Nayib Bukele. Liderazgo sereno estilo salvador

Nayib Bukele es sin duda alguna un presidente alternativo. Aquí van 3 acciones que se salen de lo normal: no cobra sueldo como presidente, ha hecho del bitcoin una moneda oficial en su país, y sortea sin miedo los poderes establecidos. También es diferente en su vestimenta y en su comunicación verbal y no verbal, con un liderazgo carismático sereno, y de eso es de lo que vamos a hablar en este post.

Criticado por haber decretado el estado de excepción (que restringe libertades) para luchar contra el entramado criminal de las pandillas, que sumaban más de 570.000 personas en un país de solo 6.300.000 habitantes y causaban 50 asesinatos al día. Cuestionado también por la introducción del Bitcoin en su economía. Cuando en política se es un verso libre, y más si coincide que se miran los intereses propios del país, suele pasar que institucionalmente se encuentren críticas tanto dentro como, sobre todo, fuera de sus fronteras.

Pero a la vez Bukele es admirado por millones de personas en el mundo entero. Un breve ejemplo, hace pocos días un taxista marroquí me sorprendió diciéndome que deseaba un Bukele en Barcelona para poner leyes más duras ante la inseguridad creciente (aunque después apostillaba que lástima que hubiera mostrado apoyo a Israel). Es decir, Nayib Bukele está en boca de todos.

Gusta a ciudadanos de izquierdas y derechas, por su liderazgo carismático sin extremos marcados y basado en iniciativas más que en ideologías. Antes de fundar su propio partido, Nuevas Ideas, ejerció como político en el FNML, bloque de izquierdas con tintes revolucionarios y guerrilleros de El Salvador, a quien ahora critica y señala duramente en sus discursos.

Bukele, solo 5 años más joven que Macron, despliega un liderazgo que huele a nuevo, en el que combina diversos elementos creativos y sin esfuerzo aparente. Y es que en general, la mayoría de las cosas que hace, dice, viste o legisla están fuera de lo habitual y hacen que el concepto de «político» no case con él.

Vamos a profundizar en su estilo comunicativo, tanto desde el punto de vista de la comunicación no verbal como la verbal. Él se autodenomina «el presidente más cool del mundo», y aunque esa falta de humildad le resta puntos, tiene un peculiar liderazgo en positivo que vale la pena analizar.

En los grandes discursos lo acompañan, y suele dedicar unas palabras a su mujer y sus hijas, haciendo que la atención gire en torno a ellas unos momentos. Forman parte de la imagen de Bukele.

Rompe moldes en muchos aspectos, y su imagen no es excepción. Aunque llama la atención su informalidad, en realidad sus prendas son de calidad, bien ajustadas, y lucen sin una arruga. Se imagen se corresponde más a la de un emprendedor joven que a un político. Se ha construido su propio uniforme, coherente con las novedosas medidas aplicadas en sus años de gobierno:

  • No lleva corbata
  • Suele vestir jerseys de punto delgado y entallados, marcando su figura fibrada
  • Viste muchos polos de la marca Polo Ralph Lauren, por fuera
  • Suele llevar gorra, a veces del revés, incluso para eventos de cierta formalidad
  • Cuando viste formal, el pañuelo y los calcetines son del mismo color (a veces rojos)
  • Lleva un Reverso, un reloj icónico de la marca Jaeger Le Coultre, con la hora tapada
  • Pelo engominado y barba muy recortada, que le confieren un aspecto pulcro (quizá demasiado)
  • Dentadura alineada y blanquísima, que luce en sonrisas duraderas

Las redes sociales de Bukele poco tienen de «cuenta de presidente de un estado» y dan cuenta de dos cosas:

  1. Tiene muy claro que su mensaje y popularidad aumentan exponencialmente con las redes. Postea vídeos de escenas familiares grabadas muy de cerca por él mismo sin calidad, fragmentos de sus discursos, fotos suyas sosteniendo armas nuevas XL, pandilleros detenidos, o despliegues militares en plena maniobra… Un popurrí en que no se da puntada sin hilo, combinando intimidad y acción gubernamental. Aunque quizá resulte algo empalagoso y personalista, y falte más presencia de contacto con el pueblo salvadoreño.
  2. El número de seguidores y los miles de comentarios en cada post es mucho mayor que otros políticos de renombre internacional, como Macron (3,4 millones), o proporcionalmente mayor si consideramos el número de habitantes de los países: Obama 36,3 millones o Trump 24,5 millones. Estados Unidos tiene 333 millones de habitantes, versus 6,3 millones de El Salvador.

Una curiosidad: según he podido ver, los posts relacionados con el ejército o armas tienen miles de comentarios más que el resto, y la gran mayoría provienen de otros ciudadanos centro y suramericanos. El hecho de que hable español le abre todas esas puertas.

Publica fotos con armamento potente. Los posts con armamento o militares son los más comentados.

NO LEE

Bukele no lee los discursos sino que los lleva perfectamente preparados. No importa si duran 10 minutos que 35 minutos. Eso le permite tener un lenguaje no verbal más natural y espontáneo, especialmente gestos y uso de la voz con pausas y énfasis de lo relevante.

GESTOS DELICADOS Y CONCILIADORES

Siempre gesticula con ambas manos orientadas a uno u otro lado de la audiencia, lo que permite hacer entender mejor su mensaje. Su rostro es bastante inexpresivo, algo que le resta pasión pero transmite un poder sereno, algo positivo en el liderazgo que despliega. Incluso en las preguntas más incómodas no levanta una ceja.

Sus manos son pequeñas y con dedos de aspecto delicado, y los movimientos en sus gestos son también suaves y poco contundentes. Su imagen pulcra, gestos delicados y poca expresividad facial contrasta con su mensaje verbal, rotundo, y severo hacia diversos flancos de poder. Esa combinación le confiere la imagen de un líder sereno, puntuando medio en la dimensión dominancia o masculinidad.

Es decir, alejado del estereotipo Trump, Bolsnonaro, Abascal, que gusta a muchos pero también rechazan muchos. El carisma de Bukele, con su entonación pausada y sus gestos suaves, es más amigable. Lo que le permite un discurso verbal y unas acciones más duras, pasando más desapercibidas.

Cuando explica o responde a algo, suele repetir la idea 2 o 3 veces, además apelando al aspecto emocional. Lo que me hace pensar que no tiene memorizado el discurso sino solo el esquema en la mente y de ahí improvisa. Por ejemplo:

«¿Cuánto pagaría alguien por vivir? ¿Cuánto pagaríamos porque no nos mataran a un familiar, a un ser querido a un hijo? Cuánto pagaríamos por eso. Los que han perdido familiares, ¿cuánto pagarían por recuperarlo? Sin el éxito de esta guerra contra las pandillas muchos de los que están acá y muchos de los que nos ven en televisión y en redes sociales estarían muertos. Fueron decenas de miles de salvadoreños que murieron en cada gobierno. Hoy, son decenas de miles de salvadoreños salvados por el trabajo de este gobierno.»

En sus discursos o entrevistas, suele reservarse un espacio para hacer entender la situación que venía arrastrando El Salvador, retomar los puntos espinosos de sus iniciativas y enumerar los logros hechos en todos los campos. Lo que él mismo llama «perspectiva».

