La doble celebración no verbal de Djokovic

Solo mi familia y mi equipo saben por lo que hemos pasado las últimas 4-5 semanas y esta es probablemente la mayor victoria de mi vida, teniendo en cuenta las circunstancias

Ver a Djokovic trepar por la grada para celebrar una victoria, al más puro estilo Nadal en sus inicios, llama la atención. Y más si luego se derrumba llorando. Algún comentarista interpretó que tal intensidad se debía a que era su 10ª victoria del Open de Australia, o a que era su grand slam número 22 y que con esto igualaba los grand slams de Nadal. Sin embargo creo que nada más lejos de la realidad. Djokovic se permitió relatar abiertamente con su lenguaje no verbal lo que luego con su lenguaje verbal en su discurso verbal prefirió eufemizar.

CONTEXTO

Novak Djokovic, uno de los mejores tenistas de todos los tiempos, el que más records tiene junto a Federer y Nadal, protagonizó el año pasado un controvertido episodio a raíz del Australian Open. Los organizadores del torneo exigieron que todos los participantes estuvieran vacunados de covid, y Djokovic se negó a ponerse esa vacuna arnm. Como país, Australia estaba aplicando de las mayores restricciones hacia su propia población.

A pesar de que era el número 1 y el favorito para ganar ese torneo pues llevaba 9 Open de Australia ganados, los organizadores del evento se mantuvieron firmes en la norma y Djokovic tampoco cedió a la coacción. Coincidiendo con la sorprendente implementación de pasaportes covid en la mayoría de países, la situación de Djokovic generó un apasionado debate y dividió a la afición del tenis y a la población en general.

Lo que sucedió después fue un pulso en toda regla. Sin haberse vacunado, Djokovic aterrizó en Australia alegando que había pasado hacía poco el covid. Lo detuvieron y estuvo retenido. Djokovic recurrió a abogados y estos demostraron que según las leyes no se le podía retener por no estar vacunado. El Estado Australiano se acogió entonces a que en determinados casos (terrorismo, amenaza nacional) se podía expulsar sin más: Djokovic fue declarado un peligro público y fue deportado del país. La sociedad, una vez más, se dividía entre quienes se regocijaban por la expulsión y quienes se llevaban las manos a la cabeza por el atropello de derechos. Villano para unos, héroe para otros.

Djokovic no jugó el Open de Australia, uno de los 4 grandes donde tanto en puntos para el ranking como en premio son los más importantes de circuito junto a Roland Garros, el US Open y Wimbledon. Perdió el número 1 al no poder defender los puntos y fue trending topic, teniendo mayoritariamente la opinión pública en contra. Podemos suponer que no fueron unos momentos fáciles, y que quizá se sentiría humillado o que había vivido una injusticia con toda la situación vivida.

VICTORIA EN EL TENIS Y EN LAS CONVICCIONES

Por eso, cuando Djokovic ganó hace unos días el Open de Australia, pudimos observar una forma de celebrar la victoria muy diferente a lo que nos tiene acostumbrados. Podemos destacar 3 fases expresivas, combinando lo no verbal y lo verbal, una vez acabó el partido:

• FASE 1. A pie de pista, apenas hay microsegundos de expresión sutil de triunfo, y enseguida vemos expresión de orgullo. Podemos entender que se trata de una autoevaluación positiva de su resultado en solo 3 sets, que es la 10ª vez seguida que se hace con el torneo, que recupera el nº 1, etc.

• FASE 2. En la grada con los suyos, triunfo, euforia y llanto intensos. Tal intensidad nos permite inferir que la batalla para recuperar el honor tras la deportación y la crisis reputacional fue ardua.

• FASE 3. En su discurso verbal al recibir el trofeo, recalca sin entrar a dar detalles que «es la victoria más importante de mi vida, dadas las circunstancias».

Lo que tuvo que decir con contundencia, lo dijo con su lenguaje no verbal, largamente y sin tapujos. En el mensaje verbal, prefirió eufemizar.

Ya que con esa victoria sumaba 22 grand slams, veamos en 22 imágenes cómo expresa las 2 victorias diferentes que tenía en juego.

Tras dar la mano a Tsisipas y a la juez de silla, mostró esta expresión de orgullo ante el público: postura expandida, expresión facial relajada con leve sonrisa, cabeza hacia atrás. Sacando a relucir su carisma y la gran seguridad que tiene en sí mismo, movía los dedos animando al público a aplaudirle en su 10ª victoria consecutiva en Melbourne.
Dedicó unos segundos a lo que parecía rezar, señalando el cielo, llevándose la mano al corazón, y besando el suelo con la mano.
Expresión facial relajada y con leve sonrisa. En la pista, solo observamos orgullo, que es una emoción en la que uno valora su propia actuación. Aquí, se dirigía adonde estaba su equipo.
Al situarse frente a su equipo, de golpe mostró un lenguaje verbal totalmente diferente: triunfo, en su display completo, con grito incluido.
Sorprendente para todos, comenzó a trepar a la grada, al más puro estilo Nadal en sus primeras grandes victorias a los 18 años.
Encima de la barandilla, mostró euforia mediante saltos y un triunfo alegre, menos dominante.
Da un abrazo generalizado rápido y englobando a su equipo.
Suelta a su equipo y se gira hacia abajo, donde están las cámaras, y dedica unos segundos a mostrar su triunfo: puños cerrados, brazos en tensión, grito…
Alarga sin contenerse su lenguaje no verbal de triunfo, esta vez orientado a todo el público y podemos ver más de ese display completo, con la expresión facial propia de esa emoción (cejas bajas, boca abierta, etc.). Bien podemos interpretar que quiere mostrar su triunfo ante la otra batalla.
Se vuelve hacia su equipo y abraza a su hermano.
En ese abrazo a su hermano empieza a llorar. Podemos ver en la imagen parte de la activación muscular en el entrecejo.
Segundos después se derrumba. Se deja caer al suelo en llanto intenso. El llanto aparece cuando una emoción determinada nos desborda, como mecanismo fisiológico para recuperar el equilibrio. Mi pregunta sería (tengo que investigarlo): ese triunfo y euforia tan intensos, ¿te desequilibran hasta tal punto que te sientes débil y necesitas echarte al suelo? Parece probable.
Tapándose la cara con los brazos, está largos segundos en el suelo llorando mientras el equipo le arropa. He observado que el llanto, que nos sobreviene como mecanismo regulador de emociones demasiado intensas (con estímulos presentes o evocados), es algo que solemos ocultar, presumiblemente por vergüenza de no querer mostrarse vulnerabilible.
Las cámaras enfocaron a aficionadas que por contagio emocional lloraban.
Al oírse por megafonía que se va a iniciar la entrega de premios, necesita ayuda para levantarse pues aún no se había recompuesto. Entendemos con este lenguaje no verbal la intensidad de las emociones vividas en los meses pasados.
Aún en llanto, se abraza a su madre otros segundos. Fijaos qué tipo de abrazo: se encoge hasta caber en el hombro de su madre, quizá para que su llanto no se vea o buscando protección.
Si al trepar a la grada habíamos visto que mostraba agilidad dada por la euforia, ahora al bajar necesita ayuda.
Se dirige a su banco, y se seca las lágrimas de ambos ojos, primero con la muñequera y después con la manga.
En el banco ya sentado, lo primero que hace es taparse la cara con la toalla y darse tiempo para llorar. Un llanto intenso pues se pudo ver cómo se sacudía la espalda.
Ya recuperado el equilibrio, se enfundó la chaqueta con un 22 hecho con el logo de su patrocinador, Lacoste. Mientras los organizadores del torneo alababan su juego y resultado, permaneció con el rostro relativamente serio y también al estrecharles la mano.
En su discurso hubo lugar para el humor, que levantó la carcajada del público. Eso es algo muy propio del carisma: ser capaz de palpar el ambiente del público y tener la seguridad de gastar alguna broma sabiendo el efecto que tendrá.
Al final de su discurso, al mencionar con el eufemismo «circunstancias» lo vivido durante el último año, pudimos observar que se apretaba los labios hacia adentro, que podemos interpretar como estrés y contención.

Así pues, pudimos ver dos fases en la celebración. Primero, al acabar el partido, ante el público general posturas y gestos de orgullo por los resultados en el plano tenístico: una final en 3 sets, su 10º Open de Australia, sus 22 grand slams.

En una segunda fase, ya en la grada con su equipo y familiares, mostró lenguaje no verbal de triunfo en estado puro, sin moderación, orientándose hacia su equipo primero, hacia las cámaras después (el mundo exterior) y finalmente ante los asistentes. ¿Triunfo sobre qué? No sobre Tsisipas sino triunfo en la batalla que había empezado un año antes a raíz de su deportación: una batalla en la que el honor, la dignidad o la justicia estaban en juego.

