Apariencia en tiempos de guerra

Llama la atención la indumentaria elegida por el presidente de Ucrania, Zelensky, en sus apariciones ante las cámaras. ¿Qué mensaje transmite? ¿Y Putin?

¿Qué podemos analizar en ambos casos? Lo primero, recordar la enorme potencia que tiene nuestra apariencia como elemento de comunicación no verbal en cualquier contexto y situación. Y en un conflicto bélico de estas características, que tiene en vilo a una parte del globo, todas las imágenes que se proporcionen van a tener un papel esencial en configurar la opinión pública.

Zelensky ofrece una imagen invariable con prendas sencillas verde militar: camisetas lisas o de estampado camuflaje, forros polares, parkas… Ucrania ha sido atacada por un país teóricamente superior en fuerzas y Zelensky transmite un mensaje doble: por un lado, comunica a su pueblo que es el primero que está activo en la trinchera luchando por el país, y así contradecir los rumores de que había dejado Kiev.

Por otro lado, ofrece una apariencia de precariedad material a la comunidad internacional, a quien ha solicitado ayuda. Precariedad porque no aparece con potente armamento o rodeado de militares con galones. Ni rastro de imágenes de su ejército o los grupos independientes armados que han surgido. Al contrario: en los comunicados en vídeo oficiales aparece con un fondo liso con el emblema y bandera ucranianos, así como a pie de calle, en vídeos grabados con su propio móvil, en los que se rodea de algunos cargos de su gobierno, asimismo vestidos con esas mismas prendas verdes sin más. Al mismo tiempo, está descartando aparentar poderío frente a su enemigo; algo que considero importante pues no solo levantaría la moral a la población sino que minaría la de los rusos.

Putin, en cambio, transmite una imagen que es lo opuesto: siempre con traje perfectamente puesto y dentro de los oropeles y grandiosidad de las marmoleadas salas del Kremlin, en vídeos que alternan primeros planos suyos con primeros planos de generales uniformados o jefes de servicios secretos, a los que da órdenes. Comunica que desde el Kremlin lo tienen todo coordinado y no les va a hacer falta bajar a la arena a librar la batalla.

Recreaciones escénicas complementarias de David y Goliath.

Curiosamente, en la reunión que está teniendo lugar en la frontera ucraniana-bielorrusa, ambas delegaciones negociadoras reproducen la misma apariencia: los ucranianos con apariencia de guerrilla, y los rusos, de burócratas.

Delegaciones rusa y ucraniana para un posible acuerdo en la frontera Ucrania – Bielorrusia, donde vemos que se reproduce en ambos lados de la mesa la indumentaria de sus presidentes.

Qué poderoso es lo que llegamos a comunicar con nuestra imagen sin mediar el lenguaje verbal, especialmente en esta era de lo digital y la ausencia de reflexión profunda de los hechos.

Resolver conflictos con nuestra apariencia. Comunicación no verbal emocional

Madre-tatuaje-implante

¿Cómo tender puentes con nuestra imagen personal? Comentábamos en el artículo anterior que toda imagen personal se empieza a trabajar desde el yo: cómo quiero que me perciban los demás a mí, qué quiero comunicar al mundo a través de mi apariencia, o qué imagen necesito yo para sentirme bien y mejorar mi rendimiento.

Sin embargo, tras unos años ya en este ámbito profesional he visto claro que, además, podemos emplear nuestra apariencia para ir más allá y comunicar con los demás no solo sobre qué y quiénes somos (o hacer ver que somos), sino para tender puentes de entendimiento con el otro.

Veíamos en el artículo anterior que Kate Middleton emplea su imagen personal como herramienta diplomática (si te lo perdiste pincha aquí), especialmente en visitas oficiales a países con los que Reino Unido tiene un vínculo especial presente o histórico.

Inspirándonos en que ES POSIBLE tender puentes con nuestra apariencia, os propongo: emplea tu apariencia para tender puentes en aquellas situaciones de difícil resolución mediante el lenguaje verbal. ¿Te ha pasado querer resolver un conflicto hablando y acabar igual o peor del punto de partida? Básicamente, porque a menudo nos cuesta, a todos, poder etiquetar bien las emociones o estados de ánimo que nos abordan, a nosotros o a los demás.

¿Cuándo y cómo emplear cambios en la apariencia para tender puentes? Con estos 3 criterios puedes identificar situaciones de pequeña escala pero gran trascendencia.