Muy hábil con las palabras. Tiene facilidad y responde a cualquier pregunta con soltura, tanto en español como en inglés. Emplea constantemente figuras retóricas: quiasmos, metáforas, antítesis, enumeraciones…

Suele mostrar una ironía sutil, que emplea como ataque a sus adversarios políticos o críticos. Por ejemplo: «Hasta hace poco, la sola idea de sacar el celular en la calle era impensable, una locura. Imagínense. hasta los opositores pueden (…) sacar sus teléfonos y grabar sus ataques a las 2 am criticando las obras del gobierno».

Hace cosas que parecen espontáneas, como dar un beso vistoso a su mujer en medio de un discurso. O se dirige a la audiencia y espera su respuesta. O, como sucedió en su primer discurso en la ONU en 2019, empieza el discurso haciéndose un selfie y subiéndolo a las redes sociales. No es que sea espontáneo, pues algunas de estas conductas están calculadas, sino que se trasluce que se ha autoconcedido licencia para ser libre.

Después de haberlo analizado a fondo, me queda la idea de que podría inspirarse en Jesús, de forma consciente o no, por estos 3 aspectos:

1. HABLA EN PARÁBOLAS

Lo que me ha parecido más llamativo de su forma de comunicar es que cada vez más emplea parábolas, el recurso que recogen los Evangelios de cómo hablaba Jesús. Situaciones ficticias con personajes también inventados, que emplea para ilustrar el foco más importante de su discurso, y de ahí va haciendo paralelismos durante el resto del discurso.

Por ejemplo, en el discurso de investidura de Bukele del sábado día 1 de junio 2024, explicó durante 6 minutos la parábola de un enfermo de cáncer que nota que empeora, acude a varios médicos y todos le van dando malas recetas; algunos incluso lo envenenan, con lo que no solo no se cura sino que enferma aún más. Finalmente va a un médico que le dice que para curarse tendrá que tomar una medicina amarga; cosa que hace con pesar pero se cura. Ahora, habiéndose quitado de encima el cáncer, puede dedicarse a otros aspectos de su salud.

El cáncer era la inseguridad causada por las pandillas y los asesinatos diarios. Los médicos «malos», todos los anteriores gobiernos nacionales e influencias extranjeras con las medidas que no funcionaron para desterrar la violencia. Y el médico bueno es él y su gobierno. Los otros aspectos de la salud, la economía, que según anunció es el siguiente paso en el que concentrarse.

Las parábolas es una forma de hacer muy sencillo algo largo y complejo. Y es que de todos sus discursos y entrevistas queda claro que Bukele sabe adaptarse al nivel de entendimiento de su audiencia y captar su atención.

2. SIN MIEDO, SIN ODIO

Es azote de los grandes poderes, pero todo dicho entre líneas. Como invitado en grandes foros o en cualquier entrevista, expresa lo que piensa de quienes ostentan el poder, ya sean los bloques geopolíticos, las instituciones tipo ONU o la prensa económica.

Muestra un mensaje que rompe con dogmas establecidos. Por ejemplo, admite los logros de la globalización pero plantea sus contrapartidas, y propone buscar alternativas que beneficien a todos.

Los discursos de Bukele no están orientados para la aprobación de la opinión occidental, sino para su propio pueblo y otros países en situaciones similares, a quienes en cualquier foro al que le invitan a hablar, exhorta a que no duden en probar con valor nuevas fórmulas adaptadas a sus propias necesidades. Esos mensajes de deseo de mejora de los otros países, constituyen también parte gruesa de su liderazgo. No te digo lo que tienes que hacer, sino que te influyo a que creas en ti. Cambia mucho, ¿no?

A diferencia de los nuevos movimientos que aparecen en toda Europa, el estilo de Bukele está alejado de los populismos. Ni grita, ni muestra odio, ni enfrenta a la sociedad. También es diferente de los políticos tradicionales, que ya sean de derecha o izquierda no despiertan pasiones, y se parecen en el poco carisma que tienen.

De hecho, lo que no parece Bukele es político. Porque ha sabido cultivar una imagen de gobernante alternativo, alejado del poder, y que no tiene que recurrir al insulto o la degradación del otro para hacer valer sus acciones o ganar seguidores. Eso es un éxito comunicativo.

Aspecto y discurso delicados, y mano firme.

3. REFERENCIAS A DIOS

Especialmente cuando se dirige al pueblo salvadoreño, menciona constantemente a Dios en sus discursos e incluso cita algún pasaje del Evangelio brevemente. No solo hace gala de su fe, sino que deja entender que Dios está de su lado. De momento no me queda claro si menciona a Dios para conectar mejor con el público salvadoreño o realmente muestra su fe porque es libre también en esto.

En cualquier caso, llama la atención que lo exprese y viene a ser coherente con todas sus acciones al margen del establishment.

Después de analizarle largo y tendido, podemos confirmar que Nayib Bukele es un líder diferente. Una vez superada la barrera de lo que se espera de un líder occidental, impregna todo su liderazgo con esa huella de presidente alternativo, algo que trasluce en comunicación no verbal y verbal.

Su conducta serena combinada a la dureza de algunas iniciativas, así como la novedad en otras, despiertan interés y simpatía más allá de El Salvador. Como él dice: «Ahora todo el mundo conoce El Salvador, pero por algo bueno.» Y no me cabe duda de que ese logro no es solo lo que ha hecho su gobierno sino que le debe mucho a la imagen que proyecta el propio Bukele.

Pienso que con tanta popularidad podría acabar cultivando un liderazgo demasiado personalista, centrado en su figura y familia. Habrá que seguirle de cerca e ir viendo.

La vestimenta de Zelenski en cada visita oficial

Vestimenta de Zelenski en las visitas oficiales coincidiendo con el anuncio de las ayudas economicas

Los diversos estados occidentales y el equipo de Zelenski coordinan las visitas coincidiendo con el anuncio a los ciudadanos de los paquetes de ayudas para Ucrania. En cada una de estas visitas, la vestimenta de Zelenski ha resultado invariable: austera, de estilo militar, fuera de protocolo. La apariencia forma parte de la escenificación.

Los tiempos complejos exigen conductas a la altura, y la planificación es también un aliado. No nos cabe duda de que la apariencia de Zelensky está incluida en ese plan de acción excepcional.

Recordemos que la apariencia es una forma más de comunicación no verbal, como pueden serlo los gestos, las posturas o la velocidad con la que nos movemos. Nos expresamos e inferimos a través de prendas de vestir, aderezos como peinados y barbas, y también elementos más estáticos, sobre los que tenemos poco control, como son los rasgos faciales y corporales (la forma de las cejas, la proporción de las facciones, tamaño de la nariz u ojos…).

Zelensky, no militar de formación, se ha encontrado con esta guerra, de cuyo bando es la cara visible. Desde el primer día de esta guerra, el presidente ucraniano se vistió con ropa de tonos militares. No pudiendo llevar ningún traje formal, viste prendas llamadas «de trabajo», para tareas del día a día y que no exigen etiqueta.

A través de sus redes sociales, en las que desde el principio fue un comunicador activo, nos hemos familiarizado con su apariencia bélica y frugal, que nos hacían meternos de lleno en el día a día de la situación. Los medios occidentales, con su cascada de noticias por día sobre esta guerra, también difundían por activa y pasiva las imágenes del presidente ucraniano, sus reuniones, etc. con lo que es la imagen que tenemos en la retina.