DISCURSO VERBAL AL RECOGER EL TROFEO

Con el gran carisma que le caracteriza, Djokovic habló durante 7 minutos repartiendo buenas palabras para todos, pero sin dejar de mencionar cuál era su verdadera victoria. En el discurso verbal hubo 5 bloques de contenido.

• Alabanza y respeto por Tsisipas y su equipo, sobre su evolución general, esfuerzo y desarrollo en el torneo.

Mensaje para los jugadores más jóvenes. Poniendo en común a Grecia y Serbia como países donde no hay mucha tradición ni referentes en tenis, lo que supone menos apoyos para prosperar, envía un mensaje para cualquier jugador joven: «sueña a lo grande, todo es posible , no dejes que nadie te arrebate tu sueño. Pienso que cuanto mayores sean las dificultades y las desventajas, más fuerte te vuelves.» 

• Se dirige a su equipo y familia. Menciona su paciencia ante su carácter dentro y fuera de la pista. Bromea y se ríe. Un ejemplo de su carisma es que mezclar en un discurso solemne una broma y arrancar las risas del público, con total seguridad. Esto es básico para relajar cualquier ambientes y alinear el humor general de los asistentes. “Este trofeo es vuestro tanto como mío”. 

• «Las circunstancias», sobre cuyo resultado sí se expresó no verbalmente. “Tengo que decir que este ha sido uno de los torneos más desafiantes de mi vida, teniendo en cuenta las circunstancias: no haber jugado el año pasado, volviendo este año [silencio y ovaciones]. Quiero agradecer a todas las personas que me han hecho sentir bienvenido, cómodo en Melbourne y Australia. Hay una razón por la que he jugado mi mejor tenis de mi carrera en Australia, y en esta pista, delante del legendario Rod Leiver. Gracias por haber estado aquí esta noche. Solo mi familia y mi equipo saben por lo que hemos pasado las últimas 4-5 semanas y esta es probablemente la mayor victoria de mi vida, teniendo en cuenta las circunstancias.» 

• Reconocimiento a la organización, voluntarios y asistentes dentro y fuera de la pista, y los seguidores del tenis del mundo en general.

Os dejo los enlaces a los vídeos de la reacción al acabar el partido y del discurso al recoger el trofeo:

La ausencia comunica: Sánchez y sus 3 mensajes en el funeral por las víctimas

La ausencia de Sánchez e Iglesias en el funeral por las víctimas del covid también es un elemento de lenguaje no verbal y también comunica.

Me disponía a analizar a los asistentes al funeral en La Almudena. La idea que me vino a la mente era poner el foco en las cuestiones protocolarias del luto, el saludo a los Reyes y algún otro elemento no verbal como un gesto, alguna expresión interesante que surgiera del análisis. Pero cuál fue mi sorpresa al ver que ni Pedro Sánchez ni Pablo Iglesias acudían al funeral. El tema cobra un interés y una rotundidad mucho mayor: la no presencia.

Sin haber ido, han sido los protagonistas, del mismo modo que la ausencia de gestos puede ser en un momento dado muy reveladora para un analista de la conducta. Si de todos los que fueron podríamos analizar algo, de los que no fueron también. Y es que la presencia comunica pero la ausencia lo hace a gritos. Me centro en Sánchez por ser el Presidente del país, pero aplica a Iglesias por igual.

En el caso de Sánchez lo hace en 3 direcciones comunicativas: no dolor por las víctimas; incongruencia con su mensaje institucional y rechazo por la Iglesia.

NO DOLOR POR LAS VÍCTIMAS

Relacionado con las víctimas del coronavirus en España, ¿cómo ha actuado Sánchez desde el punto de vista apariencia – presencia? Fue el último en lucir corbata negra en señal de duelo durante las semanas más críticas de la pandemia. Mientras políticos de diversas formaciones, y hasta personajes de la radio y la televisión, lucían algún símbolo de luto tanto en su imagen personal como en sus redes sociales, la imagen de Sánchez permanecía inalterable. Había ausencia de duelo.

Al estar ausente en el funeral por las víctimas, mantiene su mensaje coherente en relación a las víctimas. Un mensaje que, desde mi punto de vista, es altamente negativo, y podría responder a una altivez considerable así como poca conexión con la realidad de las víctimas. ¿Qué costaba haberse puesto corbata negra? Reconocer que había muertes masivas. La no-corbata negra iba en línea con las no-fotos crudas en la prensa. Aquí no pasa nada.

INCONGRUENCIA CON SU MENSAJE INSTITUCIONAL 

El hecho de tanto Sánchez como Iglesias haber decidido no asistir al funeral cae en una gran incongruencia en el global de su campaña de comunicación durante el coronavirus: «Este virus lo paramos unidos». ¿No hubiera sido coherente explicitar esa unión estando presente en el funeral, unido a las otras personalidades y familiares de víctimas en un acto de despedida? En las asesorías de comunicación no verbal siempre ponemos el acento en que lo que se diga verbalmente y lo que se diga no verbalmente ha de estar alineado.

Uno puede pensar que hay razones eximentes de la responsabilidad de ir. Una, el Presidente estaba en Lisboa reunido con Antonio Costa, primer ministro luso, preparando una cumbre europea. Estando Portugal a 1 hora de avión de Madrid, seguramente Costa habría estado encantado de cambiar levemente su agenda y así mostrar él también empatía por su país vecino, facilitando a Sánchez el poder estar en el funeral.

RECHAZO A LA IGLESIA CATÓLICA

Podemos estar tentados de argumentar también que, siendo una ceremonia de carácter religioso, no tiene por qué asistir ya que habrá un homenaje oficial de carácter laico más adelante.

Si eres el Presidente de la nación, ha habido una pandemia que ha dejado por lo menos 25.000 víctimas; la personas han vivido confinadas y bajo un estado de angustia e incertidumbre elevadas; muchos trabajadores han perdido sus empleos, y muchos aún no han cobrado por sus Ertes…

… Si la Iglesia convoca antes que tú un acto en la catedral de la capital a la que van los Reyes y la plana mayor de todas las instituciones civiles, familiares de víctimas, y representantes de otras religiones, quizá tu ausencia va a ser muy notable. Asistir hubiera sido una fácil forma de mostrar empatía y compañerismo. Y de ser un buen estrategia.

Al no acudir a esta ceremonia se deja entrever también un mensaje de oposición a lo eclesiástico. Esto puede suceder. Algo que te desagrada va a afectar a tu lenguaje no verbal. Hace algunos días estaba en una conversación informal, más de casualidad que otra cosa; una persona comentó que picoteaba de diversas religiones, budista, cristiana… pero seguía rezando por las noches. Eso provocó que una persona que estaba sentada empezara a cambiar de postura incesantemente; hasta que al final pareció no encontrar ninguna cómoda mientras duraba esa conversación, y finalmente se levantó y desapareció de la habitación. Se alejaba de lo que no le gustaba. Esto es proxemia, distancias, y es una respuesta básica que tiene explicación psicofisiológica y se puede ubicar en el cerebro. Lo mismo Sánchez en este caso. Si no estás, esta ausencia tiene significado.

CONCLUSIÓN

A no ser que haya alguna razón estratégica tan evidente que no sea capaz de verla, considero que para Sánchez, con la gestión en la crisis del coronavirus puesta en entredicho, estar ausente en este funeral es un movimiento político mal medido, una ocasión desaprovechada de comunicar en positivo.

Nosotros tendremos citas, reuniones, eventos… en la esfera tanto laboral como profesional a las que dudemos si asistir o no. Si se nos espera (distinto es esas ocasiones en que una ex pareja invita por compromiso, y el otro declina, quedando igualmente bien), considero que es más recomendable vencer los obstáculos que encontramos para no ir y acudir. Que comenten que llegaste tarde, que ibas peor o mejor vestido, que estuviste más o menos amable o que fuiste por ir. Pero estar; porque la ausencia, como hemos visto, también comunica y de forma mucho más descontrolada.

>> Y añado a posteriori: Ningún representante de Vox estuvo presente en el funeral laico oficial por las víctimas. Otra ausencia igualmente llamativa, y quizá aunque se haga de forma estratégica, no sé si le sacarán rédito. Al final, creo que la ciudadanía también quiere ver que los políticos son capaces de unirse por un bien común, y eso implica salir en las fotos juntos, en situaciones excepcionales como esta.