3 CRITERIOS para tender puentes con nuestra apariencia:

• que sea con un destinatario específico

• en una situación de base emocional

• un cambio en la apariencia puntual

Os pongo un ejemplo bastante extraordinario como punto de partida:

Padre tatuaje implante
Abuelo tatuaje implante coclear

Estos adultos son padre y abuelo de niños sordos a los que se les operó para ponerles el implante coclear: una operación en la que se implantan electrodos en el nervio auditivo y que luego para poder oír requiere llevar un procesador en la cabeza que se adhiere con un imán, y un audífono en la oreja. Automáticamente, estos niños pasan a tener una diferencia visual (como podría ser llevar un parche, una prótesis, una parálisis facial, etc.).

Este padre y este abuelo (y varios casos más que se conocen) decidieron entonces tatuarse la forma del procesador y audífono en sus cráneos. Con este tatuaje, un cambio visible en su apariencia, están tendiendo a sus hijos un puente de corte emocional. Traducido a palabras, le están diciendo a diario «te comprendo», «no estás solo», «sé ahora cómo te sientes», «me importas», «te quiero»… Puro lenguaje emocional a través de la apariencia.

Está claro que a grandes situaciones, respuestas proporcionales. No todos vamos a tener que tatuarnos cosas para tender puentes, ¡ni mucho menos! Pero sí este ejemplo nos sirve para ver el impacto de esos cambios en la apariencia, y cómo podemos conectar en el plano emocional, sin dejar lugar a una posible dudas en la intención de conectar.

¿Qué ejemplos cotidianos podemos lidiar con cambios en la apariencia? Vosotros sois los que tenéis identificadas ya situaciones delicadas, relaciones con posturas alejadas o de aproximación más difícil. No se trata de hacer grandes cambios, sino adoptar pequeños elementos. Ganar guerras por pequeñas batallas. O, como se propone en el mundo del coaching, un objetivo no se logra a lo grande, sino por muy pequeñas acciones del día a día.

(DE)MOSTRAR INTERÉS POR TU PAREJA

Quien viva en pareja desde hace años, probablemente habrá notado en el que cuando está en casa, va un poco más dejado, o relajado… Eso respecto al otro miembro de la pareja, pero… ¿y nosotros? ¿Vamos como íbamos al principio de conocernos? ¿Por qué nos reservamos lo mejor de nosotros para otros, para cuando tenemos una cena o una reunión importante, y por casa vamos… cómodos? ¿Qué deducciones hace el otro miembro de la pareja a través de nuestra apariencia? Probablemente, estemos diciéndole al otro: me importas bastante menos que antes. Porque el muy manido: «contigo puedo ser yo mismo» no cuela.

¿Cómo tender puentes en ese contexto? Fácil, fácil. Quizá sea el momento de jubilar para siempre esas pantuflas tan cómodas, tener más a mano un peine / espejo, descartar toda esa ropa que tenemos «para estar por casa» (camisetas, chándals, renovar pijamas…). No hay que ir hecho un/a figura, pero no hay duda de que nuestra imagen habla, y tender puentes en el contexto pareja con pequeños cambios puede evitarnos tener que dar muchas explicaciones del estilo «aún me importas». ¿Qué mejor contexto para aplicar el una imagen vale más que mil palabras?

LIMAR ASPEREZAS CON LA FAMILIA POLÍTICA

Entramos en un marco conceptual y experiencial en el que todos tenemos mucho que contar. La familia política… vienen de otra cultura familiar, otras vivencias y tradiciones… y hay que convivir con ello. Pero también da lugar al aprecio, claro que sí, de cada uno de los miembros. Porque en general no hay nadie taaan malo como para que sea imposible llevarse suficientemente bien, o intentar entenderse.

Ahí tender puentes con la imagen es posible. ¿Por qué no limar asperezas con el suegro poniéndonos en la siguiente celebración esa corbata que nos regaló? «Es que yo paso de corbatas», «es que es realmente fea», «es que no me gusta porque me la regaló él». Así levantamos barreras. ¿Cómo tender puentes? Llevando esa corbata un día en el que vayamos a estar con él. Esto aplica a pendientes, bolsos, fulares, ropa regalada a los hijos, incluso a un cuadro que nos regalaron.

LAS IDENTIDADES QUE DISTANCIAN

Todos tenemos nuestras identidades, múltiples por cierto (os recomiendo al filósofo y escritor libanés Amin Maalouf para ahondar en ello). Según el momento histórico, social o personal que se viva es probable que usemos nuestra apariencia para reafirmar esos rasgos identitarios que consideramos que necesitan un rescate, una reafirmación al mundo. Desde cuestiones políticas, a nacionalidades, cuestiones de orientación, religiosas, étnicas…

Hay que tener en cuenta que, a la vez que nos reafirmamos, a veces podemos estar levantando muros entre los otros: ya sabemos que solemos acercarnos y conectar más con aquellas personas cuya apariencia es similar a la nuestra.

