Atractivo: el fallo en el reparto de The Crown 5 y 6

¿Hasta qué punto marca la diferencia el atractivo? ¿Es uno de los aspectos que nos definen?

El reparto de la 5ª y 6ª temporada de The Crown me ha servido estos días para observar sobre algo que nos afecta a todos a diario: la belleza y el atractivo. Nos afecta como portadores (o carecedores) y nos afecta como contempladores.

Empiezo por el tirón de orejas a los directores de casting de The Crown, una serie que destaca en casi cada aspecto y una de las producciones más caras de la historia. En general excelente en cuanto a escenografía, recreaciones, vestuario, casting, guión e interpretación en cada temporada, en las temporadas finales ha fallado en la elección del personajes del príncipe Carlos por un sencillo motivo: ha pasado por alto el factor «atractivo».

En la 3ª y 4ª temporada de la serie, se eligió para el papel del príncipe Carlos al actor Josh o’Connor (imágenes de abajo), cuya interpretación le valió 5 premios de la crítica, entre otros un Emmy y un Globo de Oro. Su certera imitación del lenguaje no verbal como la vocalización, las miradas, la inclinación de la cabeza hacia delante, la gesticulación junto con la caracterización en materia de vestuario y peinado, fueron esenciales para la recreación del personaje. Pero ese éxito se debe también a elementos muy reconocibles del aspecto físico del ahora rey Carlos, en concreto las orejas perpendiculares o el tono rosado de la piel. En conjunto, la similitud entre la persona real y el recreado hacen que el personaje resulte creíble al espectador, y su aspecto resulte coherente con los hechos sucedidos y la personalidad.

Sin embargo, fijémonos abajo en el personaje de las temporadas 5 y 6. Hay un problema. ¿Cuál es?

¿Puede un actor atractivo hacer el papel de un hombre al que le gustan las flores y vive atormentado por la opinión de su madre?

El actor Dominic West hace una interpretación también sublime del personaje. Muy observador de los gestos adaptadores de la manos (siempre tocándose algún dedo o anillo), de los gestos tan idiosincráticos con la boca, también el acento, la postura… Pero por muy buena interpretación que haga West, hay algo que no puede evitar ser incoherente y echar por tierra la comunicación no verbal del personaje: Carlos es feúcho y Dominic West, atractivo. ¿Importa? Importa tanto, que el personaje no es creíble.

Aquí podríamos abrir debate, y los detractores de lo que afirmo pueden traer a colación cantidad de refranes y dichos sobre la subjetividad de la belleza y el atractivo:

  • Beauty is in the eye of the beholder
  • Nada es verdad ni mentira, todo depende del cristal con que se mira
  • O, como una vez me dijo un taxista mayor que solían decir en su grupo de amigos, «¡No hay novia fea!»

BELLEZA, ATRACTIVO Y PROPORCIÓN

Parte de razón hay en esos dichos. A cada cual le gusta lo que le gusta, y la belleza de alguien no solo reside en un conjunto de rasgos físicos sino que la actitud, los comentarios, la voz… todo es cuenta.

Sin embargo, tenemos varias certezas. Por un lado, sabemos que en la belleza la simetría tiene un papel importante. No la simetría total, pues hay estudios que muestran que curiosamente un rostro con una simetría absoluta se prefiere menos que uno con alguna asimetría mínima. Pensad en una ciudad: el centro de Roma con su simetría de alturas de tejados y materiales, resulta mucho más bella al ojo que cualquier centro de otra ciudad en la que cientos de edificios de diferentes alturas, anchos y estilos rompen la armonía. Esto en cuanto a belleza.

Por otro lado, se sabe también que en el hombre, a las mujeres nos suele parecer más atractivo encontrar por lo menos algunos rasgos prototípicamente masculinos, que se deben al dimorfismo sexuel (diferencias entre mujeres y hombres resultantes del desarrollo hormonal): nariz mayor, ojos más pequeños, mandíbula marcada, y todo lo que nos diferencie. Y en la mujer, el hombre prefiere los rasgos más asociados a la juventud (niñez, en realidad) y feminidad, como nariz pequeña, ojos grandes, líneas redondeadas… (A pesar de eso, todos tenemos en mente mujeres y hombres que nos han gustado y que no entraban en esos esquemas, y es genial también.)

Pero lo que he observado es que ni la simetría ni los rasgos del sexo opuestos son suficientes para resultar atractivo o atractiva. Hay algo importante también: la proporción.

En el caso del reparto de The Crown, Carlos de Inglaterra tiene una desproporción clara entre los tercios del rostro. En el estudio del rostro (lo que se llama visagismo) se estudian las proporciones entre las zonas de frente, nariz y boca. En el caso de Carlos, el tercio de la nariz es desproporcionadamente largo respecto a los otros 2: la frente pequeña, la nariz larga, y la zona de la boca otra vez reducida. Y aunque en los hombres la nariz grande suma en el atractivo, me temo que eso sucede mientras se mantengan ciertas proporciones.

VULNERABILIDAD Y DOMINANCIA

Además, Carlos suele tener una expresión facial que transmite vulnerabilidad por la posición de las cejas (con el extremo hacia abajo y el centro hacia arriba, como en la expresión facial de tristeza, vergüenza, empatía…), al menos en muchas de las imágenes que de él se tienen:

En cambio, Dominic West, aunque en su actuación intenta activar los mismos músculos frontales para dar con la misma expresión (de ahí la cantidad de arrugas), sus cejas siguen fruncidas y bajas en el centro igualmente, no logrando esa misma apariencia de vulnerabilidad o afabilidad, sino que su rostro sigue siendo más agresivo y dominante:

De modo que en las temporadas 5 y 6 tenemos un príncipe Carlos atractivo («hot» como he visto que opinaban en medios anglófonos) y dominante. Y por ese motivo… el personaje no resulta coherente. ¿Un hombre tan atractivo, de aspecto recio y dominante, interesado por las flores y atormentado por las relaciones de familia y la opinión de su madre? Veredicto: no creíble.

Con la recreación del personaje de Lady Di, interpretada por Elizabeth Debicki en las temporadas 5 y 6, no hay ese problema: existe equilibrio entre el grado de atractivo de la persona real y la del personaje. El único pero sería la notable mayor delgadez de Debicki (fijaos en brazos y piernas de las imágenes), que añade fragilidad al personaje, quizá algo buscado también.

Si en el caso de la recreación del príncipe Carlos es un fallo el escoger a alguien asimétricamente atractivo, hasta el punto de que cuesta entrar y creerse el personaje y sus actos, ¿hasta qué punto es determinante el atractivo en una persona? La importancia del atractivo, más allá de la belleza, es enorme en nuestro día a día. Esperemos que los defensores de las teorías igualitarias no lo descubran e impongan formas de igualarnos a todos por abajo, como en otros aspectos.

RECREACIONES COHERENTES EN SERIES Y CINE

Para concluir, os pongo otras recreaciones de personajes más acertadas. No solo es importante que se parezcan físicamente sino que el grado de atractivo sea el mismo.

SERIE THE DROPOUT. Amanda Seyfried bordó el pape de Elizabeth Holmes en el biopic The Dropout. El grado de atractivo es mayor en Amanda, pero las conductas extrañas como abrir los ojos desmesuradamente entre otros, hacían coherente el personaje.

ELVIS, EL COMIENZO (2005). Los rostros de Jonathan Rhys-Meyers y Elvis son de partida similares en rasgos y atractivo, aunque Rhys-Meyers resultó algo femenino tras la caracterización debido al mayor contraste del colorido del rostro pues es considerablemente más pálido de piel que el cantante.

ELVIS (2021). Sin parecerse en origen a Elvis Presley, la caracterización de Austin Butler dio buen resultado. Además, Butler se esmeró especialmente en el uso de la voz, algo muy característico de cada ser humano. No solo los rasgos han resultado similares, como la mandíbula más bien afinada, sino la proporción.

Para finalizar, solo deciros que el atractivo se puede trabajar. No se trata de haber nacido con unos rasgos determinados, sino mucho de actitud, de la conducta que tenemos ante el día a día… y la que tuvimos en el pasado.

Saludos,

Ana

Las falsas apariencias, tema transversal en Sound of Freedom

La película pone en evidencia cómo la gestión de la apariencia es clave para conseguir los objetivos, ya sean nobles o perversos.