Un cordial saludo como siempre,

Ana

Lenguaje no verbal después del Covid

lenguaje-no-verbal-mascarilla

¿Cómo nos relacionaremos mientras siga latente y presente el Covid-19 en nuestras ciudades? Llevamos ya 2 meses desde que empezamos en España una situación nunca vivida antes y seguro que la mayoría de nosotros nos hemos «resignado» y adaptado como mejor hemos sabido a las nuevas circunstancias, un cambio que ha afectado a la práctica totalidad de los diversos ámbitos de nuestra vida. Esto en cuanto al presente. ¿Y en el futuro inmediato?

Una bola de cristal no tenemos, ni tampoco sabemos con exactitud qué nuevas normas se aprobarán, pero sí podemos intuir que mientras no se erradique el Covid-19 algunos aspectos de nuestra forma de relacionarnos van a cambiar, y con ellos nuestro uso del lenguaje no verbal y la forma de comunicarnos. Especialmente por el uso de mascarillas y las distancias sanitarias recomendadas.

Estoy segura de que si estuviéramos ahora juntos en una charla o curso, presencial como hasta ahora veníamos haciendo, podríamos poner en común muchos cambios que ya están sucediendo a diario en vuestra comunicación general: reuniones de trabajo, llamadas con amigos… Yo misma, que tengo familia fuera de España, ha sido la primera vez que hemos hecho Zooms con todos; antes lo hacíamos en los cumples solo con el que estaba fuera. Hasta la bisabuela de mis hijos es toda una experta ya en videollamadas con sus biznietos de… 4 a 10 años.

Creo que muchos de estos cambios en la comunicación quedarán integrados, y pronostico que el lenguaje no verbal va a adaptarse también a estos tiempos. Mi pronóstico:

MÁS GESTOS. Los gestos van a ser los protagonistas en la comunicación no verbal. Si vamos a llevar mascarilla a todas partes, y vamos a tener que mantener distancias mayores entre personas, vamos a tener que recurrir a gesticular mucho más para poder apoyar nuestro lenguaje verbal y, en definitiva, hacer el mensaje efectivo. Como cuando vamos a un país del que no hablamos el idioma y recurrimos a manos y brazos con toda normalidad y entusiasmo por tal de hacer entender.

Además, estoy segura de que veremos florecer GESTOS NUEVOS en todos los idiomas. Los gestos que sustituyen a las palabras (gesto de OK, por ejemplo) se llaman «emblemas» y se van creando con el paso del tiempo en las culturas. Imaginaos que tenéis que gesticular que alguien es un caradura: ¿qué gesto harías con las manos? Pues de este tipo de gestos creo que vamos a tener que hacer un glosario bien pronto.

ADIÓS A LA SONRISA. Eso es lo que peor llevo. Lo que me da más tristeza (sí, tristeza ante algo que perdemos…). Las mascarillas tapan esta joya comunicativa que es la sonrisa cordial, que se hace por cortesía y que tiende tantos puentes. Una sonrisa para mostrar que cedemos el paso a alguien, o para agradecer que nos lo han cedido; una sonrisa para saludar por la calle o por la oficina sin mediar palabra… Una sonrisa para mostrar empatía con una madre o padre que está aguantando como puede la pataleta de un niño… ¡Oh, sonrisa! La sonrisa cordial es un elemento muy común y muy útil en la sociedad occidental, y en las culturas mediterráneas, más aún. Carente de emoción pero con mucha intención comunicativa.

Por supuesto, cuando sonreímos «de verdad», no por cortesía sino porque nos sentimos alegres, esa trasciende las mascarillas porque afecta a la musculatura facial superior del rostro: los ojos se empequeñecen y se adivina la sonrisa sentida y la alegría a pesar de la mascarilla. Pero considero que, viendo solamente los ojos, y perdiéndonos la mitad de la expresión facial (la elevación de comisuras labiales y mejillas), vamos a percibirla menos. Especialmente si quien sonríe lleva gafas u otros elementos que se interponen entre los ojos y la otra persona.

El reconocimiento de la mayoría de expresiones faciales emocionales se verá afectado. En comunicación en general, nos apoyamos mucho en la lectura de expresiones faciales: «¿le ha gustado el regalo?», ¿me está mintiendo?», «¿le apetece este plan que acabo de proponer…?», «¿he sido suficientemente persuasor?» A pie de calle al menos, lo tendremos más difícil, pues las expresiones faciales de emociones suelen componerse de movimientos musculares tanto en la parte superior del rostro (ojos y cejas) como en la inferior: boca, barbilla, mejillas…). Leer emociones solo con la mitad del rostro nos costará, pero quizá también nos haga más hábiles con el tiempo, pues escudriñaremos esa parte del rostro y obtendremos claves igualmente. Las emociones básicas serán más reconocibles, pero las complejas… (culpabilidad, frustración, etc.), con toda probabilidad se malinterpretarán.

También me parece interesante que en algún momento dado, podamos guardarnos nuestras emociones para nosotros mismos, si nos conviene, y gracias a la mascarilla queden parcialmente ocultas.

MENOS CONTACTO FÍSICO. O lo que es lo mismo, nos tocaremos menos. En el seno de la familia íntima no bajará el contacto físico, pero sí se reducirá por precaución con personas mayores, en el trabajo, al saludar, en los viajes… Por el tacto se obtiene una enorme información del otro (pensad en el saludo al dar la mano), y nos tendremos que acostumbrar a evaluar otras claves comunicativas para apreciar cómo es y cómo está el otro.

Probablemente será divertido ver aparecer formas de saludarnos nuevas y creativas. Por ahora tenemos el saludo con los codos. ¿Qué otros veremos?

• Por otro lado, como deberemos mantener MÁS DISTANCIA INTERPERSONAL, será menos probable ese contacto físico. Y es probable que una «violación» de esas nuevas distancias lleve aparejada la irrupción en nosotros o en el otro de emociones como el miedo o ansiedad a ser contagiados. Nos tenemos que acostumbrar a ver cómo alguien con el que hablamos de repente da un paso atrás o flexiona la espalda hacia atrás, si nos acercamos; si veis eso, ya sabéis que siente cierto miedo a ser contagiado. Antes podíamos inferir que el desodorante nos había abandonado o habíamos comido algo con aroma indiscreto, y ahora habrá una razón mucho más probable. También nos perderemos los buenos olores de aquellos que huelen bien…

Con las distancias aumentadas, para los más extrovertidos y sociales será algo más difícil entablar conversación con el primer desconocido que pase. Pero bueno, ellos siempre encuentran la manera de hacer amigos, y seguro que se adaptan estupendamente. A mí también me encanta hablar con todo el mundo en el ascensor, en el mercado, y donde sea. Ya os contaré qué tal.

APARIENCIA. ¿Qué pasará con nuestra apariencia, todo el día con mascarillas? ¿Podremos no lavarnos los dientes si comemos arroz negro? ¿Adiós bigotes y adiós pintalabios? Sí. Estoy convencida de que aquellas personas con un estilo más dramático (más llamativo) sabrán acomodarse a la mascarilla y seguir levantando miradas: el pintalabios rojo lo sustituirán por más máscara de pestañas o sombreros más llamativos, peinados más extremados… La cosa es diferenciarse, y que siga así, que suele dar gusto verlos y verlas.

• COLECTIVO FAVORECIDO. ¡No todo son malas noticias! Todas aquellas personas introvertidas están de enhorabuena: por fin, ¡por fin!, podrán disfrutar de mayores distancias, menos vociferio, menos contacto físico… Si intelectualmente el reconocimiento hace años que les había llegado, ahora también van a ser los reyes de lo social: serán el nuevo estándar 🙂

• COLECTIVOS ALTAMENTE PERJUDICADOS. Tengo muy en mente al menos dos colectivos que desde el plano de la comunicación van a verse muy afectados: las personas mayores y las personas sordas. Y ambas comparten particularidades en su día a día. Las personas mayores oyen menos, pueden fácilmente encontrarse solas, y su vida está en la calle: hacer la compra y saludar en la pelu, en la carnicería, en el súper de siempre (aunque el súper no se presta a casi nada positivo a nivel comunicativo y emocional, la verdad). Y en esas interacciones, necesitan situarse cerca para oír, a veces te cogen del brazo para mostrar afecto (aunque seas un desconocido en la pescadería :)…

Las personas sordas, las grandes perjudicadas. Si bien es cierto que muchas pueden comunicarse mediante el lenguaje de signos entre ellas, en su día a día suelen interactuar con cualquier oyente: en tiendas, escuelas, leyendo los labios de la persona con la que interactúan. Y eso SE ACABÓ 🙁 ¡No van a poder leer los labios a nadie! Me temo que este colectivo, por el que tengo mucha simpatía, precisamente por sus habilidades comunicativas, va a sentirse aislado. Desde luego que podrán comunicarse mediante lápiz y papel o escribiendo notas en el móvil, y con gestos. Buenos son ellos, están hechos para salir airosos 🙂 También, son personas que suelen tocar mucho: para llamar a alguna persona, para mantenerla cerca y pendiente en una conversación… Además, al no llevar distintivo, pasan más desapercibidos.