Esa imagen ha reforzado su liderazgo y la difusión de esta guerra al mundo. Incluso en un reportaje de la revista Vogue americana él se dejaba retratar con la misma camiseta militar, mientras que su mujer llevaba prendas de diseñadores ucranianos, algunas en los colores nacionales, amarillo y azul.

Así es como hemos podido ir siguiendo las diversas visitas oficiales que ha hecho a muchos países occidentales durante los 2 últimos años. Y hemos podido constatar que siempre acude vestido con la misma indumentaria frugal de estilo militar, verde o negra, con el escudo y emblema de Ucrania.

Esta apariencia es altamente llamativa especialmente porque las personas que lo reciben en estos países (presidentes, embajadores, altos cargos de los ejércitos, etc.) sí que acuden a las reuniones ataviados con formalidad y según protocolo, cosa que hace resaltar aún más esas prendas sencillas.

Por eso, cuando alguno de nosotros dudemos de la importancia de nuestra apariencia, especialmente en momentos más destacados para nosotros, recordemos el caso Zelensky.



Las reuniones son a puerta cerrada con los gobernantes de cada país que visita, pero se necesita la aprobación general de la opinión pública para dar el visto bueno a los paquetes de ayuda, que se cuentan por miles de millones de todos los contribuyentes entre apoyo militar y financiero. Estados Unidos ha dado, en 2 rondas, más de 100.000 millones de dólares; Francia, 3.000 millones de euros, y España ayer (27/5/24) 1.000 millones de euros.

Y ahí radica la importancia de acudir vestido como si se hubiera teletransportado en segundos desde Kiev. Con su imagen nos traslada, nos comunica no verbalmente, la actualidad de la guerra a nuestra retina, a través de todas las imágenes que se difunden en los medios.

Claramente acudir así vestido forma parte de una planificación: las negociaciones de cuánto puede dar cada país se gestan a distancia. Sin embargo Zelenski hace la visita oficial ataviado con su invariable imagen el mismo día que los gobiernos hacen el anuncio a la ciudadanía de la ayuda económica que se va a dar a Ucrania. Las fotos de los mandatarios de ambos países se difunden ese día ampliamente en los medios y redes.

¿Tendría el mismo efecto en la aprobación de la ciudadanía la millonada que se da a otros país, si no se escenificara de algún modo la guerra? Probablemente: no.

¿Modificaríamos nuestra imagen si fuéramos el presidente de nuestro país y saliéramos a pedir ayuda económica a un montón de países? Apuesto a que: por supuesto.

Por eso, si eres de esas personas que piensa que la imagen personal no importa y que lo importante es tu esencia, que los demás valoren tu interior, tus habilidades profesionales y tus capacidades mentales… te animo a reconsiderar esa opinión a partir de ahora. Trabajes en lo que trabajes. Tengas la vida personal que tengas.

Cuando tengamos un evento relevante en nuestro calendario profesional o personal, vale la pena dedicar tiempo a revisar si hay algo en nuestra imagen que podamos adecuar y mejorar ese día para acercarnos más a los objetivos del evento o nuestros intereses generales.

Puede ser recortarse la barba un poco; puede ser llevar el traje más planchado; puede ser quitarnos pulseras o collares que no vienen a cuento o son ostensosos… Ir mejor peinado, deshacerse de esa sudadera con capucha, llevar menos o más tacón, menos o más maquillaje… Lo importante es concederle la relevancia que tiene y detenerse a evaluar nuestra apariencia en cada momento. No es mentir, es hacer que nuestra imagen nos ayude.

Aprovechamos este artículo para hacer el análisis a Putin, cuyo gobierno desde el inicio llamó «conflicto» a la guerra, y que no ha cambiado su apariencia durante estos años. Deja las prendas militares a su equipo de defensa. Porque él también sabe que la imagen cuenta.

Lo dicho, no hace falta que estemos envueltos en una situación tan compleja y delicada para poner el foco a nuestra apariencia. Piensa hoy, ¿qué quiero transmitir, en general o en tal o cual evento? ¿Puedo cambiar algo de mi apariencia para acercarme al objetivo?

Y si tenéis cualquier pregunta al respecto, no dudéis en contactarme.

Cambios de armario en 5 consejos prácticos

En los países que tienen estaciones, hay 2 momentos al año en los que por las calles pueden coexistir personas en con abrigo de lana junto a quien va en tirantes y sandalias, y pueden no ir acertados ni unos ni otros. Cuando llega la primavera y el otoño, aunque aún no haga calor o frío del todo, toca hacer lo que llamamos cambio de armario.

Aunque parezca evidente, es muy frecuente que durante esos momentos de cambio de temperaturas nos parezca difícil saber qué vestir, llegando no solo a pasar calor o frío, sino a vernos fuera de lugar con las prendas que hemos elegido.

Vernos bien es algo deseable ya que, aunque parece frívolo, nos afecta en positivo tanto en el rendimiento como en la seguridad en nosotros mismos. Y además, una apariencia bien trabajada comunica rápidamente que nos importamos, que sabemos cuidar de nosotros mismos.

Por eso os dejo 5 consejos prácticos sobre cómo hacer el cambio de armario, para que podamos igualmente elegir con acierto lo que vistamos cada día.

1. EL CAMBIO DE ARMARIO ES ESCALONADO

Una buena imagen no es algo aleatorio, algo con lo que se nazca o de lo que se carezca por el resto de tu vida. Aquellas personas de las que apreciamos su buen vestir, que son estilosas y elegantes, dedican tiempo y recursos a su aspecto. Puede que disfruten más que otras analizando su aspecto o mejorándolo, pero al final, no es solo buen gusto sino que también dedican tiempo.

En una buena imagen intervienen varios factores: llevar la ropa de la talla correcta, patronaje que equilibre tus proporciones y más. Y uno de esos factores es también la adecuación; no solo a qué llevar en cada ocasión (una cena de trabajo, un evento de día, una conferencia…), sino también la adecuación a las estaciones en cuanto a colorido y materiales.

Por eso, hay que mentalizarse de que tener un armario en el que siempre hay cosas adecuadas a mano no se consigue rápido. Va bien ir haciéndolo por pasos, en vez de cambiar la ropa de golpe. Esto va a llevar algo más de tiempo, pero para tener una mejor imagen siempre hay que estar dispuesto a dedicar más tiempo.

EL ENTRETIEMPO, CONCEPTO CLAVE

Las temperaturas no suben o bajan de golpe y con una fecha señalada, sino que lo hacen de forma gradual. Tenemos unos periodos bastante largos de transición, que son en realidad la primavera y el otoño. En primavera sigue haciendo cierto frío pero la luz del sol ya es diferente y ha cambiado la hora. En conjunto: la ropa de invierno no apetece, queremos dejar atrás el frío y sus prendas. Y en otoño aún hace calorcito en las horas centrales del día pero lo mismo la luz es distinta, el día más corto, refresca de noche… y las prendas vivas y ligeras del verano no parecen cuadrar bien. De ahí que el concepto «entretiempo» tenga sentido.