Entonces, os planteo la posibilidad de puntualmente eliminar de nuestra apariencia esos elementos identitarios (banderas, lazos, lo que sea), si consideramos que así podemos tender un puente de entendimiento en un momento concreto.

En fin, queridos amigos, esto es lo que fruto de mi análisis y experiencia os quería proponer. Tender puentes a través de nuestra apariencia. Con un destinatario concreto. Con un mensaje específico, con lenguaje emocional. Esto es también comunicación no verbal. 

¿Cómo lo veis? Si alguno de vosotros se lanza con algún pequeño cambio puntual, estaré encantada de saberlo. Os puedo decir, por mi parte, que yo lo hago con asiduidad y… los resultados son magníficos.

¡Saludos muy cordiales!

Ana

Kate Middleton o la alta diplomacia a través de la imagen personal

¿Por qué analizar la apariencia de Kate Middleton? Porque la podemos considerar un referente absoluto en la gestión de su imagen personal. Porque está trabajada, es constante y es coherente. Quizá resulte un personaje lejano; quizá penséis que es solo interesante para la prensa rosa; o tal vez consideréis que su imagen es cursi o anodina, como me suelen comentar algunos. Sin embargo, nada más lejos de lo anodino, pues no da puntada sin hilo en cuanto a apariencia se refiere, conocedora sin lugar a dudas de que se trata de un potente canal de comunicación no verbal.

De hecho, ¿qué nos dice la ciencia sobre la apariencia como canal de comportamiento no verbal? Hay muchos estudios que se centran en qué sucede si alguien se viste así, asá, si emplea un color, otro… Como denominador común, podemos extraer de todos ellos que no sólo comunicamos «cosas», sino que además nuestro comportamiento se ve influido por la apariencia de los demás. Conducta tanto visible (cómo nos acercamos/apartamos de alguien, o si le tocamos más o menos, por ejemplo), como fisiológica (alteración de la presión, ritmo cardíaco, etc.).

Es decir, según la información que obtenemos exclusivamente por elementos no verbales como es el conjunto de apariencia, hacemos inferencias sobre el otro; y esas inferencias van a condicionar nuestra conducta hacia la persona.

¿Qué hace de Kate Middleton alguien excepcional desde el punto de vista del uso de la apariencia?

La mayoría de las veces cuando elegimos todos esos elementos que conforman la apariencia (desde prendas de vestir hasta peinados, gafas, relojes, oficina, maquillaje, joyas, despachos, automóvil, etc.), buscamos o que nos quede bien, estar guapos, en resumen; o que el otro nos atribuya fácilmente determinadas cualidades solo con vernos: lo que somos, a qué estatus hemos llegado, a qué grupo social/intelectual pertenecemos, qué edad (no) tenemos… En definitiva, por lo general nuestra imagen está muy centrada en el YO.

Lo mismo sucede con los personajes públicos: políticos, actores, «famosos» y cualquier otro personaje de la esfera pública.

Estar centrados en el YO es requisito necesario para una buena gestión de la imagen personal, sin duda. De hecho es el punto de partida. Pero lo que hace a Kate Middleton sobresalir como personaje público es precisamente que es capaz de dejar constantemente ese YO en segundo plano.

Middleton llega mucho más lejos, escribe entre líneas cuando se viste, se peina, o se pone determinadas joyas o deja de llevarlas. Lo que hace es emplear su imagen para TENDER PUENTES. Puentes de entendimiento con el otro. Y ha hecho de esa habilidad para tender puentes su marca personal, al menos como yo lo veo.

Ponemos 2 ejemplos muy claros, de 2 viajes oficiales. Y es que es en los viajes oficiales donde despliega el empleo de su apariencia como herramienta diplomática total para tender puentes.

VIAJE OFICIAL A BHUTÁN (abril 2016)

Análisis:

  • baja del avión vestida de amarillo, el color nacional
  • visitas con vestimenta de estilo local (el vestido lila estaba hecha por artesanos locales)

VIAJE OFICIAL A CANADÁ (octubre 2016)

Análisis:

• izquierda: baja del avión con tocado con varias hojas de arce, emblema nacional de Canadá; broche de la Reina Isabel también en forma de hoja de arce

• centro: de noche, vestido rojo, misma tonalidad exacta que la bandera canadiense + broche hoja de arce

• derecha: combina en su indumentaria los colores de la bandera canadiense: rojo, blanco, rojo. Además, hojas de arce en el tocado + broche hoja de arce

Un claro ejemplo de que lo que abunda no daña.