Sound of Freedom, producida en 2018 y estrenada en 2023 tras un curioso periplo hasta que pudo ver la luz, tiene como doble objetivo explicar:

  • por qué el negocio de explotar niños es mucho más rentable que otros negocios, como por ejemplo las drogas: mientras que la cocaína se usa 1 vez, a un niño lo puedes vender hasta 10 veces al día.
  • denunciar que en el propio Occidente hay un gran mercado de consumidores de sexo con niños, es decir, de pedófilos con medios.

La película hace un llamamiento a la realidad de la esclavitud infantil basándose en la historia real del ex agente de seguridad nacional Tim Ballard, quien logró rescatar de la trata a decenas de niños así como promover la cooperación entre EE.UU. y otros países de América contra el comercio y explotación de niños. Una película sin más pretensión que visualizar la triste temática, representada y producida por outsiders de Hollywood (léase outsiders como una calificación positiva) como Jim Caviezel, Mira Sorvino, Eduardo Verástegui o Mel Gibson.

Tras verla 3 veces en el cine acompañada por diferentes personas, pude empaparme bien de la película y me sorprendí a mí misma analizando una cuestión específica y transversal. Se trata del constante foco puesto en la apariencia, no solo en la imagen personal o entorno, sino en la modificación de nuestro lenguaje corporal habitual para ser percibidos como lo que no somos y poder acercarnos a determinadas personas sin que salten las alarmas. Lo que me hace preguntarme si la apariencia abarca mucho más de lo que habitualmente tratamos.

Si no has visto aún la película, mejor deja de leer para que no te hagamos espóiler, porque si vas a verla la disfrutarás tanto como yo.

Cuando la apariencia se usa para engañar a los demás, ya seas el bueno o el malo

La película subraya en diversas ocasiones de forma explícita el papel que el lenguaje no verbal puede tener en las interacciones. También, vemos a personajes aconsejando a otros personajes sobre cómo moverse, mirar o vestirse. Metalenguaje no verbal. Estos son la mayor parte de los casos:

• El protagonista, que en origen se dedica a detener pedófilos, se acerca a uno de ellos para obtener información, haciéndose pasar por un pedófilo más. Cambia su conducta no verbal dominante habitual por un comportamiento cercano gracias a mantener distancias cortas, el tono bajo de voz, largas miradas de complicidad con la cabeza inclinada y el tacto.

• Una ex modelo traficante que se vale de su apariencia de éxito y glamour para encandilar y engañar a niños y padres. Ataviada con prendas y un estilo elegante propio de Madison Avenue, transmite lujo y fiabilidad a esas familias que sueñan con una oportunidad sana de sacar a sus hijos de la pobreza.

• Niños a los que se les enseña a posar mirando a cámara con un punto entre cercano y desafiante. Niñas a las que se les pinta los labios y se les muestra cómo usar el pelo como reclamo y modificar la postura, dejando de lado su candor infantil.

• Al agente Tim Ballard, que aterriza en Cartagena (Colombia) con la intención de encontrar a una niña concreta entre traficantes, lo primero que le recomienda otro rescatador de niños es que abandone de inmediato su aspecto de «anuncio de Banana Republic» y se ponga lo que lleva cualquier turista que busca relajadamente «acción» con niños en esas tierras: unas chanclas, bermudas y camisas estampadas abiertas a medio pectoral.

Pero una camisa de flores y unas chanclas, por sí solas, no van a bastar para impresionar a mafiosos que lo que quieren es oler a pasta. ¿Alguien había dudado de que los espacios físicos donde desarrollamos nuestra vida (el coche, la vivienda, el club, el despacho)… hablan de nosotros, o si son falsos, cuentan buenas mentiras de nosotros? Tim Ballard lo sabía y convenció a sus aliados de que pagasen altas sumas para alquilar islas y mansiones, e impresionar así a los malos. Y si pensáis que se trata de malos muy tontos… en absoluto. Especialmente con personas a las que no conocemos, ¿quiénes no nos hemos fijado y fiado de las apariencias (ciertas o atrezzo) para formarnos una opinión?

• Pablo, el personaje que interpreta Eduardo Verástegui y que financia los planes de Tim Ballard, dedica un buen rato a ensayar cómo saludar a la guapa traficante para crear una buena primera impresión. Por un lado parecer un millonario pedófilo creíble, y por otro emplear con ella seducción (mirada intensa, hablarle bajo al oído) y persuadirle así de que traiga niños a su isla. La seducción es un camino corto para convencer.

• Los traficantes exhortan a los niños a que cambien sus expresiones temerosas y anden ligeros y sonrían para no defraudar lo que esperan sus clientes.

Parecer lo que no somos y aparentar el estado de ánimo que no tenemos es algo que hacemos con frecuencia. En este largometraje es interesante cómo esos cambios pasan a formar parte de la trama y el guión.

Como profesionales, nuestro esfuerzo por cuidar las apariencias no debería ir en dirección de simular lo que no somos, es decir a mentir, sino lo contrario: asegurarnos de que estamos mostrando a nuestro entorno nuestro conocimiento, know how, profesionalidad, etc.

Con frecuencia, nuestra apariencia se queda corta y le va bien un refuerzo, ya sea en cuánta pasión pongo al presentar mis servicios, si me visto acorde a la profesión, si las redes cuentan lo mismo de mí que cuando hablo en persona. De vez en cuando va bien revisar si sigue habiendo esa necesaria coherencia entre lo que soy y lo que aparento.

Y para finalizar, del reparto destaco el papel que interpreta Cristal Aparicio (a su vez una niña rescatada de las redes de explotación infantil), quien borda la expresión corporal y facial y convierte sus escenas en momentos de gran credibilidad emocional y su consiguiente impacto en el espectador.

No hace falta que os diga que os recomiendo enormemente la película (si tras este post os queda aún misterio para verla) por valiente, por ir a contracorriente y porque os hará pensar.

Abrazos,

Ana

La doble celebración no verbal de Djokovic

Solo mi familia y mi equipo saben por lo que hemos pasado las últimas 4-5 semanas y esta es probablemente la mayor victoria de mi vida, teniendo en cuenta las circunstancias

Ver a Djokovic trepar por la grada para celebrar una victoria, al más puro estilo Nadal en sus inicios, llama la atención. Y más si luego se derrumba llorando. Algún comentarista interpretó que tal intensidad se debía a que era su 10ª victoria del Open de Australia, o a que era su grand slam número 22 y que con esto igualaba los grand slams de Nadal. Sin embargo creo que nada más lejos de la realidad. Djokovic se permitió relatar abiertamente con su lenguaje no verbal lo que luego con su lenguaje verbal en su discurso verbal prefirió eufemizar.

CONTEXTO

Novak Djokovic, uno de los mejores tenistas de todos los tiempos, el que más records tiene junto a Federer y Nadal, protagonizó el año pasado un controvertido episodio a raíz del Australian Open. Los organizadores del torneo exigieron que todos los participantes estuvieran vacunados de covid, y Djokovic se negó a ponerse esa vacuna arnm. Como país, Australia estaba aplicando de las mayores restricciones hacia su propia población.

A pesar de que era el número 1 y el favorito para ganar ese torneo pues llevaba 9 Open de Australia ganados, los organizadores del evento se mantuvieron firmes en la norma y Djokovic tampoco cedió a la coacción. Coincidiendo con la sorprendente implementación de pasaportes covid en la mayoría de países, la situación de Djokovic generó un apasionado debate y dividió a la afición del tenis y a la población en general.

Lo que sucedió después fue un pulso en toda regla. Sin haberse vacunado, Djokovic aterrizó en Australia alegando que había pasado hacía poco el covid. Lo detuvieron y estuvo retenido. Djokovic recurrió a abogados y estos demostraron que según las leyes no se le podía retener por no estar vacunado. El Estado Australiano se acogió entonces a que en determinados casos (terrorismo, amenaza nacional) se podía expulsar sin más: Djokovic fue declarado un peligro público y fue deportado del país. La sociedad, una vez más, se dividía entre quienes se regocijaban por la expulsión y quienes se llevaban las manos a la cabeza por el atropello de derechos. Villano para unos, héroe para otros.

Djokovic no jugó el Open de Australia, uno de los 4 grandes donde tanto en puntos para el ranking como en premio son los más importantes de circuito junto a Roland Garros, el US Open y Wimbledon. Perdió el número 1 al no poder defender los puntos y fue trending topic, teniendo mayoritariamente la opinión pública en contra. Podemos suponer que no fueron unos momentos fáciles, y que quizá se sentiría humillado o que había vivido una injusticia con toda la situación vivida.