En fin, aquí os dejo cómo interpreto yo que nuestro lenguaje no verbal, en general, va a verse afectado. Seguramente vosotros ya habéis adaptado vuestra comunicación no verbal y podéis aportar vuestra propia visión, así que como siempre estaré encantada de leeros.

Ánimo, cuidaos mucho, y no dudéis en expresaros tanto como podáis, de forma verbal y no verbal, pues las ganas de comunicar nos conecta.

Un abrazo a todos,

Ana

La ronda de preguntas: ese incómodo momento. Análisis no verbal a los directores del Mobile World Congress tras cancelar.

¿Qué supone más estrés, una conferencia o las preguntas de después?

No es casualidad que durante la rueda de prensa ofrecida por los organizadores del Mobile World Congress tras cancelar la edición 2020, en cierto momento su lenguaje no verbal empezara a cambiar. ¿En qué momento? En la ronda de preguntas que hacían los periodistas.

Como siempre un poco de contexto: en un ambiente de alarma generalizada por el coronavirus, en el que algunas empreasas habían anulado su presencia en este evento internacional, era una comparecencia para explicar una decisión controvertida, llena de expectativa y tensión general. No es para menos, siendo que han decidido cancelar un evento que congrega a 110.000 asistentes, 8.000 CEOs de todo el mundo, y que va a suponer pérdidas de 500 millones de euros a multitud de empresas. Me atrevería a decir que nadie sabe bien bien cuáles son las causas exactas y los responsables implicados en esta cancelación.

En la rueda de prensa han estado acompañados por la alcaldesa de Barcelona y otros representantes estatales, autonómicos y de otras instituciones.

Todas han sido unas intervenciones interesantes de analizar tanto desde el enfoque del discurso verbal como desde el punto de vista de la comunicación no verbal. El discurso verbal: preparado de antemano, unos se han centrado en dejar patente la buena gestión de Barcelona, Cataluña y España ante la «crisis» del coronavirus. Por su parte, Max Granryd, director general de GSMA (organizadora del Mobile) y John Hoffman, consejero delegado, han centrado sus declaraciones en las razones de salud y seguridad que les ha llevado a cancelar el congreso; el coronavirus, en esencia. Y todos en sus intervenciones por turnos han resaltado la buena relación que tienen entre ellos (la ciudad de Barcelona, España, Fira Barcelona y GSMA).

Y si bien Ada Colau estaba bastante nerviosa al inicio, los protagonistas desde el punto de vista del lenguaje no verbal han sido los 2 organizadores del Mobile. Pero no tanto durante su comunicado, que llevaban preparado y en parte por escrito, sino al pasar a la incertidumbre de tener que responder a las preguntas de los periodistas allí congregados.

Volviendo a la pregunta inicial, ¿qué conlleva más nervios para un ponente, su intervención o las preguntas de después? Parece ser que frecuentemente la ronda de preguntas lleva aparejada cierta ansiedad, quizá por la incertidumbre de no saber qué te van a preguntar, el hecho de no poder preparártelo bien antes, de tener cámaras que graban para siempre…

En esta ocasión, las 9 preguntas hechas por los periodistas iban directas a la yugular, insistiendo sobre todo a los organizadores del Mobile (6 de las 9 preguntas) sobre su responsabilidad de asumir los costes derivados de la cancelación, y las causas reales de tal decisión. Preguntas bastante contra las cuerdas, que les han hecho a los del GSMA pasar de un lenguaje no verbal de una tensión controlada a otros elementos no verbales que denotan otro estado de ánimo.

Encontramos un gesto recurrente: tocarse la nariz. ¿Están mintiendo? En el afán de poder discernir de forma clara y unilateral si alguien miente, corren por ahí bastantes mitos sobre qué elementos del lenguaje no verbal delatan al mentiroso… Y el gesto de tocarse la nariz es un mito más. Sí que si alguien miente quizá, en la tensión de poder ser descubierto, se toque la nariz, pero no significa que si alguien se la toca, esté mintiendo 🙂

Entonces, si no es mentir, ¿qué significa? Aunque no podemos nunca adjudicar 1 significado unívoco a 1 gesto, en este contexto el llevarse la mano por la cara y tocarse la nariz podemos interpretarlo como una incomodidad realmente intensa. Pasar un mal rato, en definitiva. Ya sea por ansiedad de no querer revelar más información, o por irse irritando ante la insistencia de los periodistas, la incomodidad es evidente y nos hace pensar.

Los organizadores del Mobile han tenido la capacidad de responder con un lenguaje verbal coherente, solvente y al final algo tajante. Pero su lenguaje no verbal ha delatado una tremenda incomodidad. Tanto es así, que al saber que se daba por terminada la ronda de preguntas, Granryd ha respirado de alivio vistosamente.

MWC 2020 ronda preguntas gestos

Este gesto tan común no solo lo hemos podido ver en el director general de la institución que organiza el Mobile, sino también en uno de los responsables de Fira Barcelona al ser preguntado también sobre las cuestiones monetarias, pérdidas, costes… Misma temática de las preguntas, misma emoción y mismo gesto…

MWC lenguaje no verbal

Ay el dinero, ese asunto que tanto mueve y conmueve.

Espero que os haya sido útil esta precisión. Y estoy convencida de que desde ya mismo podréis fijaros en vuestros interlocutores y asociar el gesto de tocarse la nariz cuando un tema, quizá banal para vosotros, a otro le resulte embarazoso o complicado de tratar. En ese caso, os recomiendo aplicar cuanta más inteligencia emocional posible.

Saludos muy cordiales como siempre,

Ana

Carteles electorales. Los que no emocionan pierden.

Carteles-electorales-19

Carteles electorales de menor impacto emocional. Así los podemos definir desde el punto de vista que analizamos estos días previos a las elecciones del 10-N. Si bien veíamos en el post anterior cómo Podemos, Vox y Cup recurren al corazón y conectan al instante, los carteles de PP, PSOE y Ciudadanos se quedan a medio gas y resultan, en términos coloquiales, flojillos. Y el de Más País simplemente está fuera de la semiótica electoral, en mi opinión.

Recordamos cómo lo emocional está en el fondo del proceso de toma de decisiones (no existiría el razonamiento puro), por lo que aquellos carteles electorales que sí han tenido en cuenta elementos emocionales, serán los que más muevan e inviten a decantar el voto.

De mejor a peor empleo del factor emocional como movilizador de decisiones, tenemos:

PP

Cartel electoral pp 2019

Contenido emocional: MEDIO

fondo con los colores de la bandera nacional, con movimiento, con vida. Eso sería el elemento más emocional

expresión facial de alegría. Contenida, con una postura que podría encajar con un saludo a multitudes tras triunfar en las elecciones

el logo del PP es ahora una gaviota con más forma de corazón (Psoe, Podemos y PP tienen un corazón en su logo…)

• el lema apela a la emoción: «todo lo que nos une». La palabra «todo» y la palabra «unión» llaman a la fraternidad. Aunque es difuso, no específico

Es un cartel correcto, en línea con la vertiente moderada por la que Casado ha apostado.

Crítica: Al lema le falta gancho: ¡le falta mojarse!, algo bastante propio del PP. Ahí falta añadir más emoción, hacer latir. Con ese lema no van a conectar y recuperar a los que se han pasado a Vox.

PSOE

Cartel electoral psoe 2019

Contenido emocional: MEDIO-BAJO

repetir estilo de cartel de la campaña anterior lleva a la ausencia de sorpresa y probable aburrimiento del receptor, emoción no positiva

el corazón con fondo sólido rojo al lado de «VOTA PSOE», que viene a significar «vota con el corazón». Bastante impacto

la palabra «España» que ya vimos en el post anterior cómo es un elemento identitario y que en los tiempos que corren o se adora o se odia, pero a nadie le deja indiferente

la palabra «Ahora», que mueve a la acción, y genera optimismo al llamar a aprovechar la oportunidad

expresión facial de Sánchez: un intento de neutralidad o sonrisa cortés que se queda corta y ladeada (técnicamente sería una sutil expresión de desprecio pero eso es inapreciable en general)

Crítica: Solo con haber puesto a un Sánchez con una expresión facial emocional más positiva y clara hubiera bastado, ya que invitaría a confiar. Sánchez tiene muy buena apariencia, en eso gana de calle a los demás candidatos, y se puede explotar más. Por otro lado, el hecho de repetir cartel de las elecciones anteriores no deja espacio a la ilusión. Hubiera aprovechado para poner otro fondo, personas, el perfil de ciudades y pueblos de la geografía española… en fin, algún elemento más allá de Sánchez y texto en rojo corporativo.