VIAJE OFICIAL A PAKISTÁN (octubre 2019)

¿Qué hace en realidad Kate Middleton, al escoger tal apariencia cada vez?

  • No da lugar a dudas sobre el interés de Inglaterra en esa visita; por el país, por sus gentes, tradiciones, historia, idiosincrasia…
  • Refuerza abiertamente los lazos que en su día hubo entre países como Bhután y Pakistán, miembros en su día del Raj Británico
  • En el caso de Canadá, miembro de la Commonwealth, acerca la figura de la jefatura de estado (la Reina Isabel) a través de un constante y abierto uso de emblemas nacionales
  • Agasaja abiertamente al anfitrión, viene a decirle: «qué importante es vuestro pueblo para nosotros, cómo me gusta estar aquí». ¿Quién no está dispuesto a firmar buenos acuerdos con tal embajadora?

En términos generales, le otorga a su imagen personal profesional un destacado valor institucional, con el objetivo de tender puentes, que no den lugar al equívoco o al malentendido. Complementa a través de su apariencia su labor representativa del Estado y sus misiones diplomáticas. Lleva a cabo alta diplomacia, sin necesidad siquiera de emplear el lenguaje verbal, una herramienta tan sofisticada como, a veces, comprometida. Y es que, como dice el proverbio árabe: «El hombre es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios». Con un buen empleo de la apariencia queriendo tender puentes, hablamos lenguaje no verbal, de fácil entendimiento para todo receptor.

¿Por qué digo que deja de lado su «yo»? Porque prescinde de entrar en los cánones sociales que empujan a la mujer a marcar curvas, exponer más piel, seguir las tendencias en vestimenta y peinados… Todo esto queda en un segundo plano, y opta por una imagen 100% institucional y de representación del Estado. Por supuesto tiene buena percha y también deja traslucir su estilo, pero lo que guía su imagen es los mensajes que quiere comunicar al llevar a cabo sus tareas diplomáticas. Es menos Kate, y mucha Inglaterra.

Y aunque a veces sí se comentan los guiños que hace a Lady Di, eso son puentes que lanza al pueblo inglés. Los que me interesan a mí son los que lanza cuando va en misión diplomática, ¡que más que puentes son acueductos!

¿Y nosotros? ¡Por supuesto, podemos también tender puentes con nuestra imagen! Lo veremos en el próximo post, con un ejemplo fuera del mundo «personajes públicos» que seguro os gustará. Lo importante: nunca es tarde para empezar a tomar las riendas de nuestra apariencia, sabiendo que como elemento no verbal, comunica de forma inmediata e influye en la conducta del otro.

Saludos cordiales como siempre,

Ana

Acusados y su apariencia en los juicios

¿Por qué algunos acusados cambian su imagen al ir al juicio? ¿Cuenta el aspecto cuando se acude a un juicio como acusado? Algunos juicios celebrados en territorio nacional nos han dejado imágenes para el recuerdo y nos ponen en bandeja dedicar unas líneas a reflexionar sobre la apariencia como importante canal de comunicación no verbal.

Hoy nos quedamos con Macià Alavedra, Millet y Ortega Cano, ya que parece que los tres han buscado comunicar conceptos similares simplemente siendo vistos con una apariencia deteriorada, probablemente estudiada a conciencia. El caso de Ortega da más juego; lo analizaremos más a fondo y veréis que es claro.

Macià Alavedra

Reseña. Ex consejero de Economía en Cataluña durante el gobierno de Jordi Pujol. Juicio en marzo 2017 en la Audiencia Nacional en Madrid por corrupción urbanística en el caso Pretoria.

De Macià podemos decir solo que llegó al juicio andando por su propio pie pero despacio, cojeando levemente y apoyándose en un bastón. Durante el juicio, mantuvo el bastón entre sus manos.

Macia Alavedra juicio baston
Macia Alavedra juicio

 Fèlix Millet

Reseña. Empresario español, ex presidente del Orfeó Català Palau de la Música de 1990 a 2009. Acusado de malversar fondos del Palau tanto para su uso personal como para entregar a otras entidades. En marzo de 2017 se celebra el juicio por el espolio del Palau de la Música.