VICTORIA EN EL TENIS Y EN LAS CONVICCIONES

Por eso, cuando Djokovic ganó hace unos días el Open de Australia, pudimos observar una forma de celebrar la victoria muy diferente a lo que nos tiene acostumbrados. Podemos destacar 3 fases expresivas, combinando lo no verbal y lo verbal, una vez acabó el partido:

• FASE 1. A pie de pista, apenas hay microsegundos de expresión sutil de triunfo, y enseguida vemos expresión de orgullo. Podemos entender que se trata de una autoevaluación positiva de su resultado en solo 3 sets, que es la 10ª vez seguida que se hace con el torneo, que recupera el nº 1, etc.

• FASE 2. En la grada con los suyos, triunfo, euforia y llanto intensos. Tal intensidad nos permite inferir que la batalla para recuperar el honor tras la deportación y la crisis reputacional fue ardua.

• FASE 3. En su discurso verbal al recibir el trofeo, recalca sin entrar a dar detalles que «es la victoria más importante de mi vida, dadas las circunstancias».

Lo que tuvo que decir con contundencia, lo dijo con su lenguaje no verbal, largamente y sin tapujos. En el mensaje verbal, prefirió eufemizar.

Ya que con esa victoria sumaba 22 grand slams, veamos en 22 imágenes cómo expresa las 2 victorias diferentes que tenía en juego.

Tras dar la mano a Tsisipas y a la juez de silla, mostró esta expresión de orgullo ante el público: postura expandida, expresión facial relajada con leve sonrisa, cabeza hacia atrás. Sacando a relucir su carisma y la gran seguridad que tiene en sí mismo, movía los dedos animando al público a aplaudirle en su 10ª victoria consecutiva en Melbourne.
Dedicó unos segundos a lo que parecía rezar, señalando el cielo, llevándose la mano al corazón, y besando el suelo con la mano.
Expresión facial relajada y con leve sonrisa. En la pista, solo observamos orgullo, que es una emoción en la que uno valora su propia actuación. Aquí, se dirigía adonde estaba su equipo.
Al situarse frente a su equipo, de golpe mostró un lenguaje verbal totalmente diferente: triunfo, en su display completo, con grito incluido.
Sorprendente para todos, comenzó a trepar a la grada, al más puro estilo Nadal en sus primeras grandes victorias a los 18 años.
Encima de la barandilla, mostró euforia mediante saltos y un triunfo alegre, menos dominante.
Da un abrazo generalizado rápido y englobando a su equipo.
Suelta a su equipo y se gira hacia abajo, donde están las cámaras, y dedica unos segundos a mostrar su triunfo: puños cerrados, brazos en tensión, grito…
Alarga sin contenerse su lenguaje no verbal de triunfo, esta vez orientado a todo el público y podemos ver más de ese display completo, con la expresión facial propia de esa emoción (cejas bajas, boca abierta, etc.). Bien podemos interpretar que quiere mostrar su triunfo ante la otra batalla.
Se vuelve hacia su equipo y abraza a su hermano.
En ese abrazo a su hermano empieza a llorar. Podemos ver en la imagen parte de la activación muscular en el entrecejo.
Segundos después se derrumba. Se deja caer al suelo en llanto intenso. El llanto aparece cuando una emoción determinada nos desborda, como mecanismo fisiológico para recuperar el equilibrio. Mi pregunta sería (tengo que investigarlo): ese triunfo y euforia tan intensos, ¿te desequilibran hasta tal punto que te sientes débil y necesitas echarte al suelo? Parece probable.
Tapándose la cara con los brazos, está largos segundos en el suelo llorando mientras el equipo le arropa. He observado que el llanto, que nos sobreviene como mecanismo regulador de emociones demasiado intensas (con estímulos presentes o evocados), es algo que solemos ocultar, presumiblemente por vergüenza de no querer mostrarse vulnerabilible.
Las cámaras enfocaron a aficionadas que por contagio emocional lloraban.
Al oírse por megafonía que se va a iniciar la entrega de premios, necesita ayuda para levantarse pues aún no se había recompuesto. Entendemos con este lenguaje no verbal la intensidad de las emociones vividas en los meses pasados.
Aún en llanto, se abraza a su madre otros segundos. Fijaos qué tipo de abrazo: se encoge hasta caber en el hombro de su madre, quizá para que su llanto no se vea o buscando protección.
Si al trepar a la grada habíamos visto que mostraba agilidad dada por la euforia, ahora al bajar necesita ayuda.
Se dirige a su banco, y se seca las lágrimas de ambos ojos, primero con la muñequera y después con la manga.
En el banco ya sentado, lo primero que hace es taparse la cara con la toalla y darse tiempo para llorar. Un llanto intenso pues se pudo ver cómo se sacudía la espalda.
Ya recuperado el equilibrio, se enfundó la chaqueta con un 22 hecho con el logo de su patrocinador, Lacoste. Mientras los organizadores del torneo alababan su juego y resultado, permaneció con el rostro relativamente serio y también al estrecharles la mano.
En su discurso hubo lugar para el humor, que levantó la carcajada del público. Eso es algo muy propio del carisma: ser capaz de palpar el ambiente del público y tener la seguridad de gastar alguna broma sabiendo el efecto que tendrá.
Al final de su discurso, al mencionar con el eufemismo «circunstancias» lo vivido durante el último año, pudimos observar que se apretaba los labios hacia adentro, que podemos interpretar como estrés y contención.

Así pues, pudimos ver dos fases en la celebración. Primero, al acabar el partido, ante el público general posturas y gestos de orgullo por los resultados en el plano tenístico: una final en 3 sets, su 10º Open de Australia, sus 22 grand slams.

En una segunda fase, ya en la grada con su equipo y familiares, mostró lenguaje no verbal de triunfo en estado puro, sin moderación, orientándose hacia su equipo primero, hacia las cámaras después (el mundo exterior) y finalmente ante los asistentes. ¿Triunfo sobre qué? No sobre Tsisipas sino triunfo en la batalla que había empezado un año antes a raíz de su deportación: una batalla en la que el honor, la dignidad o la justicia estaban en juego.

DISCURSO VERBAL AL RECOGER EL TROFEO

Con el gran carisma que le caracteriza, Djokovic habló durante 7 minutos repartiendo buenas palabras para todos, pero sin dejar de mencionar cuál era su verdadera victoria. En el discurso verbal hubo 5 bloques de contenido.

• Alabanza y respeto por Tsisipas y su equipo, sobre su evolución general, esfuerzo y desarrollo en el torneo.

Mensaje para los jugadores más jóvenes. Poniendo en común a Grecia y Serbia como países donde no hay mucha tradición ni referentes en tenis, lo que supone menos apoyos para prosperar, envía un mensaje para cualquier jugador joven: «sueña a lo grande, todo es posible , no dejes que nadie te arrebate tu sueño. Pienso que cuanto mayores sean las dificultades y las desventajas, más fuerte te vuelves.» 

• Se dirige a su equipo y familia. Menciona su paciencia ante su carácter dentro y fuera de la pista. Bromea y se ríe. Un ejemplo de su carisma es que mezclar en un discurso solemne una broma y arrancar las risas del público, con total seguridad. Esto es básico para relajar cualquier ambientes y alinear el humor general de los asistentes. “Este trofeo es vuestro tanto como mío”. 

• «Las circunstancias», sobre cuyo resultado sí se expresó no verbalmente. “Tengo que decir que este ha sido uno de los torneos más desafiantes de mi vida, teniendo en cuenta las circunstancias: no haber jugado el año pasado, volviendo este año [silencio y ovaciones]. Quiero agradecer a todas las personas que me han hecho sentir bienvenido, cómodo en Melbourne y Australia. Hay una razón por la que he jugado mi mejor tenis de mi carrera en Australia, y en esta pista, delante del legendario Rod Leiver. Gracias por haber estado aquí esta noche. Solo mi familia y mi equipo saben por lo que hemos pasado las últimas 4-5 semanas y esta es probablemente la mayor victoria de mi vida, teniendo en cuenta las circunstancias.» 

• Reconocimiento a la organización, voluntarios y asistentes dentro y fuera de la pista, y los seguidores del tenis del mundo en general.