 CIUDADANOS

Cartel electoral Ciudadanos 2019

Contenido emocional: BAJO

el uso de la palabra «España» en el lema

colores de la bandera nacional

• hay personas en segundo plano, cerca de Rivera, con expresiones faciales neutras o de alegría de intensidad moderada

• las personas tienen mediana edad y van vestidas de manera más bien formal-informal (smart casual), el look típico de autónomos y emprendedores, el nicho por el que se han decantado

• figura de Rivera en primer plano, en movimiento y con una sonrisa cortés, social, pero no sentida. Esta expresión es bastante forzada

¿Qué pasa con este cartel, que hace latir poco el corazón? Para empezar, hay una incoherencia en la apariencia en general: el lema es «España en marcha» y las personas de detrás de Rivera están estáticas. Las incoherencias no convencen, sino que hacen chirriar cualquier mensaje. En segundo lugar, «En marcha» ¡es el mismo lema que tenía Macron cuando ganó («en Marche»)! Todo lo que suena repetido, no genera la emoción de sorpresa ni despierta curiosidad. Sus electores son gente con estudios, más cultos que menos, y saben de sobra que el movimiento de Macron se llamaba «en Marche«.

Hay coherencia entre lo que suelen decir y este cartel, pero hay exceso de elementos estáticos y racionales. Seguramente el que le vote lo hará con la cabeza, y quizá busquen eso, el voto racional.

Crítica: yo hubiera puesto a las personas trabajando, o por lo menos andando (como el cartel de Podemos). Y hubiera puesto el lema y la franja amarilla ondeando, con movimiento también. Y por supuesto, el lema… hubiera buscado otro más genuino.

MÁS PAÍS

Cartel electoral Mas pais 2019

Contenido emocional: AUSENTE

¿Pero qué ha pasado con el cartel de Íñigo Errejón? Tiene todo para ser un cartel publicitario muy trabajado… de una compañía aseguradora, un banco para start-ups o una clínica oftalmológica… pero no un partido político que se la juega dentro de 1 semana. El formato irregular, aunque llama la atención y es novedoso, no ayuda porque las formas geométricas irregulares o con poca base dan sensación de inestabilidad.

Lo único es que aparece Errejón en el cartel, y bueno, es una persona y ya hemos dicho que donde hay personas ponemos atención. Pero aparece bajo un filtro de photoshop de color verde corporativo, que lo hace lejano, poco accesible.

Crítica: no hay un solo elemento que invite a conectar desde el plano emocional.

Hasta aquí llega el análisis de los carteles electorales para estas elecciones generales del 10-N. Los elementos emocionales conmueven y ayudan a conectar y a retener mejor en la memoria el mensaje. De esta campaña, los mejores el de Podemos y Vox. Los más flojos: PP, PSOE, Cs y Más País.

Saludos cordiales como siempre,

Ana

Mundial de fútbol y de comunicación no verbal

Croacia-triunfa-Dinamarca-derrota

El mundial de fútbol es un hervidero de emociones. Para los que lo seguimos, sin duda: seguro que en vuestra casa o en el bar observamos o protagonizamos gritos, suspiros, saltos, abrazos, agarrarnos la cara fuerte con las manos, taparnos los ojos, el corazón a mil, gritos al árbitro… propios de enfado, alegría, ansiedad… Para los que lo juegan también supone la presencia de muchas emociones y su manifestación a través del comportamiento no verbal.

El deporte es un contexto en el que es fácil encontrar conductas no verbales expresadas por completo, sin esconder o disimular. Y en esta competición de fútbol, donde participan personas de partes del globo lejanas y culturas diferentes en diversas dimensiones, hemos visto que no solo estamos unidos por este deporte sino por las emociones y su expresión.

Fijaos en estas imágenes cómo celebran los goles o la victoria todos:

triunfo
Islandia marca gol
japon triunfo goles
Vida tras gol

Esto es triunfo, el haber conseguido un éxito.  Hay mucho de orgullo en el conjunto total de la expresión no verbal, pero la señal característica del triunfo se ha estudiado (Tracy & Matsumoto) que es solo los brazos extendidos, da igual si es hacia abajo, los lados, hacia arriba… La presencia de conductas propias del orgullo en el éxito también tiene sentido, pues si nos remontamos a tiempos ancestrales, el orgullo es una adaptación evolutiva para asegurar el estatus tras la victoria. Tras vencer, la respuesta conductual de expandir el cuerpo serviría para anunciar el logro y así asegurar la continuación del estatus y su aceptación dentro del grupo.

Así pues, vemos el sentido que tiene que tras marcar un gol o clasificarse para la siguiente fase los jugadores casi siempre muestren su éxito de esta manera. Es espontáneo (= no planificado), es común a todos y aparece siempre en la misma situación de éxito. En otros muchos deportes y en otros contextos podremos reconocer asimismo esta expresión, con mayor o menor intensidad.

Tracy & Matsumoto llevaron a cabo un estudio con judokas en las Olimpiadas de Atenas de 2004. En ellas analizaron tanto a judokas videntes como a judokas congénitamente ciegos (es decir, que es imposible que hubieran aprendido esta expresión tras el triunfo. En términos generales (y en los detalles importantes), ambos grupos expresaban de igual modo el triunfo y la derrota, de modo que se confirmaba que se trata de algo biológicamente heredado.

Nosotros al ver los goles celebramos igual. Estad atentos y observad.

Hemos hablado de triunfo y ahora hablamos la otra cara de la moneda: la derrota. La derrota también tiene una expresión propia. Si hemos visto que el triunfo tenía que ver ancestralmente con mostrar los logros propios al grupo para mantener un estatus, la derrota nos hace desplegar unos comportamientos opuestos que parece acordado que provendrían de la muestra de sumisión, que vemos en hombros caídos y pecho encogido. La situación de derrota suele mezclarse con emociones como la tristeza, la vergüenza… que harán que veamos cabezas gachas, llanto, taparse la cara con las manos… En conjunto la derrota nos hace tener una conducta mucho más discreta, propia de quien muestra que asume que ha perdido, que no quiere seguir en conflicto y que ahorra los recursos que le quedan.

Aspas falla penalti
Jugadores rusos tras derrota
Jugadores rusos derrotados
Koke verguenza

Por mi parte, estoy convencida de que hay otros factores que entran en juego a la hora de expresarnos si se da el triunfo y la derrota, desde el punto de vista de la modulación de la expresión. La personalidad de cada cual seguro que tiene mucho que decir; también la circunstancia personal de cada jugador o el contexto sociopolítico, pero en ese caso modular la expresión sería ya una decisión racional; y la cultura, factor que también influiría a la hora de expresar o inhibir el lenguaje no verbal propio de cada emoción. Por ejemplo, Tracy & Matsumoto constataron que en las culturas más individualistas los atletas expresaban más el triunfo e inhibían más la respuesta de derrota. Por el contrario, los atletas de culturas colectivistas mostraban más la vergüenza de la derrota.

En cualquier caso, el fútbol al igual que otros deportes nos deja escenas de emoción y comunicación no verbal fácilmente comprensibles por todos. El lenguaje de la victoria y de la derrota no hace falta traducirlo mucho sino que es un idioma común. Fuera del deporte, también veremos ese lenguaje no verbal ante logros o fracasos, solo hay que estar atentos para confirmarlo y saber interpretar cuándo un suceso es un logro para uno y una fracaso para otro.

Un saludo cordial como siempre!

Ana

PD. Veo que he incluido varias imágenes de cuando la selección española fue eliminada del mundial. Es un partido que vi con ilusión y que pude analizar sobre la marcha. Yo también acabé con los hombros caídos y el torso encogido seguro!

Descubrir vs sospechar mentiras. El papel del lenguaje no verbal

Descubrir una mentira es más complicado de lo que podría parecer. A muchos nos gustaría que cuando alguien mintiera sucediera como le pasaba a Pinocho: que le creciera la nariz o hubiera alguna señal claramente sintomática. Pero la realidad y lo que la ciencia ha demostrado es que esto no va así. La cosa no funciona de forma tan automática o directa.

Son muchos los estudios científicos e investigadores que se han centrado durante años en analizar el comportamiento verbal y no verbal del mentiroso: qué suelen decir, qué conducta no verbal suelen adoptar, etc. Se ha aportado mucha luz y a día de hoy quienes nos dedicamos a este ámbito manejamos un conjunto de variables que nos permiten analizar a una persona cuando habla (o no habla) y sacar conclusiones que nos aportan información más allá de las meras palabras dichas. Estos análisis, sin embargo, no siempre se hacen sobre la marcha sino que frecuentemente pueden requerir un estudio posterior (si hay grabación en vídeo) en el que se aplica un protocolo minucioso para poder llegar a conclusiones argumentadas.