2. TEN PREPARADA UNA CAJA DE ENTRETIEMPO (O DOS)

A lo largo de los años he comprobado que lo que mejor funciona es tener una caja aparte con prendas de entretiempo, válida para primavera y otoño:

  • jerséys finos de lana merino
  • camisas de manga larga
  • camisetas básicas
  • calzado cerrado que quede bien con o sin calcetines/medias
  • alguna gabardina o plumón fino de colores que pasan bien para primavera y otoño como verde militar
  • chalecos
  • sudaderas
  • jeans
  • pantalones de colores como negro, mostaza, beige, blanco… que funcionan en ambos periodos

Todas esas prendas sirven para los inicios de primavera y otoño, y puedes cambiar los complementos: de colores más alegres en primavera, y oscuros y de tejidos ricos en otoño.

La ropa de entretiempo existe, en las tiendas hay opciones inteligentes y te resolverá el «qué me pongo» durante las 8-10 semanas de entretiempo que hay sumando el inicio de primavera y el del otoño, que no es poco.

3. GUARDA ENSEGUIDA PRENDAS ULTRA INVERNALES O MUY DE VERANO

En los periodos de transición, como en inicio de la primavera y el otoño, queda fuera de lugar seguir llevando prendas típicas de la estación que se acaba de terminar. Por ejemplo, un jersey grueso de lana en un día de calor de abril, se va a ver desubicado. Lo mismo, las sandalias en noviembre. O colores oscuros cuando el sol de primavera empieza a apretar.

Por eso, nada más llegar el cambio de tiempo, te irá bien guardar o apartar las prendas más típicas invernales o veraniegas. Pongo fechas aproximadas para tener una referencia (estaciones en España).

El 1 de abril ya no lleves:

  • grandes plumones
  • jerseys de cuello vuelto
  • abrigos de pelo animal (real o falso)
  • jerseys gruesos de lana (deja los finos de lana merino o cachemere, que abrigan igual pero tienen un aspecto muy ligero)
  • bufandas invernales
  • tejidos como terciopelo, pana, lana gruesa

El 1 de junio ya no lleves:

  • nada de color negro durante el día
  • medias o calcetines
  • nada de la temporada otoño invierno (ya puedes sacar el 100% de tus prendas de verano)
  • bolsos muy oscuros
  • sudaderas con capucha (hoodies)
  • hombres: no llevéis traje o americana con mocasines de suela de goma sin calcetines, ¡sobre todo si lleváis corbata! Con calzado «recio o serio», se llevan calcetines (tip de sofisticación, confiad en mí)

El 1 de octubre ya no lleves:

  • sandalias o zapatos de verano
  • vestidos de verano las mujeres, camisas de manga corta o con estampado veraniego los hombres
  • prendas de lino, como americanas
  • trajes de chaqueta con tejidos finos o colores de verano
  • complemento o ropa de colores vivos de verano (turquesas, rojos, amarillos…)
  • bermudas

4. COMPRA CON CALMA Y CRITERIO

En la tendencia a la inmediatez que se va imponiendo, y si el bolsillo acompaña, es tentador salir a comprar unas cuantas prendas para pasar la primavera y el otoño en cuanto cambia la luz del día y las temperaturas. Pero eso hará que probablemente se te acumule más ropa en el armario y te dificulte la tarea de elegir.

Sugiero que antes de salir a comprar revises las cajas de ropa que tengas, ya que a veces ni nos acordamos de lo que tenemos guardado. Cuando vamos comprando perdemos poder adquisitivo que podríamos destinar a buenas prendas que mejorarán de verdad el armario, durante años. Por eso, revisar lo que ya se tiene y hacer un listado de lo que falta, nos hace ser más eficientes.

Recuerda: se hace todo escalonado, en orden y venciendo la pereza. Ese amigo o colega al que admiras por su armario, probablemente dedique tiempo a pensar e invertir en las prendas adecuadas.

5. SÉ PREVISOR Y NO ESPERES A QUE LLEGUE EL CALOR O FRÍO DEFINITIVOS

Aunque las suaves y agradables temperaturas de primavera y otoño se instalan durante unas cuantas semanas y con la ropa de entretiempo vamos bien, tengo comprobado el calor del verano y el frío del invierno parece que llegan de un día para otro. Y para cuando ya hace 27 grados, muchas veces tenemos aún en el armario las botas y los calcetines largos, con todo lo demás, sin guardar.

Por eso, va bien ser previsor y unas 3 semanas después de haber sacado la ropa de entretiempo, dedicarte a sacar toda la demás ropa de verano, para tenerla a punto cuando ya la temperatura sea veraniega del todo. Hacerlo con cierta anticipación te permite recircular lo que no te hace ilusión, planchar lo que esté arrugado y tenerlo a punto sin que nos pille el toro.

No es fácil y parece un tema ligero. Está claro que no es de vida o muerte. Pero a todos nos gusta ir mejor que peor, y es un pilar más para mantener nuestra imagen personal.

Espero que estos simples consejos te sirvan.

Un abrazo,

Ana

Aprendizajes de la crisis reputacional del Kate Gate

El vídeo de Kate Middleton ha sido un solemne bofetón a todo y casi todos. Un comunicado breve y con dosis iguales de humanidad y dignidad, que nos deja algunos aspectos de los que podemos aprender.

De todo este asunto más del corazón que otra cosa, podemos aprovechar para sacar aprendizajes desde el punto de vista de la comunicación, tanto comunicaión no verbal como discurso verbal, que tengan aplicación para nuestro día a día laboral o personal. ¿Qué lectura se puede hacer de todo esto?

Crisis de reputación por ausencia de comunicación

Lo que ha sucedido en este caso de Kate Middleton es que desapareció de la escena pública y durante semanas no se ha sabido nada. Cuando empezó la curiosidad y rumores sobre su ausencia, la casa real inglesa presentó un comunicado que informaba de una operación de abdomen, sin más detalle. Tras esto, largas semanas sin volver a ver a esta persona, ni tampoco tener más comunicados oficiales.

Cuando ha habido un evento destacado y no proporcionamos información que explique aunque sea parcialmente la situación, el entorno se resiente. Esto aplica a todo, desde nuestras relaciones personales hasta la comunicación interna o externa de empresas, instituciones o partidos políticos. Imaginaos que vuestra pareja hace algo totalmente inusual, y no nos da ninguna explicación: ¿nos quedaríamos igual? Probablemente nuestra mente empezaría a tejer una red de posibilidades, nos fijaríamos en otros detalles anteriores, etc.

Lo mismo sucede aquí. Ante la ausencia prolongada de información, han surgido hipótesis, algunas razonables y otras, conjeturas sin pies ni cabeza que han llenado páginas y vendido muy bien. La cosa no suele quedarse en hipótesis sino que también se generan opiniones negativas, que suponen un perjuicio para la imagen en general.

Las casas reales no son solo una familia formada por un número determinado de personas que representan un país en determinadas ocasiones. Son auténticas instituciones, cuya existencia se debe en parte a la relación con la ciudadanía y a su consentimiento, por lo que cada paso se da con cautela. Se trata de una relación que combina inaccesibilidad junto con momentos de cercanía.

Las cosas de palacio van despacio

Además, las casas reales son entidades acumuladoras de tradiciones longevas y sujetas a protocolos más bien rígidos, lo que hace que sean entidades menos dinámicas y respondan más lentamente ante cualquier evento.