Os dejo los enlaces a los vídeos de la reacción al acabar el partido y del discurso al recoger el trofeo:

Marketing emocional. Renfe se sube al tren

Renfe-marketing-emocional

Quiero ayudaros a desterrar la idea de que dejarse llevar por las emociones es de débiles. Aunque filosófica y socialmente se ha priorizado siempre la razón sobre la emoción, la una no puede vivir sin la otra. En mis formaciones, empiezo siempre destacando desde un enfoque científico y práctico el vital papel de la emoción en la vida diaria. Para no andarnos con rodeos: por ejemplo, una de las razones de la existencia de las mentiras piadosas es la empatía y la compasión. A quién no le han preguntado algo similar a «¿me ha salido bien la paella?»; decidir responder que sí cuando sabemos que no, es ser inteligente emocionalmente, y dejar de un lado el análisis puramente racional que analiza las razones que nos hacen concluir que sería mejor haber sugerido tomar una sencilla tortillita con tomate.

Otro ejemplo de cómo las emociones juegan un papel muy relevante en el día a día, es en la publicidad. Un buen equipo de márketing debe saberlo. Como ejemplo de acierto, y es la razón de este post: fijémonos en esta estrategia publicitaria de RENFE, ante la llegada de su competidora OUIGO.

Renfe podría haberse decantado por las cifras (lenguaje racional): estadísticas de sus trenes puntuales, número de pasajeros, número de trayectos… y un largo etcétera. Sin embargo, han optado por la versión pasional, en la que en teoría se dirigen a la competencia, diciéndoles que están preparados para un «juego de trenes» (por Juego de Tronos, paisaje nevado incluido), es decir, una lucha. Donde ya se dan por ganadores. Y sin embargo el destinatario final es por supuesto sus usuarios habituales.

Una campaña arriesgada llena de emociones, juegos de palabras, dominancia, orgullo… Pura comunicación no verbal. Diría que lo único destacable de sus cientos de Twits, llenos de ministros y mensajes más bien institucionales.

¿Qué llama más la atención del consumidor? ¿Qué tiene más impacto?

Con un modelo de márketing con mayor contenido racionel consumidor obtiene información. Con el márkteing emocional, el consumidor SIENTE, palpita.

Esta publicidad de Renfe es arriesgada porque transmite desafío, valentía, tensión, lucha, ganadores y vencidos. Pero sobre todos al consumidor le sorprende ya que no estamos acostumbrados a que las marcas dirijan mensajes a su competencia, y le comunica una indudable imagen de poder y seguridad. (Aunque he de admitir que últimamente hay 2-3 campañas más que han empleado este recurso, ¿sabéis cuáles son? Mundo del fútbol, para más señas.)

La dificultad está en saber qué factores elicitan ciertas emociones y qué sucede una vez estas aparecen en nuestro organismo ya que eso será la clave para poder prever la respuesta de nuestro público. No todas las emociones son válidas para todos los fines. Por eso cada vez más se le llama neuromarketing.

Por eso, si tienes una marca o eres un profesional independiente, podemos revisar el factor emocional juntos; con la garantía de controlar el signo y la intensidad de las emociones que necesitan tus comunicaciones, así como qué respuesta probable tendrá tu consumidor o cliente potencial.

Estamos hechos para y por las emociones, y uno de mis compromisos como profesional es estar actualizada en la literatura científica sobre este tema, y su relación con la comunicación no verbal.

¡Mientras tanto, abraza las emociones, y espero seguir viéndote por el blog para profundizar en ellas!

A mayor empatía aplicada, menor discusión (y mayor persuasión)

Te-entiendo-empatia

¿Cómo ser capaz de discutir sin acabar elevando el tono, o resultando agresivo o demasiado insistente, por no decir pesado? 2 palabras son suficientes para pasar al nivel MAESTRO en un intercambio de opiniones diferentes, disminuyendo discusiones y aumentando en persuasión. ¿Adivinas cuáles pueden ser? Tienen que ver con 1 emoción.

Por increíble que parezca, aplicar la empatía desde el lenguaje verbal y no verbal resulta altamente útil tanto en el ámbito personal como en el profesional. Sí, quien piense que en el trabajo solo aplicamos el cerebro «pensante» o racional, y las emociones se pueden o se deben quedar al margen, está algo desfasado 🙂

1º. LOS NERVIOS A RAYA

Suele pasar que cuando nos encontramos hablando sobre un tema, 2 personas damos nuestra visión, y la argumentamos. Cuando no convencemos, ¿qué estrategias usamos? Repetir o ampliar el número de argumentos. ¿No funciona? Decimos los argumentos más alto, con unos gestos, una postura distintos, probablemente más impacientes y agresivos.

¿Por qué empleamos ese lenguaje no verbal? Es el propio de la ira. Uno de los estímulos que gatillan la ira es que un objetivo que tenemos se vea frustrado. No convenzo y me voy enfadando.

Pero fijaos qué curioso, porque la ira y todo su repertorio no verbal no consigue acercar posiciones. Imposible. Sucede lo contrario: alejar posturas, tanto mental como físicamente. La ira, psico, fisio y biológicamente está diseñada para mantener lejos al que me hace enfadar. ¿Cómo vamos a entendernos así, o avanzar en nuestros intercambios?

Así que paso nº1 para llegar a hacerse entender: mantener a raya esa frustración de no estar convenciendo. Aquí ya podemos hacer una distinción entre quienes probablemente caigan antes en un estilo más agresivo al discutir: los más impacientes y dominantes.

2º. DECIR «TE ENTIENDO»

Y aquí ya podríamos dar por acabado el post.

……

Te entiendo. Estás leyendo esto y quizá pienses que 2 palabras no pueden conseguir tanto. Pero fíjate que estas 2 palabras lo que hacen es que el otro no te vea como un adversario, como «o tu opinión o la mía». Sino que esas 2 palabras lo que hacen es unir. Estamos mostrando empatía, que al contrario que la ira y emociones derivadas, nos da la capacidad de conectar realmente con la persona que tengo delante. Es decir de integrar sus vivencias en mi experiencia de la situación.

NIVEL AVANZADO

Con decir de vez en cuando «Te entiendo» sería suficiente. Pero mi recomendación es ir más allá, hacerlo mejor. Estoy segura que todos los que me estáis leyendo sois inteligentes y sabréis aplicar el nivel 2 🙂

Funciona muy bien añadir después de «Te entiendo» qué es lo que entendemos realmente de la postura del otro. Ahí se pone a prueba nuestra capacidad de escuchar y analizar. Atrevernos a expresarlo con nuestras propias palabras, sin que eso suponga aceptarlo. Por ej:  «Te entiendo. Entiendo que estás preocupado porque si nos decantamos por esta opción el riesgo será…» Y luego añadir ya nuestro argumento: «Pero ten en cuenta que según yo lo veo…». Con esto, el interlocutor se mostrará sin duda mucho más receptivo («¡me comprende!») y nuestra persuasión será mucho más efectiva.

¿Estamos diciendo «Te entiendo» para que el otro se relaje y me escuche más? La idea es esa. Pero quiero que sepáis que en realidad la empatía atrapa a los 2 conversadores. Si decimos «Te entiendo + la descripción de la visión del otro», automáticamente se nos desencadena la respuesta cerebral de la empatía, llegando a comprender realmente cómo se siente el otro, sin que podamos evitarlo; en el plano cognitivo y, la mayoría de nosotros, emocional y experiencial. Y desde allí, cómo reformulamos nuestro argumento, y sobre todo qué lenguaje no verbal empleamos están ya a un nivel muy diferente que si nos hubiéramos dejado llevar por la impaciencia o la ira.

Te entiendo, quizá en estos momentos te cuesta visualizar el alcance, pero estoy segura de que si lo pruebas y estás atent@, vas a poder comprobar por ti mism@ los excelentes resultados.

EN TODA SITUACIÓN

Como decíamos antes, la aplicación es exhaustiva. Desde lo profesional para plantear una situación delicada, presentar propuestas y opciones en presupuestos, conflictos, mediación, negociación en general… Hasta en lo personal para convencer a ese hijo rebelde para que se relaje si nos está dando guerra y se abra a escucharnos (¡porque se siente comprendido, por fin!). Porque siempre que estemos intercambiando visiones entre personas, esa es una baza a la que podemos aferrarnos.

La empatía y sus mecanismos, por la importancia que tiene, de hecho ya se está enseñando y aplicando en otros ámbitos: los médicos y hasta las fuerzas de seguridad reciben nociones para poder convencer en un momento dado, sin tener que «obligar». También se aplica ahora en la inteligencia artificial: los robots serán empáticos…

¿MANIPULAR o ACERCAR POSTURAS?