Algunos investigadores han dado un giro al enfoque y se han centrado no tanto en saber cómo nos comportamos cuando mentimos sino en cómo descubrimos que alguien nos miente (siendo no expertos en la materia). La atención para ellos se sitúa entonces en el receptor. Hasta ahora se había llegado a la conclusión de que el receptor de la mentira no descubre que le mienten por el lenguaje no verbal ni por el discurso verbal del emisor, sino que descubre la mentira solamente a través de pruebas concretas: información de terceras personas (alguien que vio al otro), confesiones solicitadas o no, pruebas físicas (mensajes, fotos, facturas…), etc. Lo que en inglés llaman «hard evidence».

Sin embargo, un grupo de investigadores de las universidades de Buffalo y Michigan (E. Novotny et al.) quisieron ir más allá y dieron una vuelta de tuerca a los planteamientos anteriores. Llevaron a cabo un estudio en el que diferenciaron entre cómo descubrimos una mentira y cómo sospechamos que alguien nos miente.

Tal como planteaban en sus hipótesis, cuando a los participantes se les preguntaba cómo habían descubierto que alguien les mentía, explicaban que habían descubierto las mentiras gracias a pruebas específicas, ajenas al discurso verbal o al lenguaje no verbal del sujeto en cuestión. Esas variables verbal y no verbal se mencionaba solo un 1% de las veces. En cambio, si a los participantes se les preguntaba por cómo sospecharon que su interlocutor les mentía, en ese caso sí hacían referencia a cuestiones de conducta verbal o no verbal (en un porcentaje mucho más alto, 43%).

Esto vendría a ser que en el día a día, si alguien nos miente podemos notarlo «raro» mientras nos habla: tanto en gestos, posturas, miradas… como en lo que dice. Ese comportamiento nos hace sospechar que nos podrían estar mintiendo, lo que nos podría llevar a investigar más (preguntar a otros, coger el teléfono móvil, indagar por nuestra cuenta) y entonces descubrir pruebas específicas de que nos estaban mintiendo; o bien la sospecha queda en el aire a falta de pruebas.

Este estudio me resulta especialmente interesante porque sitúa el comportamiento no verbal en el punto de partida en la detección de la mentira entre los no expertos, en su día a día en el mundo real. Al analizar los resultados de estudios previos se había echado un poco por tierra el que realmente pudiéramos descubrir mentiras por el comportamiento verbal y no verbal; la conclusión general era que al final, en el día a día, entre no expertos solo se descubren las mentiras a través de pruebas.

Sin embargo ahora podemos precisar más y pensar que el descubrir una mentira es un proceso con dos fases: la fase 1, la sospecha, que tiene lugar gracias a variables conductuales. Y la fase 2, el hallazgo, a la que solo se llega si se tienen pruebas.

Por otro lado, desde el punto de vista de la comunicación, este estudio confirma una vez más que cuando somos receptores de un mensaje basamos parte del significado global en lo no verbal: no hace falta ser un entendido en la materia para tomar en consideración las señales no verbales.

¿Para qué puede servirnos esta diferenciación entre sospecha y hallazgo? En el ámbito profesional, no os quedéis en la fase 1, sospecha. Si a lo largo de las interacciones habéis estimado que alguien os podría estar mintiendo (en una entrevista de trabajo, una negociación, en cuestiones de equipo…), dadle a esa percepción de lo no verbal el valor que tiene. Quizá podéis profundizar y encontrar los medios para contrastar esa información que os están dando (eso sí, ¡sin volvernos paranoicos!).

Para terminar, os hago las preguntas del estudio:

  • ¿cómo descubristeis que alguien os mentía?
  • ¿cómo sospechasteis que alguien os mentía?

Apuesto a que las respuestas son diferentes 🙂

Un saludo cordial,

Ana

Cruce de brazos en comunicación no verbal. El ejemplo de un Trump amenazado

Donald Trump nos lo va a poner fácil hoy. Viéndole el otro día en su declaración sobre el registro por parte del FBI del despacho de uno de sus abogados, pensé enseguida que era el caso perfecto para tratar un aspecto que siempre sale en mis charlas o talleres: el cruce de brazos. Y es que al cruce de brazos le rodean muchos tópicos, y hoy vamos a ver lo más básico de este gesto que se convierte en postura.

Uno de los consejos más manidos a la hora de encarar una entrevista de trabajo según suelo leer es «no cruces los brazos» ya que se considera como que estás cerrado a lo que te dicen. Esto es cierto y no es cierto. Es decir, como siempre, ¡depende! En comportamiento no verbal hay que ser cauto con las verdades absolutas: aisladamente, no todo tiene una sola explicación siempre.

El cruce de brazos puede darse por múltiples factores: frío, comodidad, alguien esconde una manicura mal cuidada o algo que se lleve en la mano… Y sí, también puede significar una postura de cierre ante lo que sucede a tu alrededor. Ante una situación de amenaza, aunque sea pequeña, inconscientemente protegemos con los brazos lo más valioso en nuestro cuerpo: los órganos vitales. No se trata de una amenaza con un arma, sino una situación que vaya contra nuestros objetivos, intereses, nos ponga al descubierto…

Cuando afrontamos una negociación o incluso una conversación en la que no se ponga nada especial en juego, el hecho de fijarnos en el lenguaje no verbal del otro va a ayudarnos a percibir información más allá de las palabras. De eso trata el análisis del comportamiento no verbal.

En el momento de la verdad, en la negociación o en la conversación en cuestión no será fácil percibir las señales no verbales del otro, sobre todo porque muchas veces los movimientos suceden rápido, quizá se intenten ocultar y sobre todo porque se dan a la vez que se emite el mensaje verbal: y hacer dos cosas a la vez (estar atento al mensaje verbal y al no verbal) puede ser muy difícil. Pero siempre será más útil intentar estar atentos a la comunicación no verbal del otro que simplemente conformarnos con escuchar el mensaje verbal y considerarlo la única fuente de información posible.

De todo, es importante es estar atento a CUÁNDO se dan las señales no verbales. ¿En qué momento se cruza de brazos el otro? ¿Qué está diciendo él mismo o qué dicen los demás?

Trump nos va servir esta vez para practicar el estar atentos a las posturas, en concreto al cruce de brazos que supone un cierre. Os recomiendo ver el vídeo completo (os lo pongo abajo), pero si no, aquí tenemos lo más importante:

Todos tenemos en mente cómo suele hablar Trump cuando está relajado, o eufórico, o enfadado: lo que más destaca es que es una especie de cowboy neoyorkino, derrocha testosterona cuando habla y eso lo vemos en la seguridad que muestra en sus intervenciones, tanto en sus posturas, como en su gesticulación natural, contundente y amplia (agresiva, también), la modulación espontánea de la voz… Su discurso verbal también parece salido de las películas de vaqueros, ya que se suele reducir a que hay muchos malos haciendo cosas malas, y él es el que pone orden.

Trump suele estar seguro de lo que dice, no es un discurso impostado. En sus apariciones públicas apenas vemos trazas de nerviosismo o tensión. Sin embargo, en su mensaje a los medios a raíz del registro por parte del FBI del despacho de uno de sus abogados, Michael Cohen, pudimos ver a un Trump muy diferente.

Repasamos como siempre el contexto: parece ser que Trump tuvo relación con dos mujeres a quienes, a través de Michael Cohen, habrían ofrecido acuerdos de confidencialidad pagando unos 130.000 dólares antes de la campaña de Trump. Un juez está investigando qué delitos hay en esos pagos, procedencia del dinero, si los contratos eran lícitos, si se considera que entra dentro del dinero empleado en su campaña pues sería lavado de imagen, etc. En estos términos, se ordenó por sorpresa el registro del despacho de Cohen.

Analizamos:

• nos encontramos con un Trump tremendamente tenso, que en vez de hacer múltiples gestos como siempre pasa mucho rato con una mano encima de la otra muñeca, en una postura en apariencia relajada, pero en realidad se trata de una postura de gran control. Si nos fijamos bien, vemos cómo su mano derecha va apretando su muñeca izquierda, descargando así la tensión:

Trump se caracteriza por tener una gesticulación constante y espontánea, al no leer muchos discursos.
Trump se caracteriza por tener una gesticulación constante y espontánea, al no leer muchos discursos.
Esta vez podemos ver la tensión en que se mantuvo gran parte del tiempo así cogido, más pendiente de su actividad cognitiva buscando las palabras.
Esta vez podemos ver la tensión en que se mantuvo gran parte del tiempo así cogido, más pendiente de su actividad cognitiva buscando las palabras.

