La ausencia de Sánchez e Iglesias en el funeral por las víctimas del covid también es un elemento de lenguaje no verbal y también comunica.
Me disponía a analizar a los asistentes al funeral en La Almudena. La idea que me vino a la mente era poner el foco en las cuestiones protocolarias del luto, el saludo a los Reyes y algún otro elemento no verbal como un gesto, alguna expresión interesante que surgiera del análisis. Pero cuál fue mi sorpresa al ver que ni Pedro Sánchez ni Pablo Iglesias acudían al funeral. El tema cobra un interés y una rotundidad mucho mayor: la no presencia.
Sin haber ido, han sido los protagonistas, del mismo modo que la ausencia de gestos puede ser en un momento dado muy reveladora para un analista de la conducta. Si de todos los que fueron podríamos analizar algo, de los que no fueron también. Y es que la presencia comunica pero la ausencia lo hace a gritos. Me centro en Sánchez por ser el Presidente del país, pero aplica a Iglesias por igual.
En el caso de Sánchez lo hace en 3 direcciones comunicativas: no dolor por las víctimas; incongruencia con su mensaje institucional y rechazo por la Iglesia.
NO DOLOR POR LAS VÍCTIMAS
Relacionado con las víctimas del coronavirus en España, ¿cómo ha actuado Sánchez desde el punto de vista apariencia – presencia? Fue el último en lucir corbata negra en señal de duelo durante las semanas más críticas de la pandemia. Mientras políticos de diversas formaciones, y hasta personajes de la radio y la televisión, lucían algún símbolo de luto tanto en su imagen personal como en sus redes sociales, la imagen de Sánchez permanecía inalterable. Había ausencia de duelo.
Al estar ausente en el funeral por las víctimas, mantiene su mensaje coherente en relación a las víctimas. Un mensaje que, desde mi punto de vista, es altamente negativo, y podría responder a una altivez considerable así como poca conexión con la realidad de las víctimas. ¿Qué costaba haberse puesto corbata negra? Reconocer que había muertes masivas. La no-corbata negra iba en línea con las no-fotos crudas en la prensa. Aquí no pasa nada.
INCONGRUENCIA CON SU MENSAJE INSTITUCIONAL
El hecho de tanto Sánchez como Iglesias haber decidido no asistir al funeral cae en una gran incongruencia en el global de su campaña de comunicación durante el coronavirus: «Este virus lo paramos unidos». ¿No hubiera sido coherente explicitar esa unión estando presente en el funeral, unido a las otras personalidades y familiares de víctimas en un acto de despedida? En las asesorías de comunicación no verbal siempre ponemos el acento en que lo que se diga verbalmente y lo que se diga no verbalmente ha de estar alineado.
Uno puede pensar que hay razones eximentes de la responsabilidad de ir. Una, el Presidente estaba en Lisboa reunido con Antonio Costa, primer ministro luso, preparando una cumbre europea. Estando Portugal a 1 hora de avión de Madrid, seguramente Costa habría estado encantado de cambiar levemente su agenda y así mostrar él también empatía por su país vecino, facilitando a Sánchez el poder estar en el funeral.
RECHAZO A LA IGLESIA CATÓLICA
Podemos estar tentados de argumentar también que, siendo una ceremonia de carácter religioso, no tiene por qué asistir ya que habrá un homenaje oficial de carácter laico más adelante.
Si eres el Presidente de la nación, ha habido una pandemia que ha dejado por lo menos 25.000 víctimas; la personas han vivido confinadas y bajo un estado de angustia e incertidumbre elevadas; muchos trabajadores han perdido sus empleos, y muchos aún no han cobrado por sus Ertes…
… Si la Iglesia convoca antes que tú un acto en la catedral de la capital a la que van los Reyes y la plana mayor de todas las instituciones civiles, familiares de víctimas, y representantes de otras religiones, quizá tu ausencia va a ser muy notable. Asistir hubiera sido una fácil forma de mostrar empatía y compañerismo. Y de ser un buen estrategia.
Al no acudir a esta ceremonia se deja entrever también un mensaje de oposición a lo eclesiástico. Esto puede suceder. Algo que te desagrada va a afectar a tu lenguaje no verbal. Hace algunos días estaba en una conversación informal, más de casualidad que otra cosa; una persona comentó que picoteaba de diversas religiones, budista, cristiana… pero seguía rezando por las noches. Eso provocó que una persona que estaba sentada empezara a cambiar de postura incesantemente; hasta que al final pareció no encontrar ninguna cómoda mientras duraba esa conversación, y finalmente se levantó y desapareció de la habitación. Se alejaba de lo que no le gustaba. Esto es proxemia, distancias, y es una respuesta básica que tiene explicación psicofisiológica y se puede ubicar en el cerebro. Lo mismo Sánchez en este caso. Si no estás, esta ausencia tiene significado.
CONCLUSIÓN
A no ser que haya alguna razón estratégica tan evidente que no sea capaz de verla, considero que para Sánchez, con la gestión en la crisis del coronavirus puesta en entredicho, estar ausente en este funeral es un movimiento político mal medido, una ocasión desaprovechada de comunicar en positivo.
Nosotros tendremos citas, reuniones, eventos… en la esfera tanto laboral como profesional a las que dudemos si asistir o no. Si se nos espera (distinto es esas ocasiones en que una ex pareja invita por compromiso, y el otro declina, quedando igualmente bien), considero que es más recomendable vencer los obstáculos que encontramos para no ir y acudir. Que comenten que llegaste tarde, que ibas peor o mejor vestido, que estuviste más o menos amable o que fuiste por ir. Pero estar; porque la ausencia, como hemos visto, también comunica y de forma mucho más descontrolada.
>> Y añado a posteriori: Ningún representante de Vox estuvo presente en el funeral laico oficial por las víctimas. Otra ausencia igualmente llamativa, y quizá aunque se haga de forma estratégica, no sé si le sacarán rédito. Al final, creo que la ciudadanía también quiere ver que los políticos son capaces de unirse por un bien común, y eso implica salir en las fotos juntos, en situaciones excepcionales como esta.
Un cordial saludo como siempre,
Ana