Te reto a que lo pruebes y me digas qué resultados has tenido. Recuerda, la intención no ha de ser manipular sino entenderse mejor, acercar posturas.

Cuando manipulamos, solo buscamos el beneficio nuestro. Cuando acercamos posturas, somos conscientes de que ese esfuerzo extra que estamos haciendo de ser empáticos nos va a llevar más recursos: tiempo, control de la impaciencia, esfuerzo cognitivo al buscar la comunicación verbal adecuada… Pero lograremos realmente comprender al otro, y desde ahí desbloquearle y desbloquearnos. Por supuesto, hay también que andar con ojo de no empatizar demasiado y perder de vista nuestro objetivo.

Ojo, que probablemente el otro también te diga «te entiendo» 🙂

¡Qué 2 palabras…!

Probadlas y me decís.

Un saludo cordial como siempre!

Ana

Mejora tu empatía en tiempos de coronavirus

¿Te has planteado si eres una persona empática y si lo eres mucho o poco? Sea cual sea tu respuesta, hoy te traigo un reto: ser capaz de llevar más lejos tus niveles de empatía.

Si algo ha traído el coronavirus a nuestras vidas es cambios tangibles: teletrabajo, ertes, mascarilla, distancias, aforos, restricciones… Y también cambios menos perceptibles pero que afectan a nuestro día a día, como es el caso de la comunicación no verbal (lo comentamos en este post anterior) o las emociones y estados de ánimo.

CONTEXTO ALTAMENTE GENERADOR DE EMOCIONES

De repente tenemos que lidiar con normas nuevas que se nos imponen por primera vez y pueden afectar a nuestras libertades; existe un riesgo de que enfermemos o que algún familiar de riesgo se contagie; nuestros negocios con cierta probabilidad van a verse afectados… Las circunstancias vividas desde marzo, y ahora los rebrotes, nos traen un sinfín de escenarios que pueden generarnos diversas emociones acordes, y según nuestra personalidad y nuestro contexto particular, es posible que nosotros afrontemos una situación concreta de una forma, y el de al lado la viva con el enfoque contrario.

Muy probablemente muchas de nuestras conversaciones ahora sean precisamente intercambio de enfoques: cómo ve uno el trabajo presencial; la vuelta al colegio; la incipiente crisis económica, etc. Ahí puede que nos hayamos encontrado formas de pensar antagónicas a las nuestras. Estos puntos de vista les habrán llevado a algunos amigos a tomar determinadas decisiones que nosotros consideremos sorprendentes, desmedidas o incomprensibles. Y ahí, antes de que empecemos a «considerar» lo de los demás mejor o peor, empieza el reto.

EMOCIONES, LENGUAJE VERBAL & LENGUAJE NO VERBAL

Es difícil que en una conversación expresemos verbalmente, con palabras, cómo nos sentimos en un momento concreto, para luego explicar por qué hemos tomado tal decisión o tal otra. De hecho, es probable que ni siquiera nos hayamos detenido a pensar en cómo nos sentimos, en poner etiqueta a la emoción, como suele decirse; simplemente, hemos reaccionado. Y por eso el otro, a falta de la información de base, juzga el resultado: la decisión, la conducta.

Una de las claves para captar la emoción que siente el otro es el lenguaje no verbal. Saber identificar a través de los gestos, el uso de la voz, las expresiones faciales, los cambios en la conducta… cómo se sienten las otras personas con las que interactuamos. Pero, siendo las emociones de duración breve y de intensidad variable, esta información a través del lenguaje no verbal está disponible unos segundos  y no siempre lo interpretamos junto con los elementos que la han desencadenado. Vemos cosas, caras, gestos… pero no los unimos al momento en que aparecen. Y menos ahora con mascarillas y pantallas de por medio, o teniendo que guardar distancias mayores de las habituales.

Por eso, en este contexto de pandemia, es importante trabajar para desarrollar habilidades comunicativas, y entre ellas destaca la capacidad de empatizar. Porque esta nueva situación es vivida como una amenaza para muchos (y sienten más miedo, angustia, estrés, ansiedad, preocupación…); como un fastidio para otros (y sienten más ira, frustración…), como una pérdida para otros más (más tristeza, melancolía…)… Y esto se refleja en las conversaciones y acciones del día a día. La cosa es: ¿soy capaz de percibir estas emociones en los demás en su contexto? ¿Soy capaz de asimilar que eso que para mí no supone miedo/ira/impotencia, para otro sí? ¿Soy capaz de comprender qué sucede en el otro cuando tiene miedo/ira/frustración…?

¿QUÉ ES Y CÓMO FUNCIONA LA EMPATÍA?

La empatía es una capacidad que nos permite captar la emoción del otro, comprenderla y experimentarla nosotros. Funciona gracias a neuronas especializadas que reflejan y activan en nuestro propio cerebro lo que percibimos en el otro, la mayor parte de las veces sin que podamos impedirlo. Por eso, por ejemplo, si el padre de una amiga muere lloramos con lágrimas en el funeral, aunque no lo conociéramos: porque percibimos su lenguaje no verbal de tristeza y abatimiento, probablemente lo adoptemos nosotros también, y desencadenamos la respuesta de la misma emoción: vivimos nosotros esa pérdida también, en el plano emocional, cognitivo y fisiológico. La empatía nos permite conectar a otro nivel.

La empatía es un mecanismo para el que los seres humanos (y los mamíferos en general) estamos preparados de serie; somos seres sociales. En el contínuum que es la empatía como capacidad, hay personas que puntúan más que otras por naturaleza. Pero, buenas noticias, se puede trabajar. Si no nos «nace» de forma natural ser empáticos a la primera en una circunstancia dada, uno puede hacer el ejercicio de intentar saber cómo se siente el otro: preguntando, escuchando… y sobre todo, deseando comprender.

En este contexto del coronavirus, os reto (y me incluyo) a abrir nuestra mente y cultivar la voluntad de empatizar y comprender. Porque es una situación nueva, intensa, de especial relevancia en el plano de supervivencia, que nos hace reaccionar a cada cual como podemos. Por eso, cuando estemos ante planteamientos que no compartamos, antes de enzarzarnos en una discusión o en una invalidación del otro, sirve bastante preguntar, escuchar y desear llegar a ese punto de conexión.

Empatizar no significa que te convenzan o tener que acabar admitiendo que el otro tiene razón. Significa ser capaz de comprender cómo se siente el otro, qué lo mueve; por qué toma ciertas decisiones. Cuáles son sus razones; y al final de esas razones puede fácilmente en origen haber una emoción.

VENTAJAS DE SABER EMPATIZAR

¿Por qué es bueno empatizar? ¿Por qué creo que vale la pena hablar de empatía? Porque se logra una conexión considerable con las otras personas. Al comprender (al vivir parcialmente la misma experiencia), dejamos de juzgar. Aunque nos pongamos en los zapatos del otro por unos momentos, la conexión es duradera. Somos capaces de enfocarnos en lo que nos une, no negar los motivos del otro… Entendernos, en definitiva.

Para eso, vale la pena estar atentos al lenguaje no verbal del otro. Estamos diseñados para captar toda esa información no verbal y de gran contenido emocional. Así que… reto lanzado: atrévete a aumentar tu capacidad de empatizar en pleno rebrote de coronavirus y emociones de los demás.

Saludos cordiales como siempre,

Ana

Lenguaje no verbal después del Covid

lenguaje-no-verbal-mascarilla

¿Cómo nos relacionaremos mientras siga latente y presente el Covid-19 en nuestras ciudades? Llevamos ya 2 meses desde que empezamos en España una situación nunca vivida antes y seguro que la mayoría de nosotros nos hemos «resignado» y adaptado como mejor hemos sabido a las nuevas circunstancias, un cambio que ha afectado a la práctica totalidad de los diversos ámbitos de nuestra vida. Esto en cuanto al presente. ¿Y en el futuro inmediato?

Una bola de cristal no tenemos, ni tampoco sabemos con exactitud qué nuevas normas se aprobarán, pero sí podemos intuir que mientras no se erradique el Covid-19 algunos aspectos de nuestra forma de relacionarnos van a cambiar, y con ellos nuestro uso del lenguaje no verbal y la forma de comunicarnos. Especialmente por el uso de mascarillas y las distancias sanitarias recomendadas.