• ¿qué está diciendo verbalmente Trump en este mensaje para los medios y la nación? Su mensaje verbal es que la orden de registrar el despacho de su abogado Cohen se debe a la caza de brujas a la que está sometido él (Trump) desde que se presentó como candidato republicano y que eso es un ataque al país también. Analizando su lenguaje no verbal, vemos que él está convencido de que se trata realmente de una caza de brujas. (Hay otras cuestiones que no resultan creíbles, pero eso lo veremos otro día).

• entonces, ¿por qué hace algunos cruces de brazos, si tan seguro está de lo que dice? En gran parte de los 4,5 minutos que dura la declaración, Trump permanece o con las manos cogidas o bien con los brazos cruzados. Hasta 3 veces se cruza de brazos. No solo tenemos que pensar «ah, estaba incómodo al emitir ese mensaje porque está con los brazos cruzados«. Eso sería una interpretación correcta pero superficial; ¿adónde nos conduce? Si analizamos el CUÁNDO, podemos poner en relación que Trump se cruza de brazos cada vez que habla de las personas encargadas de llevar a cabo la investigación (jueces, fiscales, y quienes él cree que están detrás) y siente la necesidad de protegerse cruzando los brazos;

• fijaos además cómo se da este cruce de brazos, en concreto, cómo están las manos. En Trump, no vemos las manos sino que las guarda cerradas sujetando el torso, lo que nos da idea de que la necesidad de protegerse es intensa y descartamos otros posibles significados;

Cruce brazos 1 Trump

• Con esta información, ¿qué cabos podemos atar, qué hipótesis podemos hacer? Realmente, a pesar del mensaje contundente de que él cree que es víctima de una caza de brujas y que rechaza totalmente ya que lo considera un proceder erróneo, por otro lado se siente amenazado ante los resultados de la investigación. No son mensajes opuestos sino complementarios en este caso.

Y lo que a mí me interesa a la hora de escribir esta entrada: nosotros también podemos estar atentos a este tipo de comportamientos no verbales en los otros, y hacer deducciones (con precaución, ¡siempre!). Eso nos va a ayudar en el momento a modular la negociación, saber esperar, presentar otros argumentos, o presentar los mismos pero desde otro punto de vista, o incluso emplazar la negociación a otro día si es necesario.

Podemos ver un cruce de brazos en las otras personas, pero hay que intentar percatarse del momento en el que eso sucede. En el mundo profesional veremos grandes resultados al aplicar un poco de análisis. Pero también en el personal, ¡tan importante en el día a día!

Trump es transparente en su lenguaje no verbal tanto cuando se siente inseguro como cuando no. Es poco probable que delante tengamos un interlocutor tan espontáneo en este sentido, pero siempre será mejor si estamos atentos al lenguaje no verbal que si pasamos por las negociaciones simplemente fijándonos en las palabras.

Espero que haya resultado interesante. Cualquier duda o ejemplos que queráis poner, ya sabéis que son bienvenidos.

Os dejo con el vídeo en cuestión:

Un cordial saludo como siempre,

Ana

La influencia del entorno en la comunicación no verbal de hombres y mujeres

Más abajo os explico qué me ha llevado a sentarme y escribir este artículo exactamente.

Este Día Internacional de la Mujer 2018 se ha celebrado con mucho más énfasis que otras veces en España, poniendo el foco en actitudes y prejuicios que van contra la mujer, buscando la igualdad entre ambos sexos en el ámbito de la seguridad personal, la equidad salarial y un etcétera largo.

¿Creéis que hay diferencias, o mejor dicho, desigualdades, entre el comportamiento no verbal de mujeres y hombres? La gesticulación, en las posturas, el empleo de la voz, la apariencia, las distancias, la expresión facial… ¿consideráis que es diferente?, ¿creéis que se debe a cuestiones biológicas o culturales?

Ambos tenemos las mismas estructuras cerebrales, tanto racionales como emocionales. Podemos razonar por igual y sentir las mismas emociones. ¿Cuál es la clave entonces para que haya diferencias en la conducta no verbal? Podemos encontrar algunas respuestas, o por lo menos plantearlas, en el entorno en el que nos desenvolvemos. Hoy nos quedamos con algunos ejemplos en los que la conducta no verbal entre hombres y mujeres es diferente debido a cuestiones socioculturales.

POSTURA

Hace pocos años se habló mucho del menspreading, la forma de sentarse de un hombre con las piernas abiertas en un ángulo de unos 60 grados, o con un tobillo sobre la otra rodilla. La discusión se circunscribió al transporte público, ya que hubo quejas de que con esta postura ellos ocupaban demasiado espacio. Hasta hubo anuncios en el metro de Nueva York en el que se pedía que los hombres se sentaran ocupando menos espacio; lógico que el asunto trascendiera más en Inglaterra o EEUU, pues son culturas de poco contacto, y en el caso de NY, en el que el metro suele ir lleno a todas horas.

El asunto está aún «sin resolver»: se consultó en la prensa a neurólogos, traumatólogos… para investigar la procedencia de esa forma de sentarse. Los hombres (muchos de ellos), ¿se sientan así porque se trata de posturas de poder (esas posturas amplias debidas a mayores niveles de testosterona), porque lo han visto hacer siempre? ¿Las mujeres, preferimos sentarnos con las piernas cerradas o cruzadas, o es educacional?

menspreading

Sí hay una relación estudiada y medida entre los niveles de testosterona en sangre y las posturas de poder [pensad en Obama con los pies sobre la mesa y las manos sobre la nuca, o en la postura de los superhéroes, con espalda expandida, piernas abiertas y brazos en jarras], y podemos suponer a priori que los hombres, que biológicamente cuentan con más testosterona, tiendan más a emplear estas posturas.

APARIENCIA

La vestimenta, elemento destacado de la apariencia, es una herramienta básica para la identificación de los sexos en la mayoría de culturas y entornos. Por ejemplo, en entornos más tradicionales en España aún se tiende a emplear el rosa y el azul en la ropa de bebé (aunque poco a poco se deja de lado esta tendencia); seguimos viendo a las auxiliares de vuelo con falda, y mujeres en entornos aún predominados por hombres (gobiernos, órganos directivos) con tendencia a vestir asimilándose a sus colegas masculinos.

Tal vez pensemos a priori que, al menos en occidente, hombres y mujeres pueden escoger libremente su atuendo, ya que podemos llevar ambos tejanos, bambas y camiseta. Sin embargo, ¿cómo reaccionaríamos si nuestra pareja masculina aparece de noche con camisón de encajes? ¿Y ante una mujer dejándose sin depilar el bigote, si lo tiene, y acariciándoselo mientras reflexiona? Solo hay que mirar la gala de los Oscar para ver que en la apariencia nuestra conducta está establecida en la diferencia. Este año la directora de cine Isabel Coixet planteó a varias colegas ir a los Goya en pijama para plasmar la libertad y romper algún molde, y la respuesta fue una rotunda negativa, en favor del vestido y los tacones. Lo mismo sucede con los hombres en occidente y los pantalones.

En otras culturas y entornos encontramos otros ejemplos en los que el atuendo para hombres o mujeres está asimismo diferenciada: los turbantes de los hombres sij, el velo y sus variantes (opcional o no) en los países islámicos, los anillos metálicos en el cuello para las mujeres kayan en Birmania, barba sin afeitar obligatoria en los núcleos del IS, los discos en el labio inferior agrandado en las mujeres mursi en África. En nuestra cultura nos llegan invitaciones a eventos en las que debemos vestir con «traje largo» (noche) o «traje corto» (día) unas, y «traje oscuro» o «smoking» otros. En esta imagen de los Oscar en un vistazo podemos identificar a las 2 mujeres que hay.

Oscar 2018 vestimenta

PROSODIA (voz)

La voz más grave en hombres y más aguda en mujeres se debe no solo a diferencias en la morfología laríngea entre ambos sexos (grosor y longitud de las cuerdas vocales), sino también a la acción hormonal que hace que en los hombres los pliegues vocales vibren con menor frecuencia y estén menos tensos, al contrario que las mujeres (aquí encontraréis un artículo en el que estas diferencias se explican). Sin duda, en la mayoría de casos la voz nos permite identificar el sexo de una persona.

Dicho esto, el pasado viernes 2/3/18 participé como ponente en Madrid en el primer Evento Anual de Aconve, la Asociación de Expertos en Análisis de Comportamiento no Verbal de la que soy miembro. Allí, una de las conferenciantes fue mi colega Carmen Acosta Pina, psicóloga clínica especializada en logopedia y también experta en comportamiento no verbal, quien hizo una intervención sobre diversos aspectos de la voz. Me sorprendió especialmente el siguiente dato: las mujeres, en los últimos 30 años, y de forma paralela a los cambios sociales acontecidos, hemos variado el empleo que hacemos de la voz: de más aguda a más grave. Qué interesante, también en el uso de la voz podemos encontrar conductas aprendidas que resaltan la diferencia, roles o lo que se espera de cada cual.

