que van contra la mujer, buscando la igualdad entre ambos sexos en el ámbito de la seguridad personal, la equidad salarial y un etcétera largo.

¿Creéis que hay diferencias, o mejor dicho, desigualdades, entre el comportamiento no verbal de mujeres y hombres? La gesticulación, en las posturas, el empleo de la voz, la apariencia, las distancias, la expresión facial… ¿consideráis que es diferente?, ¿creéis que se debe a cuestiones biológicas o culturales?

Aunque tenemos las mismas estructuras cerebrales, se sabe que, en general, hay diferencias en el tamaño y entre las materias gris y blanca entre ambos sexos. Eso podría dar pie a pequeñas diferencias en las habilidades emocionales, por ejemplo. ¿Cuál es la clave entonces para que haya diferencias en la conducta no verbal? Podemos encontrar algunas respuestas, o por lo menos plantearlas, en el entorno en el que nos desenvolvemos. Hoy nos quedamos con algunos ejemplos en los que la conducta no verbal entre hombres y mujeres es diferente debido a cuestiones socioculturales.

POSTURA

Hace pocos años se habló mucho del menspreading, la forma de sentarse de un hombre con las piernas abiertas en un ángulo de unos 60 grados, o con un tobillo sobre la otra rodilla. La discusión se circunscribió al transporte público, ya que hubo quejas de que con esta postura ellos ocupaban demasiado espacio. Hasta hubo anuncios en el metro de Nueva York en el que se pedía que los hombres se sentaran ocupando menos espacio; lógico que el asunto trascendiera más en Inglaterra o EEUU, pues son culturas de poco contacto, y en el caso de NY, en el que el metro suele ir lleno a todas horas.

El asunto está aún «sin resolver»: se consultó en la prensa a neurólogos, traumatólogos… para investigar la procedencia de esa forma de sentarse. Los hombres (muchos de ellos), ¿se sientan así porque se trata de posturas de poder (esas posturas amplias debidas a mayores niveles de testosterona), porque lo han visto hacer siempre? ¿Las mujeres, preferimos sentarnos con las piernas cerradas o cruzadas, o es educacional?

menspreading

Sí hay una relación estudiada y medida entre los niveles de testosterona en sangre y las posturas de poder [pensad en Obama con los pies sobre la mesa y las manos sobre la nuca, o en la postura de los superhéroes, con espalda expandida, piernas abiertas y brazos en jarras], y podemos suponer a priori que los hombres, que biológicamente cuentan con más testosterona, tiendan más a emplear estas posturas.

APARIENCIA

La vestimenta, elemento destacado de la apariencia, es una herramienta básica para la identificación de los sexos en la mayoría de culturas y entornos. Por ejemplo, en entornos más tradicionales en España aún se tiende a emplear el rosa y el azul en la ropa de bebé (aunque poco a poco se deja de lado esta tendencia); seguimos viendo a las auxiliares de vuelo con falda, y mujeres en entornos aún predominados por hombres (gobiernos, órganos directivos) con tendencia a vestir asimilándose a sus colegas masculinos.

Tal vez pensemos a priori que, al menos en occidente, hombres y mujeres pueden escoger libremente su atuendo, ya que podemos llevar ambos tejanos, bambas y camiseta. Sin embargo, ¿cómo reaccionaríamos si nuestra pareja masculina aparece de noche con camisón de encajes? ¿Y ante una mujer dejándose sin depilar el bigote, si lo tiene, y acariciándoselo mientras reflexiona? Solo hay que mirar la gala de los Oscar para ver que en la apariencia nuestra conducta está establecida en la diferencia. Este año la directora de cine Isabel Coixet planteó a varias colegas ir a los Goya en pijama para plasmar la libertad y romper algún molde, y la respuesta fue una rotunda negativa, en favor del vestido y los tacones. Lo mismo sucede con los hombres en occidente y los pantalones.