Estoy segura de que si estuviéramos ahora juntos en una charla o curso, presencial como hasta ahora veníamos haciendo, podríamos poner en común muchos cambios que ya están sucediendo a diario en vuestra comunicación general: reuniones de trabajo, llamadas con amigos… Yo misma, que tengo familia fuera de España, ha sido la primera vez que hemos hecho Zooms con todos; antes lo hacíamos en los cumples solo con el que estaba fuera. Hasta la bisabuela de mis hijos es toda una experta ya en videollamadas con sus biznietos de… 4 a 10 años.

Creo que muchos de estos cambios en la comunicación quedarán integrados, y pronostico que el lenguaje no verbal va a adaptarse también a estos tiempos. Mi pronóstico:

MÁS GESTOS. Los gestos van a ser los protagonistas en la comunicación no verbal. Si vamos a llevar mascarilla a todas partes, y vamos a tener que mantener distancias mayores entre personas, vamos a tener que recurrir a gesticular mucho más para poder apoyar nuestro lenguaje verbal y, en definitiva, hacer el mensaje efectivo. Como cuando vamos a un país del que no hablamos el idioma y recurrimos a manos y brazos con toda normalidad y entusiasmo por tal de hacer entender.

Además, estoy segura de que veremos florecer GESTOS NUEVOS en todos los idiomas. Los gestos que sustituyen a las palabras (gesto de OK, por ejemplo) se llaman «emblemas» y se van creando con el paso del tiempo en las culturas. Imaginaos que tenéis que gesticular que alguien es un caradura: ¿qué gesto harías con las manos? Pues de este tipo de gestos creo que vamos a tener que hacer un glosario bien pronto.

ADIÓS A LA SONRISA. Eso es lo que peor llevo. Lo que me da más tristeza (sí, tristeza ante algo que perdemos…). Las mascarillas tapan esta joya comunicativa que es la sonrisa cordial, que se hace por cortesía y que tiende tantos puentes. Una sonrisa para mostrar que cedemos el paso a alguien, o para agradecer que nos lo han cedido; una sonrisa para saludar por la calle o por la oficina sin mediar palabra… Una sonrisa para mostrar empatía con una madre o padre que está aguantando como puede la pataleta de un niño… ¡Oh, sonrisa! La sonrisa cordial es un elemento muy común y muy útil en la sociedad occidental, y en las culturas mediterráneas, más aún. Carente de emoción pero con mucha intención comunicativa.

Por supuesto, cuando sonreímos «de verdad», no por cortesía sino porque nos sentimos alegres, esa trasciende las mascarillas porque afecta a la musculatura facial superior del rostro: los ojos se empequeñecen y se adivina la sonrisa sentida y la alegría a pesar de la mascarilla. Pero considero que, viendo solamente los ojos, y perdiéndonos la mitad de la expresión facial (la elevación de comisuras labiales y mejillas), vamos a percibirla menos. Especialmente si quien sonríe lleva gafas u otros elementos que se interponen entre los ojos y la otra persona.

El reconocimiento de la mayoría de expresiones faciales emocionales se verá afectado. En comunicación en general, nos apoyamos mucho en la lectura de expresiones faciales: «¿le ha gustado el regalo?», ¿me está mintiendo?», «¿le apetece este plan que acabo de proponer…?», «¿he sido suficientemente persuasor?» A pie de calle al menos, lo tendremos más difícil, pues las expresiones faciales de emociones suelen componerse de movimientos musculares tanto en la parte superior del rostro (ojos y cejas) como en la inferior: boca, barbilla, mejillas…). Leer emociones solo con la mitad del rostro nos costará, pero quizá también nos haga más hábiles con el tiempo, pues escudriñaremos esa parte del rostro y obtendremos claves igualmente. Las emociones básicas serán más reconocibles, pero las complejas… (culpabilidad, frustración, etc.), con toda probabilidad se malinterpretarán.

También me parece interesante que en algún momento dado, podamos guardarnos nuestras emociones para nosotros mismos, si nos conviene, y gracias a la mascarilla queden parcialmente ocultas.

MENOS CONTACTO FÍSICO. O lo que es lo mismo, nos tocaremos menos. En el seno de la familia íntima no bajará el contacto físico, pero sí se reducirá por precaución con personas mayores, en el trabajo, al saludar, en los viajes… Por el tacto se obtiene una enorme información del otro (pensad en el saludo al dar la mano), y nos tendremos que acostumbrar a evaluar otras claves comunicativas para apreciar cómo es y cómo está el otro.

Probablemente será divertido ver aparecer formas de saludarnos nuevas y creativas. Por ahora tenemos el saludo con los codos. ¿Qué otros veremos?

• Por otro lado, como deberemos mantener MÁS DISTANCIA INTERPERSONAL, será menos probable ese contacto físico. Y es probable que una «violación» de esas nuevas distancias lleve aparejada la irrupción en nosotros o en el otro de emociones como el miedo o ansiedad a ser contagiados. Nos tenemos que acostumbrar a ver cómo alguien con el que hablamos de repente da un paso atrás o flexiona la espalda hacia atrás, si nos acercamos; si veis eso, ya sabéis que siente cierto miedo a ser contagiado. Antes podíamos inferir que el desodorante nos había abandonado o habíamos comido algo con aroma indiscreto, y ahora habrá una razón mucho más probable. También nos perderemos los buenos olores de aquellos que huelen bien…

Con las distancias aumentadas, para los más extrovertidos y sociales será algo más difícil entablar conversación con el primer desconocido que pase. Pero bueno, ellos siempre encuentran la manera de hacer amigos, y seguro que se adaptan estupendamente. A mí también me encanta hablar con todo el mundo en el ascensor, en el mercado, y donde sea. Ya os contaré qué tal.

APARIENCIA. ¿Qué pasará con nuestra apariencia, todo el día con mascarillas? ¿Podremos no lavarnos los dientes si comemos arroz negro? ¿Adiós bigotes y adiós pintalabios? Sí. Estoy convencida de que aquellas personas con un estilo más dramático (más llamativo) sabrán acomodarse a la mascarilla y seguir levantando miradas: el pintalabios rojo lo sustituirán por más máscara de pestañas o sombreros más llamativos, peinados más extremados… La cosa es diferenciarse, y que siga así, que suele dar gusto verlos y verlas.

• COLECTIVO FAVORECIDO. ¡No todo son malas noticias! Todas aquellas personas introvertidas están de enhorabuena: por fin, ¡por fin!, podrán disfrutar de mayores distancias, menos vociferio, menos contacto físico… Si intelectualmente el reconocimiento hace años que les había llegado, ahora también van a ser los reyes de lo social: serán el nuevo estándar 🙂

• COLECTIVOS ALTAMENTE PERJUDICADOS. Tengo muy en mente al menos dos colectivos que desde el plano de la comunicación van a verse muy afectados: las personas mayores y las personas sordas. Y ambas comparten particularidades en su día a día. Las personas mayores oyen menos, pueden fácilmente encontrarse solas, y su vida está en la calle: hacer la compra y saludar en la pelu, en la carnicería, en el súper de siempre (aunque el súper no se presta a casi nada positivo a nivel comunicativo y emocional, la verdad). Y en esas interacciones, necesitan situarse cerca para oír, a veces te cogen del brazo para mostrar afecto (aunque seas un desconocido en la pescadería :)…

Las personas sordas, las grandes perjudicadas. Si bien es cierto que muchas pueden comunicarse mediante el lenguaje de signos entre ellas, en su día a día suelen interactuar con cualquier oyente: en tiendas, escuelas, leyendo los labios de la persona con la que interactúan. Y eso SE ACABÓ 🙁 ¡No van a poder leer los labios a nadie! Me temo que este colectivo, por el que tengo mucha simpatía, precisamente por sus habilidades comunicativas, va a sentirse aislado. Desde luego que podrán comunicarse mediante lápiz y papel o escribiendo notas en el móvil, y con gestos. Buenos son ellos, están hechos para salir airosos 🙂 También, son personas que suelen tocar mucho: para llamar a alguna persona, para mantenerla cerca y pendiente en una conversación… Además, al no llevar distintivo, pasan más desapercibidos.

En fin, aquí os dejo cómo interpreto yo que nuestro lenguaje no verbal, en general, va a verse afectado. Seguramente vosotros ya habéis adaptado vuestra comunicación no verbal y podéis aportar vuestra propia visión, así que como siempre estaré encantada de leeros.

Ánimo, cuidaos mucho, y no dudéis en expresaros tanto como podáis, de forma verbal y no verbal, pues las ganas de comunicar nos conecta.

Un abrazo a todos,

Ana

La ronda de preguntas: ese incómodo momento. Análisis no verbal a los directores del Mobile World Congress tras cancelar.