EXPRESIÓN FACIAL 

Si habéis convivido con japoneses o coreanos (y sucede también en cierta medida en otros países asiáticos), os habréis fijado que al reírse a carcajadas las mujeres a veces se tapan la boca con las manos. Hay diversas explicaciones posibles: una explicación frecuente es que antiguamente las mujeres casadas se teñían los dientes de negro, y al reírse se tapaban la boca con las manos para ocultarlos. Por otro lado, otra posibilidad que se puede encontrar como explicación es que antes no se tenían los dientes tan blancos y alineados como ahora y se escondían (cosa que afectaría a ambos sexos). Otra razón es que Japón y Corea son culturas colectivistas, en las que los individuos buscan el bienestar del grupo; en ella la expresión de las emociones intensas que puedan perjudicar la armonía del grupo deben disimularse (también afectaría a ambos sexos). Lo que nos lleva a una opinión dada por los propios japoneses/as ampliamente en los foros legos sobre lenguaje no verbal en Japón: las mujeres que se tapan la boca al reírse son consideradas como más discretas, distinguidas… y eso se ve como algo positivo. Es un comportamiento apreciado, pero aprendido.

Mujeres riendo con boca tapada

Y ahora os explico lo que me lleva a escribir este artículo. El día 8 de marzo (jueves pasado) quería haber puesto en las redes una felicitación por el Día de la Mujer, y busqué en Google «woman» y «smile» para acompañar la felicitación de una foto con expresión de alegría; podría haber puesto una mujer combativa también, pero ya sabéis que la alegría incentiva la afiliación y buscaba la unión y el ambiente festivo.

Cuál fue mi sorpresa al ver que las primeras entradas en Google eran posts en los que mujeres estadounidenses se rebelaban contra la expresión frecuente de los hombres/maridos: smile, honey! (‘¡sonríe, cariño!’), dicha cuando les ven con la expresión seria. Lo que me hace pensar, ¿pueden las mujeres en algunos entornos expresar libremente los estados de ánimo o emociones negativas cuando las tienen? Sería interesante analizarlo. (Del mismo modo que oímos o decimos «los hombres no lloran».)

Aquí lo dejamos por hoy. Como hemos visto, el factor cultural influye en el comportamiento no verbal, y debemos tenerlo presente también cuando analicemos, cuando nos encontremos en una situación de negociación o cuando nos relacionemos con otros grupos socioculturales.

Un cordial saludo,

Ana

Comunicación no verbal y negociación: ubicación en la mesa de negociación

¿Cómo sentarnos en una mesa de negociación? En nuestra vida laboral son constantes las ocasiones en las que tenemos que negociar. Habrá veces en las que ni nos demos cuenta de que estamos negociando, como una petición de aumento de sueldo o la distribución de las vacaciones en verano entre el equipo. Otras veces, en cambio, sabremos perfectamente que tenemos entre manos una negociación, con un opuesto complementario bien definido y unos objetivos e intereses claros.

En ambos tipos de situaciones, son muchos los factores que entran en juego para un resultado exitoso. La preparación de los contenidos intelectuales es clave, sin duda, y hay que poner toda la carne en el asador para prever diversos escenarios y que ningún detalle se pase por alto. Además de los contenidos, uno de los elementos clave en la mesa es la estrategia comunicativa, que afecta tanto al lenguaje verbal como al no verbal. El lenguaje verbal es el niño mimado y se lleva de calle todas las atenciones; es natural, pues solemos considerar el habla como el gran logro de la humanidad; con él expresamos el pensamiento y conceptos complejos, y además es relativamente fácil de controlar.

¿Qué pasa con el lenguaje no verbal? Es muchas veces el gran olvidado, o mejor dicho, el gran desconocido, y sin embargo desempeña un papel destacable en el conjunto de la comunicación en sí, y en la negociación puede ayudarnos enormemente si sabemos a cada paso cómo hacer de la expresión corporal un buen aliado.

Entre los diversos componentes no verbales que entrarán en juego, hay uno que me gusta destacar porque es específico y fácil de aplicar desde ya: ¿cómo sentarse en la mesa de negociación? ¿Dónde situarnos mi o.c. y yo?

En realidad, la pregunta se origina en: ¿cómo debo gestionar los espacios en la negociación? Para eso debemos recalar brevemente en los estudios de Edward T. Hall, que es uno de los grandes referentes en proxemia. Hall observó que los humanos empleamos el espacio de forma claramente diferenciada según los interlocutores, la situación y la cultura, y definió 4 tipos de distancias (adapto las medidas a la cultura española; en la cultura anglosajona estas distancia son mayores):

  • distancia íntima, entre 10 y 40 cm, donde tienen lugar los afectos y también el ataque;
  • distancia personal, entre 40 y 1 m, la que empleamos al estar con amigos, familiares, equipo de trabajo;
  • distancia social, entre 1 y 2,5 m, la que mantenemos al estar con personas a las que conocemos poco, intercambiamos cuestiones no personales;
  • distancia pública, a partir de 2,5 m, cuando nos estamos dirigiendo a un grupo numeroso de personas, como en conferencias o charlas.

Habitualmente al asesorar a empresas y despachos de abogados, sin importar su tamaño, me encuentro que para las reuniones se suele contar con una mesa de grandes dimensiones, tanto en anchura como en longitud; la mesa es grande, al margen de que la sala de reuniones sea más amplia o menos; lo que parece contar es el tamaño de la mesa. Al preguntar, en la mayoría de ocasiones se sitúa al interlocutor contrario al otro lado de la mesa, delante de nosotros, en lo que llamamos puesto enfrentado:

puesto enfrentado negociacion

Y aquí, teniendo en cuenta que las mesas no bajan del 1,20 de anchura, es donde hay que preguntarse: en la negociación, ¿quiero emplear una distancia personal o una distancia social con mi opuesto? Es cierto, no es un colega al que veo cada día y con el que estoy familiarizado/a o quien trataré asuntos personales. Es más, con probabilidad tendremos prejuicios contra el abogado/la parte contraria que se originan en la empresa a la que representan, lo que creemos que nos van a pedir…

Todo eso se refleja en la mesa de negociación: situamos a nuestros contrarios enfrente para marcar y mantener esas distancias. Estamos reforzando y recreando el lenguaje de la lucha, cuando lo que necesitamos no es el enfrentamiento y la distancia sino precisamente lo contrario: un acercamiento y el establecimiento de confianza. Al fin y al cabo, se trata de que ambos ganemos (o si es una negociación distributiva, que el otro gane menos pero se vaya contento para posibles futuras negociaciones, ¡la vida laboral es muy larga!).

Así pues, yo os propongo que probéis en las negociaciones a sentar de forma consciente a vuestros opuestos de una forma diferente, en esquina:

puesto esquina negociacion

No hace falta que las rodillas se toquen; podéis situaros en esquina pero apartados ligeramente. En un puesto de esquina, con menos distancia entre ambos, y no teniéndoos frente a frente, se acortan las distancias físicas pero no demasiado pues se tiene como barrera la esquina. Estando más cerca, mostramos de buenas a primeras confianza con la otra parte; además, podemos observar mejor el lenguaje no verbal del otro y podremos también gestionar mejor el nuestro (el tacto, la postura…).

¿Qué pasa si la reunión tiene lugar en el despacho del otro, y es el otro el que gestiona la ubicación en la mesa? Es muy probable que de forma natural vuestro contrario os asigne un puesto enfrentado, pero si  con soltura nada más entrar mostráis preferencia por una de las puntas de la mesa de modo que el otro tenga que sentarse en una de las esquinas, no creo que sea una opción mal vista: simplemente podrá sorprenderse pero poco más. Si no hay manera y os hacen sentar en puestos enfrentados, entonces habrá que trabajar de forma más atenta los otros elementos de la comunicación no verbal, para contrarrestar ese puesto tan marcado.

En cualquier caso, sea la reunión en vuestra empresa o en la del otro, conviene tomar la decisión de dónde ubicar al opuesto de forma consciente, sin que sea algo que se haga por inercia o se deje al azar. Yo desde luego lo pongo en práctica siempre que deseo establecer una relación de confianza más que de demostrar poder, y me va bien. No tengáis miedo a probarlo, os auguro que observar buenos resultados en la relación y por ende, en el resultado global de la negociación.

Un cordial saludo,

Ana