El caso de Millet en cuanto a gestión de su apariencia va un paso más allá. Empieza a modular su imagen días antes del juicio en marzo: concede unas entrevistas telefónicas a la cadena catalana RAC1 en las que el contenido se centra en dar detalles sobre su estado de salud (el oyente, que no le ve, se crea una imagen de lo que está diciendo):

  1. «Cuanto antes mejor el juicio; cuanto antes mejor, eh? Lo que pasa es que ahora… ahora yo… claro, han pasado 8 años y, y yo… estoy mal… de salud… No… no funciono. Pero bueno, no tengo más remedio que aguantarme e intentar ir a todos los que sea necesario.»
  2. «Mal, estoy muy mal, no puedo andar. Tengo que ir en silla de ruedas. Tengo la espina dorsal totalmente deshecha… ¿Sabes? El lunes tengo médico y el martes tengo médico, ¡je! […] Puedo caminar por casa… 10 metros y tal, pero por la calle imposible. Estoy hecho una porquería. Son los 81 años.»

(Os dejo aquí el enlace de la llamada por si la queréis escuchar entera: entrevista RAC1)

Millet efectivamente llegó a la Ciudad de la Justicia de Barcelona en silla de ruedas y con un atuendo que realzaba una edad y un estatus, como calcetines medio bajados, zapatos viejos, y colores y tejidos sencillos.

Felix Millet juicio silla

Ortega Cano

Reseña: Torero español. En mayo de 2011 Ortega Cano conducía por una carretera de la provincia de Sevilla cuando en una curva invadió el carril contrario y chocó con un coche de frente. El conductor del otro coche murió en el acto y Ortega sufrió lesiones graves por las que tuvo que ser hospitalizado algo más de un mes. En septiembre de 2011 empezaban las primeras declaraciones, y en marzo de 2013 se le juzgaba por los delitos de homicidio, conducción temeraria y conducción bajo los efectos del alcohol.

Cuidadoso con su imagen, antes del accidente la apariencia de Ortega iba ligada a un aspecto aseado y un pelo corto teñido de negro.

Ortega Cano 2010

Julio 2011, salida del hospital. Tras 1 mes hospitalizado por el accidente, salió del hospital en silla de ruedas (se había fracturado ambas piernas) y con el pelo cubierto de canas. Fueron muchos los titulares que aludían al aspecto deteriorado del torero. Sin embargo, es el cambio de verlo con el pelo blanco, el llevar una camiseta y el  pantalón abierto (por una operación del intestino), sumado a la silla de ruedas, lo que le da un aspecto desaliñado y empeorado respecto a cómo solía ir. Si nos fijamos, es cierto que no lleva el pelo teñido pero lo lleva perfectamente cortado de lo cual podemos pensar que estando en el hospital sí pasó por las manos de un peluquero pero solo se cortó el pelo y decidió no teñirse como habitualmente.

Ortega Cano salida hospital 2011

Septiembre 2011, presta declaración. 3 meses después del accidente, acudió en silla de ruedas y con el pelo también canoso a prestar declaración (pero menos canoso que al salir del hospital: es decir, hubo probablemente un tinte parcial, pero dejándose un color gris).

Ortega Cano juicio 2011

2012 y 2013. Durante el año y medio que pasó entre el accidente y el juicio, Ortega siguió con su pelo canoso. Todo indicaba que desde el accidente esa nueva apariencia correspondía a un hombre maduro.

Ortega Cano 13-2-2013

Marzo 2013. Se celebra el juicio por el accidente y Ortega acude como acusado. Vestido de forma seria y sobria, sigue llevando el pelo canoso.

Ortega Cano juicio 2013 canas

Abril 2014. Ingreso en prisión, sigue con las canas.

Ortega Cano ingreso prision 2014

Y el cambio. En 2015 ya desde el primer permiso de salida de prisión hasta su salida definitiva, Ortega volvía a lucir su pelo negro previo al accidente, y además una imagen más moderna y juvenil (perilla, chaqueta de cuero de un color intenso, etc.).

Ortega Cano permiso abril 2015
Ortega Cano apariencia 2017

Conclusiones

¿Qué han buscado estas tres personas al gestionar de este modo su apariencia?

En el caso de Ortega, probablemente intentara transmitir una imagen más seria y responsable para contrarrestar el tipo de delitos por los que se le acusaba (conducción temeraria y conducción bajo los efectos del alcohol, además de homicidio) y que sumarían más meses de prisión. Hay que subrayar que su cambio de imagen está claramente enmarcado en el tiempo: desde su salida del hospital tras el accidente, durante los preparativos del juicio, el juicio, el año que pasó hasta que supo la condena, y hasta su ingreso en prisión.