¿Qué supone más estrés, una conferencia o las preguntas de después?

No es casualidad que durante la rueda de prensa ofrecida por los organizadores del Mobile World Congress tras cancelar la edición 2020, en cierto momento su lenguaje no verbal empezara a cambiar. ¿En qué momento? En la ronda de preguntas que hacían los periodistas.

Como siempre un poco de contexto: en un ambiente de alarma generalizada por el coronavirus, en el que algunas empreasas habían anulado su presencia en este evento internacional, era una comparecencia para explicar una decisión controvertida, llena de expectativa y tensión general. No es para menos, siendo que han decidido cancelar un evento que congrega a 110.000 asistentes, 8.000 CEOs de todo el mundo, y que va a suponer pérdidas de 500 millones de euros a multitud de empresas. Me atrevería a decir que nadie sabe bien bien cuáles son las causas exactas y los responsables implicados en esta cancelación.

En la rueda de prensa han estado acompañados por la alcaldesa de Barcelona y otros representantes estatales, autonómicos y de otras instituciones.

Todas han sido unas intervenciones interesantes de analizar tanto desde el enfoque del discurso verbal como desde el punto de vista de la comunicación no verbal. El discurso verbal: preparado de antemano, unos se han centrado en dejar patente la buena gestión de Barcelona, Cataluña y España ante la «crisis» del coronavirus. Por su parte, Max Granryd, director general de GSMA (organizadora del Mobile) y John Hoffman, consejero delegado, han centrado sus declaraciones en las razones de salud y seguridad que les ha llevado a cancelar el congreso; el coronavirus, en esencia. Y todos en sus intervenciones por turnos han resaltado la buena relación que tienen entre ellos (la ciudad de Barcelona, España, Fira Barcelona y GSMA).

Y si bien Ada Colau estaba bastante nerviosa al inicio, los protagonistas desde el punto de vista del lenguaje no verbal han sido los 2 organizadores del Mobile. Pero no tanto durante su comunicado, que llevaban preparado y en parte por escrito, sino al pasar a la incertidumbre de tener que responder a las preguntas de los periodistas allí congregados.

Volviendo a la pregunta inicial, ¿qué conlleva más nervios para un ponente, su intervención o las preguntas de después? Parece ser que frecuentemente la ronda de preguntas lleva aparejada cierta ansiedad, quizá por la incertidumbre de no saber qué te van a preguntar, el hecho de no poder preparártelo bien antes, de tener cámaras que graban para siempre…

En esta ocasión, las 9 preguntas hechas por los periodistas iban directas a la yugular, insistiendo sobre todo a los organizadores del Mobile (6 de las 9 preguntas) sobre su responsabilidad de asumir los costes derivados de la cancelación, y las causas reales de tal decisión. Preguntas bastante contra las cuerdas, que les han hecho a los del GSMA pasar de un lenguaje no verbal de una tensión controlada a otros elementos no verbales que denotan otro estado de ánimo.

Encontramos un gesto recurrente: tocarse la nariz. ¿Están mintiendo? En el afán de poder discernir de forma clara y unilateral si alguien miente, corren por ahí bastantes mitos sobre qué elementos del lenguaje no verbal delatan al mentiroso… Y el gesto de tocarse la nariz es un mito más. Sí que si alguien miente quizá, en la tensión de poder ser descubierto, se toque la nariz, pero no significa que si alguien se la toca, esté mintiendo 🙂

Entonces, si no es mentir, ¿qué significa? Aunque no podemos nunca adjudicar 1 significado unívoco a 1 gesto, en este contexto el llevarse la mano por la cara y tocarse la nariz podemos interpretarlo como una incomodidad realmente intensa. Pasar un mal rato, en definitiva. Ya sea por ansiedad de no querer revelar más información, o por irse irritando ante la insistencia de los periodistas, la incomodidad es evidente y nos hace pensar.

Los organizadores del Mobile han tenido la capacidad de responder con un lenguaje verbal coherente, solvente y al final algo tajante. Pero su lenguaje no verbal ha delatado una tremenda incomodidad. Tanto es así, que al saber que se daba por terminada la ronda de preguntas, Granryd ha respirado de alivio vistosamente.

MWC 2020 ronda preguntas gestos

Este gesto tan común no solo lo hemos podido ver en el director general de la institución que organiza el Mobile, sino también en uno de los responsables de Fira Barcelona al ser preguntado también sobre las cuestiones monetarias, pérdidas, costes… Misma temática de las preguntas, misma emoción y mismo gesto…

MWC lenguaje no verbal

Ay el dinero, ese asunto que tanto mueve y conmueve.

Espero que os haya sido útil esta precisión. Y estoy convencida de que desde ya mismo podréis fijaros en vuestros interlocutores y asociar el gesto de tocarse la nariz cuando un tema, quizá banal para vosotros, a otro le resulte embarazoso o complicado de tratar. En ese caso, os recomiendo aplicar cuanta más inteligencia emocional posible.

Saludos muy cordiales como siempre,

Ana

Liderar en situación de crisis. Análisis a Sánchez en la Policía en Barcelona

Marlaska-Barcelona

A raíz de los acontecimientos en Cataluña tras la sentencia por el procés, Pedro Sánchez pasó por Barcelona y por un lado visitó a los agentes heridos en los disturbios, tanto mossos d’esquadra como policías nacionales, y por el otro la Jefatura de la Policía Nacional en el centro de la ciudad, que es lo que analizamos hoy.

Viendo el vídeo de su intervención (vídeo al final de todo, muy breve), enseguida pensé «menudo bajón» si yo fuese policía en las circunstancias actuales en Cataluña. Tanto su discurso verbal como su lenguaje no verbal en este caso denotan una falta considerable de liderazgo. ¡Vamos que al acabar casi había que darle una palmadita en la espalda! Tanto es así que hasta Marlaska lo dice con sus gestos.

¿Qué es lo que hace que no sea el líder que hacía falta en ese momento? Vamos a centrar el análisis en 3 puntos:

• proporcionalidad entre discurso y contexto

• capacidad de liderazgo

• comunicación no verbal de Marlaska

PROPORCIONALIDAD AL CONTEXTO

¿Cuál es el contexto en el que hacer esta intervención, dar el discurso? Un cuerpo policial que se ha visto desbordado y sin refuerzos para hacer frente a episodios de disturbios estilo kale borroka, con violencia dirigida hacia los agentes. Gran tensión, compañeros heridos, falta de munición/efectivos, minimización por parte de las autoridades, órdenes de no ir a más a pesar del panorama encontrado. Esto, como análisis previo para empatizar con los receptores de tu mensaje.

Ante una situación similar, las palabras elegidas deben ser equiparables a la situación vivida, de modo que se cree un equilibrio en la balanza entre receptor y emisor. Básicamente, estar en la misma onda, hablar en la misma frecuencia. Palabras a la altura de los hechos. Gestos, tono, volumen… a la altura de las circunstancias.

Este es el discurso, y desde lo verbal, opinad si las palabras elegidas son proporcionales a los hechos y situación:

«Yo creo que sois un ejemplo de profesionalidad, de vocación de servicio público; algo que durante estos últimos años eh… pues eh… se ha menospreciado en algunas ocasiones por la opinión publicada, no la opinión pública. Y para aquellos que creemos en el servicio público, que tenemos vocación de servicio público pues es un orgullo el poder… el poder…eh el poder compartir con vosotros eh este rato y sobre todo el trasladaros estas palabras, ¿no? De agradecimiento, de reconocimiento, de solidaridad, ¿eh?, de apoyo, y sobre todo de ánimo. De ánimo porque no estáis solos, hay muchísima gente detrás vuestro, muchísima gente. Eh… y… es verdad que la crisis no ha acabado pero tenemos que persistir, ¿eh? Ellos probablemente quieran persistir, cronificar esta esta crisis pero nosotros somos mucho más persistentes, mucho más em… cabezotas.»

Esto es el corte al que se tiene acceso. Desconozco si hay más o mejor.

El problema no es tanto las palabras elegidas, a las que faltaría adecuar al contexto (en vez de «crisis», «grave crisis»; en vez de «cabezotas», «tenacidad» o «fuerza y honor», que suelen decir en la PN) como el lenguaje no verbal que las acompañan. Además de lo que decimos es muy relevante cómo lo decimos.