Ese ritmo lento choca con la cultura de la inmediatez actual, propiciada especialmente por las posibilidades que provee el mundo digital. Todos tenemos acceso a casi todo a golpe de clic, y ningún clic daba la información ansiada.

Las casas reales, con sus diferentes estilos cada una pero especialmente la inglesa, precisamente deben parte de su aura de inaccesibilidad a hacer las cosas de forma diferente. Porque para hacerlo normal y corriente, en los tiempos normales y corrientes, ya están todos los demás, desde deportistas hasta influencers y otras personas de estatus alto, pero no tan alto, entre otras cosas por la rapidez y poco pudor con la que publican cada aspecto de sus vidas.

Sin embargo, en este caso aunque seguramente tendrían motivos razonables (los diagnósticos son lentos), se ha desequilibrado la balanza a favor de la lejanía, resultando en malestar general. No hay que olvidar que esta Middleton es uno de los miembros de la familia real más queridos por el pueblo inglés, por lo que la falta de comunicación se puede traducir en una asimetría en la relación: nosotros os queremos pero vosotros no tanto.

La virtud está en el equilibrio

Pensemos en cuántas veces personajes famosos han tenido que enviar comunicados rectificando posts que habían escrito o reacciones en directo… No será el caso de las casas reales, que van a otro ritmo y prefieren no dar pasos en falso.

¿Nos sería útil a nosotros aprender de ese ritmo lento en nuestra vida a la hora de comunicar? Como planteaban los estoicos, la virtud está en el equilibrio. Lo que en el caso de las crisis sería: ni dejar pasar demasiado tiempo ni trasladar cada sentimiento o detalle sobre la evolución de un asunto.

Está claro que el sentir general es que la casa real inglesa ha dilatado demasiado los tiempos. Por lo que ni la inmediatez ni el silencio prolongado parecen ser idóneos. En nuestras situaciones de crisis, para elegir los tiempos y más detalles, tendremos que analizar qué tipo de relación tenemos con quien se haya generado la crisis, y cuál es en ese caso el equilibrio.

Contenido escueto y compensado

Si recordamos el mensaje del comunicado, el contenido, encontramos un mensaje que refleja bien esa relación familia real — pueblo. Un contenido verbal que toca varios temas, algunos íntimos, pero en la superficie, sin ahondar. Tenemos estos bloques:

  • un agradecimiento a quienes se han preocupado por ella;
  • una explicación escueta sobre su estado de salud y tratamiento (el tuétano del mensaje, en el centro);
  • una apertura sobre cómo vive emocionalmente esta situación;
  • unas líneas dedicadas a otros enfermos como ella.

Por supuesto, el público quiere saber más. Qué cáncer, por qué, desde cuándo, etc. Pero, lo dicho, no se trata de una influencer que vaya a compartir hasta las ecografías y llantos, sino que algo escueto en su caso es lo coherente con esa relación endiosada de lejanía-cercanía en la que los tiempos los pone solo una parte. La información se deja caer con cuentagotas, y además las cuestiones de salud o emocionales no son un tema de agrado para estas esferas.

Entre la sencillez y la desvinculación

Como detalle llamativo, en el vídeo Kate Middleton aparece casi despojada de todo símbolo institucional: el marco del vídeo no es ningún lugar oficial reconocible, su vestimenta es demasiado informal y no lleva el característico maquillaje que enfatiza sus ojos. Como símbolos reconocibles, solamente tenemos el conocido anillo de compromiso.

Considero un desacierto esta imagen tan lejana respecto a la casa real. Es de los miembros mejor valorados, que aporta a la corona, y sin embargo tal como está organizado el vídeo, se traslada un mensaje de desvinculación o abandono (y el público es sentimental…). Si grabamos vídeos, el marco importa: dónde grabamos, qué elementos hay de fondo, ¿hay algo que tenga un significado especial?

Encontramos a una Kate sin apenas maquillaje en los ojos (que solía destacar en cualquier aparición pública). Una chica con un jersey de rayas y jeans, que podría ser cualquiera de nosotras.

Es posible que esa imagen sencilla, informal y casi anónima busque por un lado mostrarla humana y vulnerable frente a una enfermedad que no entiende de estatus «soy una persona normal más», y por otro reforzar la ausencia de esos meses, «he estado y sigo estando fuera del circuito oficial».

Lenguaje no verbal entre la serenidad y la angustia

Aunque empieza el vídeo sonriente y con cierto énfasis, su expresión no verbal (gesticulación, mirada y expresión facial) poco a poco se va volviendo átona, débil, de forma acorde con el mensaje verbal, que expresa preocupación, enfermedad, tratamientos… La amplia sonrisa de Kate Middleton, tan característica en sus apariciones públicas, está ausente, aunque de vez en cuando intenta dibujarla para transmitir un mensaje de positividad («estaré bien»).

Al mencionar a su marido y sus hijos, se toquetea las manos con gestos manipuladores que buscan auto apaciguamiento: tanto se acaricia los pulgares como cierra y aprieta los dedos de una mano contra la otra. Podemos intuir que lo que cuenta acerca de su familia íntima le genera pensamientos o emociones de valencia negativa cercanos a la preocupación y la ansiedad.

¿Vídeo generado con IA (inteligencia artificial)?

Si una imagen o vídeo están generados por IA es una cuestión que a partir de ahora irá estando sobre la mesa. Aunque quien quiere elaborar las teorías conspirativas siempre encontrará algún elemento que magnificar, es probable que en este caso las dudas se deban a la poca expresividad de Kate Middleton, ya que su lenguaje no verbal no muestra cambios. No cambia de postura, las ondas del pelo son estáticas, las manos apenas gesticulan más allá de enfatizar mínimamente el mensaje, su expresión facial se reduce al mínimo.

Se trata de un lenguaje no verbal coherente con el contenido verbal y la situación: tener que anunciar que se padece un problema de salud y la incertidumbre/ansiedad/ánimo bajo que se genera alrededor estando enfermo.

Además, leer (aunque sea del teletipo) resta a la comunicación no verbal espontánea ya que implica derivar recursos para la lectura, con lo que la expresividad se resiente. Por eso siempre recomiendo prepararse a fondo los mensajes y discursos antes de grabar o salir a hablar en público, para no tener que leer. La letra impresa convierte en muermo todas las palabras que salen por nuestra boca.

RESUMEN: Lo que nos interesa

De todo lo dicho, resumimos en estas 3 claves:

• Si hay una crisis, no dejar pasar mucho tiempo antes de comunicar tu mensaje, pues el vacío de información te perjudica porque se generarán otras informaciones para rellenar tal vacío, y ya no estarán bajo tu control.

• Digas lo que digas, siempre habrá quien interprete mal todo. Intenta obviar eso y centrarte en elaborar un mensaje equilibrado en cuanto a contenido y tiempos: demasiada rapidez e información muy detallada pueden resultar contraproducentes, y lo contrario también.

• La expresividad ayudará a potenciar tu mensaje. Asentir con la cabeza, inclinar un poco el cuerpo hacia delante en algún momento, mover más las manos (gestos más a la altura de la cintura-pectoral), son elementos no verbales fáciles de adoptar.

Mostrar empatía en la relación médico-paciente. Beneficios y tácticas

La comunicación empática hacia los pacientes logra unos beneficios contrastados que deja claro que es una herramienta positiva para el bienestar general y la relación médico-paciente.