Millet, por su parte, al elegir atuendos sencillos y desgastados, quizá buscara alejar su imagen del lujo y estilo de vida que llevó (casas, viajes lejanos) gracias a los fondos desviados del Palau.

Los tres por igual seguramente intentaran aparentar fragilidad e inspirar compasión. La llegada con silla de ruedas da una apariencia muy espectacular: no solo se ve más pequeña a la persona que va en ella sino que si además la están empujando la imagen de invalidez se ve más reforzada.

¿Comunicando esto consiguen modular el veredicto del juez? En mi opinión, no creo que mucho. Pero sí es probable que el trato recibido durante el juicio sí sea otro en función de esa imagen: la forma y tono de las preguntas, las miradas de los presentes… Está estudiado que las prendas que nosotros llevemos modificarán el lenguaje no verbal de los demás respecto a nosotros.

Además, en el caso de Millet y Macià, la edad juega a su favor para no ir a la cárcel, por lo que enfatizar su vejez les interesa.

Pero sobre todo, siendo personajes públicos que gozaban (o gozan) de popularidad entre la ciudadanía y que tienen el foco mediático encima, consiguen modular la opinión pública. Habrá quien vea enseguida la estrategia comunicativa, pero la mayoría sentirá compasión al verlos en la televisión o los diarios. ¿Y vosotros, qué impresión tuvisteis al verlos llegar así a los juicios? Me encantará saber vuestra opinión. ¿Tenéis en mente más casos? Los hay, los hay, y espero poder analizarlos aquí pronto con vosotros.

Por último, recordad que nuestra apariencia forma parte de nuestro comportamiento no verbal, que es un eficaz canal de comunicación, y que vale la pena sentarse a analizarse y tomar las riendas para momentos clave.

Un saludo cordial a todos,

Ana

Nadal, Nike y la gestión de la apariencia

Lo primero en lo que me fijé nada más sentarme a ver la final del open de Australia de el domingo entre Nadal y Federer fue en la indumentaria de ambos. Me llamó enormemente la atención y me pareció un bonito broche final a toda una evolución de la apariencia de Nadal. Digo final, pero la cosa podría continuar.

Nike, igual que otras marcas que patrocinan a deportistas, tiene en sus jugadores unos eficaces escaparates de venta de sus prendas. Nuevos tejidos, patrones y diseños cada temporada. Seguro que os habréis fijado cómo Nadal al acabar un partido se pone un reloj que saca a toda prisa de su bolsa de raquetas justo antes de las entrevistas a TV o las entregas de premios.

Pero hoy no vamos a hablar de cómo los deportistas convierten en oro la ropa que llevan en el terreno de juego. Hoy vamos a hablar de apariencia, ese potente canal de la comunicación no verbal que tan bien funciona en la era digital, en la que la mayor parte de la información nos entra por la vista.

Y es que la ropa que cada jugador lleva no se deja al azar sino que hay detrás todo un trabajo de imagen. Los deportistas destacados son marcas personales: su nombre representa una forma de hacer la cosas, deja una huella que solo es suya. En Nadal y Federer, en mi opinión, ha estado siempre claro el trabajo que ha hecho Nike de reflejar a través de las prendas el estilo de juego de cada uno, algunos rasgos de su personalidad y su oscilación por el ranking.

Además, se ha demostrado mediante diversos estudios empíricos que la ropa que llevamos puede afectar a nuestro comportamiento: a nuestra atención, concentración, postura… ¡e incluso al de los demás! Quizá las marcas también juegan con este factor. Pero bueno, hoy nos centramos en analizar qué mensaje no verbal ha elaborado Nike con Nadal. Empezamos con Federer como punto de referencia.

Con la ropa que le ha puesto Nike, Federer ha transmitido siempre elegancia y clase; el tenis de siempre, la ropa de siempre. Desde que se convirtió en nº 1 en 2004 y siguió sumando torneos y récords, sigue encarnando el tenis elegante, el juego grácil y el control emocional. Generalmente polos, colores más bien sobrios, bermudas de largo clásico (1 dedo por encima de la rodilla), bambas blancas casi siempre, combinaciones de colores tradicionales. También ha vestido prendas con diseños más modernos, pero dentro de un marco innegablemente clásico.

