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Liderar en situación de crisis. Análisis a Sánchez en la Policía en Barcelona

Marlaska-Barcelona

A raíz de los acontecimientos en Cataluña tras la sentencia por el procés, Pedro Sánchez pasó por Barcelona y por un lado visitó a los agentes heridos en los disturbios, tanto mossos d’esquadra como policías nacionales, y por el otro la Jefatura de la Policía Nacional en el centro de la ciudad, que es lo que analizamos hoy.

Viendo el vídeo de su intervención (vídeo al final de todo, muy breve), enseguida pensé «menudo bajón» si yo fuese policía en las circunstancias actuales en Cataluña. Tanto su discurso verbal como su lenguaje no verbal en este caso denotan una falta considerable de liderazgo. ¡Vamos que al acabar casi había que darle una palmadita en la espalda! Tanto es así que hasta Marlaska lo dice con sus gestos.

¿Qué es lo que hace que no sea el líder que hacía falta en ese momento? Vamos a centrar el análisis en 3 puntos:

• proporcionalidad entre discurso y contexto

• capacidad de liderazgo

• comunicación no verbal de Marlaska

PROPORCIONALIDAD AL CONTEXTO

¿Cuál es el contexto en el que hacer esta intervención, dar el discurso? Un cuerpo policial que se ha visto desbordado y sin refuerzos para hacer frente a episodios de disturbios estilo kale borroka, con violencia dirigida hacia los agentes. Gran tensión, compañeros heridos, falta de munición/efectivos, minimización por parte de las autoridades, órdenes de no ir a más a pesar del panorama encontrado. Esto, como análisis previo para empatizar con los receptores de tu mensaje.

Ante una situación similar, las palabras elegidas deben ser equiparables a la situación vivida, de modo que se cree un equilibrio en la balanza entre receptor y emisor. Básicamente, estar en la misma onda, hablar en la misma frecuencia. Palabras a la altura de los hechos. Gestos, tono, volumen… a la altura de las circunstancias.

Este es el discurso, y desde lo verbal, opinad si las palabras elegidas son proporcionales a los hechos y situación:

«Yo creo que sois un ejemplo de profesionalidad, de vocación de servicio público; algo que durante estos últimos años eh… pues eh… se ha menospreciado en algunas ocasiones por la opinión publicada, no la opinión pública. Y para aquellos que creemos en el servicio público, que tenemos vocación de servicio público pues es un orgullo el poder… el poder…eh el poder compartir con vosotros eh este rato y sobre todo el trasladaros estas palabras, ¿no? De agradecimiento, de reconocimiento, de solidaridad, ¿eh?, de apoyo, y sobre todo de ánimo. De ánimo porque no estáis solos, hay muchísima gente detrás vuestro, muchísima gente. Eh… y… es verdad que la crisis no ha acabado pero tenemos que persistir, ¿eh? Ellos probablemente quieran persistir, cronificar esta esta crisis pero nosotros somos mucho más persistentes, mucho más em… cabezotas.»

Esto es el corte al que se tiene acceso. Desconozco si hay más o mejor.

El problema no es tanto las palabras elegidas, a las que faltaría adecuar al contexto (en vez de «crisis», «grave crisis»; en vez de «cabezotas», «tenacidad» o «fuerza y honor», que suelen decir en la PN) como el lenguaje no verbal que las acompañan. Además de lo que decimos es muy relevante cómo lo decimos.

En este caso, Sánchez presenta coherencia entre un discurso verbal muy moderado (se queda muy corto) y un lenguaje no verbal apenas visible, en la entonación, volumen (apenas audible(, amplitud de la gesticulación…

Hay que tener en cuenta también que Sánchez fue abucheado al llegar, donde se habían congregado CDR para recibirle en la Jefatura. Por lo que es posible que su intervención ante la Policía fuese resultado de un estado emocional acorde. Es posible que el estrés le haya jugado una mala pasada, dejando su lado racional y tomar las riendas en dique seco.

En cualquier caso, discurso verbal débil, y debilidad enfatizada por su comportamiento no verbal.

LIDERAZGO

Los estudios demuestran que ante una comunicación de crisis en las empresas, resulta mucho más creíble cuando los líderes de las compañías son sinceros, reconocen la situación en la que se está y no dudan en mostrar esa honestidad también desde le punto de vista no verbal en elementos como el tono de voz, las emociones, o la espontaneidad. Para después si hace falta llenar su discurso de optimismo o de estrategia. Pero pasa por reconocer, por poner sobre la mesa lo que hay tanto en hechos como en emociones.

Cada vez se oye más, y es así, que las tendencias en liderazgo actual se basan en la empatía, la transparencia, la honestidad… Eso hace cercano y creíble, facilita la conexión con el auditorio / equipo, y desde ahí hasta donde se quiera llegar.

Es relativamente fácil en el día a día acercarse a ese estilo de liderazgo (a pesar de que iría en algunos aspectos en contra de la personalidad de los líderes más «cuchillo entre los dientes»). Pero no es lo mismo el día a día que una situación de crisis. Ahí, como en toda situación estresante, sale la madera de la cual cada uno está hecho. Por eso es especialmente importante tomar conciencia de hacer una buena comunicación en esos casos.

En el caso de Sánchez, acudió a la Jefatura de Barcelona en calidad de autoridad, pero creo que se comportó sin ninguna habilidad de influencia o liderazgo disponible en ese momento.

EL GESTO DE MARLASKA LO DICE TODO

El momento cumbre que más denota ese poco convencer de Sánchez es cuando dice:

«Y para aquellos que creemos en el servicio público, que tenemos vocación de servicio público pues es un orgullo el poder… el poder… eh… el poder compartir con vosotros eh este rato […]»

Justo en ese titubeo, no solo Sánchez muestra una expresión facial de duda según la cual parece no saber cómo continuar, sino que Marlaska le mira y empieza a tocarse la boca, un gesto que denota enorme inquietud, podemos hipotetizar que ante la poca elocuencia de Sánchez. Luego hace ver que se estaba sacando algún tipo de pelusa, muy típico en estas situaciones.

Marlaska Barcelona
Marlaska gesto inquietud

En fin, hasta aquí el análisis de hoy. Los análisis a personajes públicos aquí los sacamos a colación para luego quedarnos con 2 o 3 ideas que aplicar nosotros en situaciones similares. En este caso, en comunicaciones de crisis, contextos más excepcionales que requieren una actitud y un comportamiento también especiales.

Tanto en la faceta laboral como en la personal, si queremos ejercer un buen liderazgo, convincente y que lleve hacia algún lado, que marque un antes y un después de nuestra intervención:

• adecuar lo que digamos/y cómo lo digamos al contexto, buscando equilibro y proporción

• si tienes que liderar: ábrete, sé honesto, sea cual sea la situación, y lo que tengas que mostrar: emociones, hechos de connotación negativa…

• atentos al lenguaje no verbal del resto de oyentes! Sin que tengan que estresarnos más, nos pueden servir de guía y medición 

Espero que os haya sido útil y podáis adecuar este análisis a otras situaciones.

Un cordial saludo,

Ana

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