Quien más quien menos, la mayoría hemos estado enfermos alguna vez y hemos tenido que pasar por las consultas de médicos y por hospitalizaciones. Si nos entretenemos un poco en escuchar la experiencia de cada uno, va a aflorar un aspecto crucial y transversal: si nuestra experiencia general fue positiva o negativa en función de cómo nos trataron, al margen del problema de salud.

Hay que tener en cuenta que cuando uno está enfermo o acude al hospital o consulta con un problema de salud, el punto de partida es generalmente de vulnerabilidad. El dolor, la preocupación, el temor, la incertidumbre, ir desnudo con un batín mínimo, los cambios en nuestra vida ordinaria… Todo eso genera un estado emocional de signo negativo, desagradable para nosotros, que probablemente va a afectar a nuestra percepción de las interacciones.

Podríamos llenar páginas con los casos propios o de conocidos que nos cuentan cómo tal o cual médico fue cruel, impertinente, desconsiderado en algún momento de la visita, tanto por el lenguaje verbal como en su lenguaje no verbal. Casos reales que me han explicado (y no son los peores):

  • doctora que no explica la enfermedad; da el diagnóstico mirando la pantalla y receta la medicación protocolaria;
  • médico que al atender a una persona en estado crítico al descubrirse un tumor y esta le exprese sus temores, comentar «eres un poquito hipocondríaca, veo»;
  • médico que está poniendo anestesia y, si el paciente se mueve, resopla y le espeta «estese quieto».

Afortunadamente, cada vez queda más patente que un buen médico o enfermero tiene que reunir cualidades técnicas y humanas. En concreto, ser capaz de mostrar empatía con los pacientes.

Rompamos una lanza a favor de los médicos. No solo hay personas que simplemente cuentan con pocas habilidades sociales, sino que no es fácil para los médicos tener que lidiar con las emociones del paciente, el dar malas noticias, y manejar las propias emociones que surgen de esas situaciones, día tras día. Parece ser que en ellos puede darse la inhibición de las emociones como medida de auto protección, con las consecuencias que eso tiene tanto para ellos mismos como para los pacientes.

Con esos puntos de partida de paciente y médico, podemos entender que la cosa no está fácil, en cuanto a comunicación entre ambos se refiere. Y precisamente la comunicación es un elemento CLAVE en todo el proceso médico. Pero no solo el trasvase de información sobre los síntomas, el diagnóstico o el tratamiento; lo que se ha podido estudiar en los últimos años es la importancia de las muestras de empatía hacia el paciente.

Empatía es comprender los sentimientos y pensamientos del otro (empatía mental o cognitiva), poder sentir y alinearnos con los estados emocionales del otro (empatía afectiva) y, ante el desequilibrio emocional del otro, responder con atención y compasión.

Los pacientes aprecian ser tratados como personas, no como un diagnóstico, un caso o una enfermedad.

Un grupo de investigadores (abajo tenéis la referencia) hicieron una revisión sistemática de artículos sobre la empatía en el entorno clínico y encontraron que la empatía de los médicos se asocia con estos beneficios, entre otros:

  • pacientes satisfechos
  • otorgar mayor autoridad al médico
  • adherirse al tratamiento
  • sentir menor ansiedad y estrés
  • mejores resultados clínicos
  • cumplir con el tratamiento
  • percibir un mayor bienestar

Otros estudios muestran también la correlación entre una actitud empática por parte del doctor y una reducción el sufrimiento psicológico del paciente, que se traduce en una mejora de su calidad de vida, algo nada desdeñable. No hay duda de que la calidez humana, en este caso concreto a través de la empatía, tiene grandes beneficios.

Hay más beneficios, que van más allá del paciente. Eso lo trataremos otro día porque merece reflexión aparte.

Muchas personas cuentan con la capacidad innata de conectar con el estado emocional o mental del otro. Sin embargo, hay quien no está tan orientado hacia las personas, o quien por razones diversas no se maneja bien en esas situaciones. Aunque cada vez se divulga más sobre las emociones y se puede entender qué es y qué supone la empatía, no todas las generaciones están familiarizadas con el concepto.

No se trata de llegar a sentir lo mismo ni de estar de acuerdo en todo. Recalco que el objetivo es mostrar empatía con pequeñas conductas tanto de lenguaje verbal como de comunicación no verbal, de modo que el paciente lo reciba y le suponga las mejoras enumeradas arriba.

  • asentir mientras el paciente se expresa
  • si hay que dedicar tiempo a escribir en el ordenador, levantar la vista para poder percibir sus expresiones faciales u otros gestos, que sumarán información a las palabras
  • mirar a los ojos al hablar, y cuando el paciente habla (parece obvio, pero…)
  • si el paciente está en cama, no quedarse a los pies de la cama para trasladar novedades sino acortar algo las distancias acercándose por el lado
  • no interrumpir
  • tocar, al final de una visita difícil, el brazo (entre codo y hombro). ¡Solo lo podremos hacer si estamos a poca distancia física!
  • nunca deben faltar alguna sonrisa cordial durante la interacción, siempre hay momento para ellas
  • preguntar cómo se siente o encuentra
  • preguntar si tiene dudas
  • mientras se lleva a cabo una intervención, ir explicando lo que se hace (por ej.: «ahora notará un ligero pinchazo, acabamos enseguida…»)
  • la expresión bálsamo total: «le entiendo», «comprendo su inquietud/tristeza/(describir lo que percibamos)»…
  • repetir alguna expresión que haya empleado el paciente
  • anticipar el tratamiento

Recordemos que no se trata de deprimirnos ambos, sino de ser capaz de ayudar a reequilibrar el estado emocional del paciente, ya que tiene muchos beneficios de salud para él, y para el éxito del caso.

En cuanto a los aspectos puramente no verbales, está claro que la mirada a los ojos, el toque en el brazo, la sonrisa cordial, reducir las distancias físicas, es sencillamente representar con el cuerpo esa cercanía mental que deseamos conseguir. Es necesario un abordaje verbal y no verbal.

Considero que podemos extrapolar los beneficios de aplicar empatía a la relación médico-paciente a cualquier relación que nos importe. Cuesta poco esfuerzo añadir a nuestra comunicación no verbal o verbal esos pequeños elementos que tienen el valor de cambiar el curso de una interacción, además de permitirnos ir creciendo en habilidades relacionales.

Y también, este post no está dirigido solo a personal médico sino también al paciente que todos somos o seremos. Personalmente observo que, aunque efectivamente nos sentimos muchas veces vulnerables al ser enfermos, no podemos ejercer un papel de víctimas ni dejar que las riendas de la relación médico-paciente recaigan solo en los profesionales de la salud. ¡Tenemos mucho que hacer por nuestra parte! Por lo tanto, a la luz de los estudios, os sugiero que hagáis movimientos para lograr empatía por adelantado:

  • preguntéis sobre el tratamiento, enfermedad
  • practiquéis la amabilidad (tono relajado, sonrisa cortés, paciencia…) con los doctores
  • acompañéis los síntomas con gestos, imágenes… Las palabras a veces no bastan.
  • compartáis cómo os sentís, brevemente

Y hasta aquí hoy sobre la empatía en el entorno médico. Os deseo muchas ganas de aprender a mostraros empáticos en general y, sobre todo, mucha salud.