Federer apariencia

Nadal irrumpió con 17 años en el tenis de los grandes. Un chaval apasionado de pelo largo con un juego agresivo, hecho a golpe de esfuerzo y gimnasio. Nada más empezar a hacer pinitos en los grand slam, Nike cambió su indumentaria para reflejar esa juventud y entrega con una equipación muy novedosa, tanto como lo era Nadal: camisetas sin mangas, pantalones por debajo de la rodilla (pirata) y colores muy intensos y con combinaciones de colores más arriesgadas (excepto en Wimbledon, donde hay que ir de blanco por norma).

2004 Australia Nadal
La apariencia de Nadal antes de empezar a ganar rondas en los grandes torneos era más bien anodina.
Nadal apariencia Nike

El estilo de la ropa de Nadal era reconocible a la legua, y duró muchas temporadas. Y de repente, hubo un cambio en su apariencia. ¿Qué pasó? Era final de temporada y en agosto de 2008 Nadal destronaba a Federer de lo más alto del podio para ser él el número 1 del ránking. En el primer torneo de la temporada siguiente, uno de exhibición en Abu Dhabi, Nadal estrenó apariencia de Nike: ni rastro ya de las camisetas sin mangas o de los pantalones pirata para siempre. Camisetas y polos con manga, y bermudas tradicionales formaban parte de su indumentaria habitual. Con muchos premios ganados y siendo el número 1, ya no representaba la fuerza de la juventud que sube sino que era un campeón consolidado del tenis, al igual que Federer, y su apariencia cambió de forma acorde a esa nueva situación de clásico del tenis.

Al llegar al nº1 del ranking, Nike adecuó la apariencia de Nadal a la nueva situación.
Al llegar al nº1 del ranking, Nike adecuó la apariencia de Nadal a la nueva situación.

Y con lo que empezaba este artículo. El torneo de Australia. Federer y Nadal han llevado una equipación casi idéntica en este torneo: pantalón negro, camiseta blanca, mismos calcetines y mismas bambas. En algunos torneos, han llevado alguna prenda similar, sobre todo en color, pero esta vez en la final han ido casi iguales:

Nadal Federer Australia equipacion

El mensaje que parecían transmitir con su apariencia tan similar era: simplemente, son dos colosos con un tenis equiparable. Da igual quien gane, si el de blanco y negro con bambas rojas, o el de blanco y negro con bambas rojas. Y así fue, disputado hasta el final y con puntazos por ambas partes.

En lo que lleva de patrocinio a Nadal, Nike ha sabido elaborar un mensaje no verbal a través de sus equipaciones en cada momento de su carrera. Ha sabido transmitir lo que representaba con lo que era. Toda una evolución de su ropa a la par que su evolución en el tenis.

Y nosotros con este análisis de lenguaje no verbal centrado en la apariencia, ¿qué podemos obtener? Pues recordar que la apariencia es esencial para proyectar nuestra imagen; envía mensajes. Aprender a cuidar la apariencia de modo que refleje lo que somos o, mejor aún, lo que queremos ser. Sobre todo desde el punto de vista profesional y para los que sois marcas personales. ¡En este aspecto, no hay que dejar nada al azar! Yo procuro no hacerlo 😉

Un cordial saludo a todos,

Ana

Nuestra apariencia, comunicación no verbal en estado puro

«¿Qué aparento?» Quizá sea una pregunta que nos hayamos planteado alguna vez. Si no te la has hecho nunca, te invito con este artículo a ahondar sobre uno de los canales más potentes de la comunicación no verbal, y que a mí me gusta trabajar especialmente: la apariencia.

Me da la sensación de que en general lo que tenga que ver con el concepto «parecer» lo consideramos a priori algo rechazable, alejado de la autenticidad. En el refranero español, que me gusta porque suele dar idea de cómo piensa nuestra sociedad, abundan los refranes o expresiones negativos sobre la apariencia:

No es oro todo lo que reluce
El hábito no hace al monje
Caballo grande, ande o no ande
La oveja negra resultó ser la oveja blanca
Un lobo con piel de cordero
De noche todos los gatos son pardos
No todo el que lleva zamarra es pastor

En la misma línea, una de las cualidades que más me demandan en los asesoramientos de comunicación no verbal es precisamente ser percibido como honesto; parecer honesto, en definitiva, aunque en sí misma esta petición pueda considerarse una sutil contradicción.

Sin embargo, en todas las comunidades del globo, ya sean más industrializadas o estén más en contacto con la naturaleza, ya sea la sociedad nipona o la masai, se cuida la apariencia en algún grado y varios aspectos. Los propios animales tienen rasgos de apariencia engañosos que están orientados a la supervivencia: colores intensos que dan idea de lo venenosos que son, insectos que parecen palos, peces que parecen rocas, mariposas con dibujos en forma de ojos en las alas, etc.