En otras culturas y entornos encontramos otros ejemplos en los que el atuendo para hombres o mujeres está asimismo diferenciada: los turbantes de los hombres sij, el velo y sus variantes (opcional o no) en los países islámicos, los anillos metálicos en el cuello para las mujeres kayan en Birmania, barba sin afeitar obligatoria en los núcleos del IS, los discos en el labio inferior agrandado en las mujeres mursi en África. En nuestra cultura nos llegan invitaciones a eventos en las que debemos vestir con «traje largo» (noche) o «traje corto» (día) unas, y «traje oscuro» o «smoking» otros. En esta imagen de los Oscar en un vistazo podemos identificar a las 2 mujeres que hay.

Oscar 2018 vestimenta

PROSODIA (voz)

La voz más grave en hombres y más aguda en mujeres se debe no solo a diferencias en la morfología laríngea entre ambos sexos (grosor y longitud de las cuerdas vocales), sino también a la acción hormonal que hace que en los hombres los pliegues vocales vibren con menor frecuencia y estén menos tensos, al contrario que las mujeres (aquí encontraréis un artículo en el que estas diferencias se explican). Sin duda, en la mayoría de casos la voz nos permite identificar el sexo de una persona.

Dicho esto, el pasado viernes 2/3/18 participé como ponente en Madrid en el primer Evento Anual de Aconve, la Asociación de Expertos en Análisis de Comportamiento no Verbal de la que soy miembro. Allí, una de las conferenciantes fue mi colega Carmen Acosta Pina, psicóloga clínica especializada en logopedia y también experta en comportamiento no verbal, quien hizo una intervención sobre diversos aspectos de la voz. Me sorprendió especialmente el siguiente dato: las mujeres, en los últimos 30 años, y de forma paralela a los cambios sociales acontecidos, hemos variado el empleo que hacemos de la voz: de más aguda a más grave. Qué interesante, también en el uso de la voz podemos encontrar conductas aprendidas que resaltan la diferencia, roles o lo que se espera de cada cual.

EXPRESIÓN FACIAL 

Si habéis convivido con japoneses o coreanos (y sucede también en cierta medida en otros países asiáticos), os habréis fijado que al reírse a carcajadas las mujeres a veces se tapan la boca con las manos. Hay diversas explicaciones posibles: una explicación frecuente es que antiguamente las mujeres casadas se teñían los dientes de negro, y al reírse se tapaban la boca con las manos para ocultarlos. Por otro lado, otra posibilidad que se puede encontrar como explicación es que antes no se tenían los dientes tan blancos y alineados como ahora y se escondían (cosa que afectaría a ambos sexos). Otra razón es que Japón y Corea son culturas colectivistas, en las que los individuos buscan el bienestar del grupo; en ella la expresión de las emociones intensas que puedan perjudicar la armonía del grupo deben disimularse (también afectaría a ambos sexos). Lo que nos lleva a una opinión dada por los propios japoneses/as ampliamente en los foros legos sobre lenguaje no verbal en Japón: las mujeres que se tapan la boca al reírse son consideradas como más discretas, distinguidas… y eso se ve como algo positivo. Es un comportamiento apreciado, pero aprendido.

Mujeres riendo con boca tapada

Y ahora os explico lo que me lleva a escribir este artículo. El día 8 de marzo (jueves pasado) quería haber puesto en las redes una felicitación por el Día de la Mujer, y busqué en Google «woman» y «smile» para acompañar la felicitación de una foto con expresión de alegría; podría haber puesto una mujer combativa también, pero ya sabéis que la alegría incentiva la afiliación y buscaba la unión y el ambiente festivo.

Cuál fue mi sorpresa al ver que las primeras entradas en Google eran posts en los que mujeres estadounidenses se rebelaban contra la expresión frecuente de los hombres/maridos: smile, honey! (‘¡sonríe, cariño!’), dicha cuando les ven con la expresión seria. Lo que me hace pensar, ¿pueden las mujeres en algunos entornos expresar libremente los estados de ánimo o emociones negativas cuando las tienen? Sería interesante analizarlo. (Del mismo modo que oímos o decimos «los hombres no lloran».)

Aquí lo dejamos por hoy. Como hemos visto, el factor cultural influye en el comportamiento no verbal, y debemos tenerlo presente también cuando analicemos, cuando nos encontremos en una situación de negociación o cuando nos relacionemos con otros grupos socioculturales.

Un cordial saludo,

Ana