Un abrazo,

Ana

Derksen, Frans; Jozien Bensing; and Antoine Lagro-Janssen (2013). Effectiveness of empathy in general practice: A systematic review. British Journal of General Practice, vol. 63, no. 606, pp.76–84

Atractivo: el fallo en el reparto de The Crown 5 y 6

¿Hasta qué punto marca la diferencia el atractivo? ¿Es uno de los aspectos que nos definen?

El reparto de la 5ª y 6ª temporada de The Crown me ha servido estos días para observar sobre algo que nos afecta a todos a diario: la belleza y el atractivo. Nos afecta como portadores (o carecedores) y nos afecta como contempladores.

Empiezo por el tirón de orejas a los directores de casting de The Crown, una serie que destaca en casi cada aspecto y una de las producciones más caras de la historia. En general excelente en cuanto a escenografía, recreaciones, vestuario, casting, guión e interpretación en cada temporada, en las temporadas finales ha fallado en la elección del personajes del príncipe Carlos por un sencillo motivo: ha pasado por alto el factor «atractivo».

En la 3ª y 4ª temporada de la serie, se eligió para el papel del príncipe Carlos al actor Josh o’Connor (imágenes de abajo), cuya interpretación le valió 5 premios de la crítica, entre otros un Emmy y un Globo de Oro. Su certera imitación del lenguaje no verbal como la vocalización, las miradas, la inclinación de la cabeza hacia delante, la gesticulación junto con la caracterización en materia de vestuario y peinado, fueron esenciales para la recreación del personaje. Pero ese éxito se debe también a elementos muy reconocibles del aspecto físico del ahora rey Carlos, en concreto las orejas perpendiculares o el tono rosado de la piel. En conjunto, la similitud entre la persona real y el recreado hacen que el personaje resulte creíble al espectador, y su aspecto resulte coherente con los hechos sucedidos y la personalidad.

Sin embargo, fijémonos abajo en el personaje de las temporadas 5 y 6. Hay un problema. ¿Cuál es?

¿Puede un actor atractivo hacer el papel de un hombre al que le gustan las flores y vive atormentado por la opinión de su madre?

El actor Dominic West hace una interpretación también sublime del personaje. Muy observador de los gestos adaptadores de la manos (siempre tocándose algún dedo o anillo), de los gestos tan idiosincráticos con la boca, también el acento, la postura… Pero por muy buena interpretación que haga West, hay algo que no puede evitar ser incoherente y echar por tierra la comunicación no verbal del personaje: Carlos es feúcho y Dominic West, atractivo. ¿Importa? Importa tanto, que el personaje no es creíble.

Aquí podríamos abrir debate, y los detractores de lo que afirmo pueden traer a colación cantidad de refranes y dichos sobre la subjetividad de la belleza y el atractivo:

  • Beauty is in the eye of the beholder
  • Nada es verdad ni mentira, todo depende del cristal con que se mira
  • O, como una vez me dijo un taxista mayor que solían decir en su grupo de amigos, «¡No hay novia fea!»

BELLEZA, ATRACTIVO Y PROPORCIÓN

Parte de razón hay en esos dichos. A cada cual le gusta lo que le gusta, y la belleza de alguien no solo reside en un conjunto de rasgos físicos sino que la actitud, los comentarios, la voz… todo es cuenta.

Sin embargo, tenemos varias certezas. Por un lado, sabemos que en la belleza la simetría tiene un papel importante. No la simetría total, pues hay estudios que muestran que curiosamente un rostro con una simetría absoluta se prefiere menos que uno con alguna asimetría mínima. Pensad en una ciudad: el centro de Roma con su simetría de alturas de tejados y materiales, resulta mucho más bella al ojo que cualquier centro de otra ciudad en la que cientos de edificios de diferentes alturas, anchos y estilos rompen la armonía. Esto en cuanto a belleza.

Por otro lado, se sabe también que en el hombre, a las mujeres nos suele parecer más atractivo encontrar por lo menos algunos rasgos prototípicamente masculinos, que se deben al dimorfismo sexuel (diferencias entre mujeres y hombres resultantes del desarrollo hormonal): nariz mayor, ojos más pequeños, mandíbula marcada, y todo lo que nos diferencie. Y en la mujer, el hombre prefiere los rasgos más asociados a la juventud (niñez, en realidad) y feminidad, como nariz pequeña, ojos grandes, líneas redondeadas… (A pesar de eso, todos tenemos en mente mujeres y hombres que nos han gustado y que no entraban en esos esquemas, y es genial también.)

Pero lo que he observado es que ni la simetría ni los rasgos del sexo opuestos son suficientes para resultar atractivo o atractiva. Hay algo importante también: la proporción.

En el caso del reparto de The Crown, Carlos de Inglaterra tiene una desproporción clara entre los tercios del rostro. En el estudio del rostro (lo que se llama visagismo) se estudian las proporciones entre las zonas de frente, nariz y boca. En el caso de Carlos, el tercio de la nariz es desproporcionadamente largo respecto a los otros 2: la frente pequeña, la nariz larga, y la zona de la boca otra vez reducida. Y aunque en los hombres la nariz grande suma en el atractivo, me temo que eso sucede mientras se mantengan ciertas proporciones.

VULNERABILIDAD Y DOMINANCIA

Además, Carlos suele tener una expresión facial que transmite vulnerabilidad por la posición de las cejas (con el extremo hacia abajo y el centro hacia arriba, como en la expresión facial de tristeza, vergüenza, empatía…), al menos en muchas de las imágenes que de él se tienen:

En cambio, Dominic West, aunque en su actuación intenta activar los mismos músculos frontales para dar con la misma expresión (de ahí la cantidad de arrugas), sus cejas siguen fruncidas y bajas en el centro igualmente, no logrando esa misma apariencia de vulnerabilidad o afabilidad, sino que su rostro sigue siendo más agresivo y dominante:

De modo que en las temporadas 5 y 6 tenemos un príncipe Carlos atractivo («hot» como he visto que opinaban en medios anglófonos) y dominante. Y por ese motivo… el personaje no resulta coherente. ¿Un hombre tan atractivo, de aspecto recio y dominante, interesado por las flores y atormentado por las relaciones de familia y la opinión de su madre? Veredicto: no creíble.

Con la recreación del personaje de Lady Di, interpretada por Elizabeth Debicki en las temporadas 5 y 6, no hay ese problema: existe equilibrio entre el grado de atractivo de la persona real y la del personaje. El único pero sería la notable mayor delgadez de Debicki (fijaos en brazos y piernas de las imágenes), que añade fragilidad al personaje, quizá algo buscado también.

Si en el caso de la recreación del príncipe Carlos es un fallo el escoger a alguien asimétricamente atractivo, hasta el punto de que cuesta entrar y creerse el personaje y sus actos, ¿hasta qué punto es determinante el atractivo en una persona? La importancia del atractivo, más allá de la belleza, es enorme en nuestro día a día. Esperemos que los defensores de las teorías igualitarias no lo descubran e impongan formas de igualarnos a todos por abajo, como en otros aspectos.

RECREACIONES COHERENTES EN SERIES Y CINE

Para concluir, os pongo otras recreaciones de personajes más acertadas. No solo es importante que se parezcan físicamente sino que el grado de atractivo sea el mismo.