Volvamos a los humanos. En una interacción social, la primera toma de contacto con otra persona es la apariencia y se da a través de la vista. Por ese motivo, en las primeras impresiones la apariencia desempeñará un papel esencial sin duda alguna (¿cuántas veces descartamos dirigirnos a alguien solo por su aspecto?) y siempre se recomienda cuidar todos los detalles en ese primer encuentro: una cita romántica, una entrevista de trabajo, un juicio, la venta de un inmueble… Pero la apariencia no es importante solo para formar una primera impresión, sino que en sucesivas interacciones, en casi todas las ocasiones, seguirá siendo clave desde el punto de vista comunicativo.

A través de la apariencia, nos hacemos una idea de cómo es la otra persona, y los demás se hacen una idea sobre nosotros. Deducimos rasgos de identidad, valores, estados de ánimo, personalidad, actitudes, posición económica, ideas políticas… Todo eso sin necesidad de haber pronunciado palabra.

Aunque hay algunos rasgos que podemos adivinar de forma bastante acertada (sobre todo sexo, edad), nuestras deducciones están condicionadas por las experiencias personales que tengamos e incluso por nuestros prejuicios.

Aun así, la apariencia se basa en lo que socialmente está establecido. Por ejemplo, en España si veo a un hombre con un anillo dorado o plateado fino en uno de sus dedos anulares, deduciré que este hombre está casado; si veo una mujer en la cincuentena con el pelo blanco, es decir, sin teñir, es probable que piense que tiene unas ideas concretas sobre la relación mujer-envejecimiento; si veo un bebé con pendientes, creeré que es una niña, y si voy a India y veo a dos hombres cogidos de la mano deduciré que tienen una relación sentimental (aunque allí es una señal de amistad, si no tengo ese conocimiento esa será mi deducción).

¿Y de nosotros? ¿Qué aparentamos cada uno de nosotros? ¿Qué elementos en concreto son importantes en la apariencia? Todo. Todos los elementos de nuestra persona y lo que nos rodea intervienen en la percepción que los demás tengan de nosotros. Hagamos una lista (no exhaustiva) para que podamos ver hasta qué punto todo cuenta en la apariencia:

⇒ Atuendo: prendas de vestir, accesorios, gafas, joyas o ausencia de ellas, llaveros

⇒ Complexión física, tanto del cuerpo como de la cara

⇒ Pelo y piel: barba, bigote o el ir afeitado; peinado, color del pelo, maquillaje o no y qué estilo; tatuajes, bronceado, ojeras, marcas, cicatrices

⇒ Dispositivos electrónicos: teléfonos, tabletas… y sus complementos (auriculares, fundas…)

⇒ Vehículos: qué coche/moto/bicicleta llevamos, y en qué estado lo tenemos

⇒ Oficina: cómo es nuestra oficina, en qué calle o barrio se encuentra, qué muebles y elementos hay en ella, cómo solemos tener nuestra mesa de trabajo

⇒ Vivienda: ubicación, mobiliario, fotografías (¿fotos nuestras?, ¿fotos con gente importante?, ¿fotos de los familiares?), estado, decoración

⇒ Con qué otras personas estamos o solemos ir

⇒ Animales de compañía

⇒ Y más…

Todos esos aspectos hablan de nosotros a los demás y viceversa. Lo natural sería que los valores personales y las cualidades que proyectamos coincidieran, pero no siempre es así y no siempre conviene que sea así, razón por la que la apariencia va bien estudiarla y trabajarla si intuimos que eso puede ayudarnos en algún aspecto de nuestra vida, o percibimos que la imagen que los demás tienen de nosotros no coincide ni nos gusta con lo que creemos nosotros.

Los personajes públicos, sobre todo los políticos, son los que cada vez más tiran de asesoramiento, pues saben que siempre son carne de televisión, fotografías para prensa, vídeos de paseantes, etc. A veces emplean su imagen para hacer «que parezca que…» y otras veces usan elementos de su apariencia como firmes transmisores de un mensaje específico.

En los artículos próximos, de vez en cuando analizaremos a personajes públicos solo desde el punto de vista de su apariencia como elemento de la comunicación no verbal, y podremos valorar juntos la importancia y eficacia de este canal, e ir incorporando conocimientos para aplicarlos a nuestra propia persona.

Un cordial saludo a todos,

Ana