En este caso, Sánchez presenta coherencia entre un discurso verbal muy moderado (se queda muy corto) y un lenguaje no verbal apenas visible, en la entonación, volumen (apenas audible(, amplitud de la gesticulación…

Hay que tener en cuenta también que Sánchez fue abucheado al llegar, donde se habían congregado CDR para recibirle en la Jefatura. Por lo que es posible que su intervención ante la Policía fuese resultado de un estado emocional acorde. Es posible que el estrés le haya jugado una mala pasada, dejando su lado racional y tomar las riendas en dique seco.

En cualquier caso, discurso verbal débil, y debilidad enfatizada por su comportamiento no verbal.

LIDERAZGO

Los estudios demuestran que ante una comunicación de crisis en las empresas, resulta mucho más creíble cuando los líderes de las compañías son sinceros, reconocen la situación en la que se está y no dudan en mostrar esa honestidad también desde le punto de vista no verbal en elementos como el tono de voz, las emociones, o la espontaneidad. Para después si hace falta llenar su discurso de optimismo o de estrategia. Pero pasa por reconocer, por poner sobre la mesa lo que hay tanto en hechos como en emociones.

Cada vez se oye más, y es así, que las tendencias en liderazgo actual se basan en la empatía, la transparencia, la honestidad… Eso hace cercano y creíble, facilita la conexión con el auditorio / equipo, y desde ahí hasta donde se quiera llegar.

Es relativamente fácil en el día a día acercarse a ese estilo de liderazgo (a pesar de que iría en algunos aspectos en contra de la personalidad de los líderes más «cuchillo entre los dientes»). Pero no es lo mismo el día a día que una situación de crisis. Ahí, como en toda situación estresante, sale la madera de la cual cada uno está hecho. Por eso es especialmente importante tomar conciencia de hacer una buena comunicación en esos casos.

En el caso de Sánchez, acudió a la Jefatura de Barcelona en calidad de autoridad, pero creo que se comportó sin ninguna habilidad de influencia o liderazgo disponible en ese momento.

EL GESTO DE MARLASKA LO DICE TODO

El momento cumbre que más denota ese poco convencer de Sánchez es cuando dice:

«Y para aquellos que creemos en el servicio público, que tenemos vocación de servicio público pues es un orgullo el poder… el poder… eh… el poder compartir con vosotros eh este rato […]»

Justo en ese titubeo, no solo Sánchez muestra una expresión facial de duda según la cual parece no saber cómo continuar, sino que Marlaska le mira y empieza a tocarse la boca, un gesto que denota enorme inquietud, podemos hipotetizar que ante la poca elocuencia de Sánchez. Luego hace ver que se estaba sacando algún tipo de pelusa, muy típico en estas situaciones.

Marlaska Barcelona
Marlaska gesto inquietud

En fin, hasta aquí el análisis de hoy. Los análisis a personajes públicos aquí los sacamos a colación para luego quedarnos con 2 o 3 ideas que aplicar nosotros en situaciones similares. En este caso, en comunicaciones de crisis, contextos más excepcionales que requieren una actitud y un comportamiento también especiales.

Tanto en la faceta laboral como en la personal, si queremos ejercer un buen liderazgo, convincente y que lleve hacia algún lado, que marque un antes y un después de nuestra intervención:

• adecuar lo que digamos/y cómo lo digamos al contexto, buscando equilibro y proporción

• si tienes que liderar: ábrete, sé honesto, sea cual sea la situación, y lo que tengas que mostrar: emociones, hechos de connotación negativa…

• atentos al lenguaje no verbal del resto de oyentes! Sin que tengan que estresarnos más, nos pueden servir de guía y medición 

Espero que os haya sido útil y podáis adecuar este análisis a otras situaciones.

Un cordial saludo,

Ana

Mundial de fútbol y de comunicación no verbal

Croacia-triunfa-Dinamarca-derrota

El mundial de fútbol es un hervidero de emociones. Para los que lo seguimos, sin duda: seguro que en vuestra casa o en el bar observamos o protagonizamos gritos, suspiros, saltos, abrazos, agarrarnos la cara fuerte con las manos, taparnos los ojos, el corazón a mil, gritos al árbitro… propios de enfado, alegría, ansiedad… Para los que lo juegan también supone la presencia de muchas emociones y su manifestación a través del comportamiento no verbal.

El deporte es un contexto en el que es fácil encontrar conductas no verbales expresadas por completo, sin esconder o disimular. Y en esta competición de fútbol, donde participan personas de partes del globo lejanas y culturas diferentes en diversas dimensiones, hemos visto que no solo estamos unidos por este deporte sino por las emociones y su expresión.

Fijaos en estas imágenes cómo celebran los goles o la victoria todos:

triunfo
Islandia marca gol
japon triunfo goles
Vida tras gol

Esto es triunfo, el haber conseguido un éxito.  Hay mucho de orgullo en el conjunto total de la expresión no verbal, pero la señal característica del triunfo se ha estudiado (Tracy & Matsumoto) que es solo los brazos extendidos, da igual si es hacia abajo, los lados, hacia arriba… La presencia de conductas propias del orgullo en el éxito también tiene sentido, pues si nos remontamos a tiempos ancestrales, el orgullo es una adaptación evolutiva para asegurar el estatus tras la victoria. Tras vencer, la respuesta conductual de expandir el cuerpo serviría para anunciar el logro y así asegurar la continuación del estatus y su aceptación dentro del grupo.

Así pues, vemos el sentido que tiene que tras marcar un gol o clasificarse para la siguiente fase los jugadores casi siempre muestren su éxito de esta manera. Es espontáneo (= no planificado), es común a todos y aparece siempre en la misma situación de éxito. En otros muchos deportes y en otros contextos podremos reconocer asimismo esta expresión, con mayor o menor intensidad.

Tracy & Matsumoto llevaron a cabo un estudio con judokas en las Olimpiadas de Atenas de 2004. En ellas analizaron tanto a judokas videntes como a judokas congénitamente ciegos (es decir, que es imposible que hubieran aprendido esta expresión tras el triunfo. En términos generales (y en los detalles importantes), ambos grupos expresaban de igual modo el triunfo y la derrota, de modo que se confirmaba que se trata de algo biológicamente heredado.

Nosotros al ver los goles celebramos igual. Estad atentos y observad.

Hemos hablado de triunfo y ahora hablamos la otra cara de la moneda: la derrota. La derrota también tiene una expresión propia. Si hemos visto que el triunfo tenía que ver ancestralmente con mostrar los logros propios al grupo para mantener un estatus, la derrota nos hace desplegar unos comportamientos opuestos que parece acordado que provendrían de la muestra de sumisión, que vemos en hombros caídos y pecho encogido. La situación de derrota suele mezclarse con emociones como la tristeza, la vergüenza… que harán que veamos cabezas gachas, llanto, taparse la cara con las manos… En conjunto la derrota nos hace tener una conducta mucho más discreta, propia de quien muestra que asume que ha perdido, que no quiere seguir en conflicto y que ahorra los recursos que le quedan.

Aspas falla penalti
Jugadores rusos tras derrota
Jugadores rusos derrotados
Koke verguenza

Por mi parte, estoy convencida de que hay otros factores que entran en juego a la hora de expresarnos si se da el triunfo y la derrota, desde el punto de vista de la modulación de la expresión. La personalidad de cada cual seguro que tiene mucho que decir; también la circunstancia personal de cada jugador o el contexto sociopolítico, pero en ese caso modular la expresión sería ya una decisión racional; y la cultura, factor que también influiría a la hora de expresar o inhibir el lenguaje no verbal propio de cada emoción. Por ejemplo, Tracy & Matsumoto constataron que en las culturas más individualistas los atletas expresaban más el triunfo e inhibían más la respuesta de derrota. Por el contrario, los atletas de culturas colectivistas mostraban más la vergüenza de la derrota.

En cualquier caso, el fútbol al igual que otros deportes nos deja escenas de emoción y comunicación no verbal fácilmente comprensibles por todos. El lenguaje de la victoria y de la derrota no hace falta traducirlo mucho sino que es un idioma común. Fuera del deporte, también veremos ese lenguaje no verbal ante logros o fracasos, solo hay que estar atentos para confirmarlo y saber interpretar cuándo un suceso es un logro para uno y una fracaso para otro.

Un saludo cordial como siempre!

Ana

PD. Veo que he incluido varias imágenes de cuando la selección española fue eliminada del mundial. Es un partido que vi con ilusión y que pude analizar sobre la marcha. Yo también acabé con los hombros caídos y el torso encogido seguro!