SERIE THE DROPOUT. Amanda Seyfried bordó el pape de Elizabeth Holmes en el biopic The Dropout. El grado de atractivo es mayor en Amanda, pero las conductas extrañas como abrir los ojos desmesuradamente entre otros, hacían coherente el personaje.

ELVIS, EL COMIENZO (2005). Los rostros de Jonathan Rhys-Meyers y Elvis son de partida similares en rasgos y atractivo, aunque Rhys-Meyers resultó algo femenino tras la caracterización debido al mayor contraste del colorido del rostro pues es considerablemente más pálido de piel que el cantante.

ELVIS (2021). Sin parecerse en origen a Elvis Presley, la caracterización de Austin Butler dio buen resultado. Además, Butler se esmeró especialmente en el uso de la voz, algo muy característico de cada ser humano. No solo los rasgos han resultado similares, como la mandíbula más bien afinada, sino la proporción.

Para finalizar, solo deciros que el atractivo se puede trabajar. No se trata de haber nacido con unos rasgos determinados, sino mucho de actitud, de la conducta que tenemos ante el día a día… y la que tuvimos en el pasado.

Saludos,

Ana

Las falsas apariencias, tema transversal en Sound of Freedom

La película pone en evidencia cómo la gestión de la apariencia es clave para conseguir los objetivos, ya sean nobles o perversos.

Sound of Freedom, producida en 2018 y estrenada en 2023 tras un curioso periplo hasta que pudo ver la luz, tiene como doble objetivo explicar:

  • por qué el negocio de explotar niños es mucho más rentable que otros negocios, como por ejemplo las drogas: mientras que la cocaína se usa 1 vez, a un niño lo puedes vender hasta 10 veces al día.
  • denunciar que en el propio Occidente hay un gran mercado de consumidores de sexo con niños, es decir, de pedófilos con medios.

La película hace un llamamiento a la realidad de la esclavitud infantil basándose en la historia real del ex agente de seguridad nacional Tim Ballard, quien logró rescatar de la trata a decenas de niños así como promover la cooperación entre EE.UU. y otros países de América contra el comercio y explotación de niños. Una película sin más pretensión que visualizar la triste temática, representada y producida por outsiders de Hollywood (léase outsiders como una calificación positiva) como Jim Caviezel, Mira Sorvino, Eduardo Verástegui o Mel Gibson.

Tras verla 3 veces en el cine acompañada por diferentes personas, pude empaparme bien de la película y me sorprendí a mí misma analizando una cuestión específica y transversal. Se trata del constante foco puesto en la apariencia, no solo en la imagen personal o entorno, sino en la modificación de nuestro lenguaje corporal habitual para ser percibidos como lo que no somos y poder acercarnos a determinadas personas sin que salten las alarmas. Lo que me hace preguntarme si la apariencia abarca mucho más de lo que habitualmente tratamos.

Si no has visto aún la película, mejor deja de leer para que no te hagamos espóiler, porque si vas a verla la disfrutarás tanto como yo.

Cuando la apariencia se usa para engañar a los demás, ya seas el bueno o el malo

La película subraya en diversas ocasiones de forma explícita el papel que el lenguaje no verbal puede tener en las interacciones. También, vemos a personajes aconsejando a otros personajes sobre cómo moverse, mirar o vestirse. Metalenguaje no verbal. Estos son la mayor parte de los casos:

• El protagonista, que en origen se dedica a detener pedófilos, se acerca a uno de ellos para obtener información, haciéndose pasar por un pedófilo más. Cambia su conducta no verbal dominante habitual por un comportamiento cercano gracias a mantener distancias cortas, el tono bajo de voz, largas miradas de complicidad con la cabeza inclinada y el tacto.

• Una ex modelo traficante que se vale de su apariencia de éxito y glamour para encandilar y engañar a niños y padres. Ataviada con prendas y un estilo elegante propio de Madison Avenue, transmite lujo y fiabilidad a esas familias que sueñan con una oportunidad sana de sacar a sus hijos de la pobreza.

• Niños a los que se les enseña a posar mirando a cámara con un punto entre cercano y desafiante. Niñas a las que se les pinta los labios y se les muestra cómo usar el pelo como reclamo y modificar la postura, dejando de lado su candor infantil.

• Al agente Tim Ballard, que aterriza en Cartagena (Colombia) con la intención de encontrar a una niña concreta entre traficantes, lo primero que le recomienda otro rescatador de niños es que abandone de inmediato su aspecto de «anuncio de Banana Republic» y se ponga lo que lleva cualquier turista que busca relajadamente «acción» con niños en esas tierras: unas chanclas, bermudas y camisas estampadas abiertas a medio pectoral.

Pero una camisa de flores y unas chanclas, por sí solas, no van a bastar para impresionar a mafiosos que lo que quieren es oler a pasta. ¿Alguien había dudado de que los espacios físicos donde desarrollamos nuestra vida (el coche, la vivienda, el club, el despacho)… hablan de nosotros, o si son falsos, cuentan buenas mentiras de nosotros? Tim Ballard lo sabía y convenció a sus aliados de que pagasen altas sumas para alquilar islas y mansiones, e impresionar así a los malos. Y si pensáis que se trata de malos muy tontos… en absoluto. Especialmente con personas a las que no conocemos, ¿quiénes no nos hemos fijado y fiado de las apariencias (ciertas o atrezzo) para formarnos una opinión?

• Pablo, el personaje que interpreta Eduardo Verástegui y que financia los planes de Tim Ballard, dedica un buen rato a ensayar cómo saludar a la guapa traficante para crear una buena primera impresión. Por un lado parecer un millonario pedófilo creíble, y por otro emplear con ella seducción (mirada intensa, hablarle bajo al oído) y persuadirle así de que traiga niños a su isla. La seducción es un camino corto para convencer.

• Los traficantes exhortan a los niños a que cambien sus expresiones temerosas y anden ligeros y sonrían para no defraudar lo que esperan sus clientes.

Parecer lo que no somos y aparentar el estado de ánimo que no tenemos es algo que hacemos con frecuencia. En este largometraje es interesante cómo esos cambios pasan a formar parte de la trama y el guión.

Como profesionales, nuestro esfuerzo por cuidar las apariencias no debería ir en dirección de simular lo que no somos, es decir a mentir, sino lo contrario: asegurarnos de que estamos mostrando a nuestro entorno nuestro conocimiento, know how, profesionalidad, etc.

Con frecuencia, nuestra apariencia se queda corta y le va bien un refuerzo, ya sea en cuánta pasión pongo al presentar mis servicios, si me visto acorde a la profesión, si las redes cuentan lo mismo de mí que cuando hablo en persona. De vez en cuando va bien revisar si sigue habiendo esa necesaria coherencia entre lo que soy y lo que aparento.

Y para finalizar, del reparto destaco el papel que interpreta Cristal Aparicio (a su vez una niña rescatada de las redes de explotación infantil), quien borda la expresión corporal y facial y convierte sus escenas en momentos de gran credibilidad emocional y su consiguiente impacto en el espectador.

No hace falta que os diga que os recomiendo enormemente la película (si tras este post os queda aún misterio para verla) por valiente, por ir a contracorriente y porque os hará pensar.

Abrazos,

Ana