Lenguaje no verbal después del Covid

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¿Cómo nos relacionaremos mientras siga latente y presente el Covid-19 en nuestras ciudades? Llevamos ya 2 meses desde que empezamos en España una situación nunca vivida antes y seguro que la mayoría de nosotros nos hemos «resignado» y adaptado como mejor hemos sabido a las nuevas circunstancias, un cambio que ha afectado a la práctica totalidad de los diversos ámbitos de nuestra vida. Esto en cuanto al presente. ¿Y en el futuro inmediato?

Una bola de cristal no tenemos, ni tampoco sabemos con exactitud qué nuevas normas se aprobarán, pero sí podemos intuir que mientras no se erradique el Covid-19 algunos aspectos de nuestra forma de relacionarnos van a cambiar, y con ellos nuestro uso del lenguaje no verbal y la forma de comunicarnos. Especialmente por el uso de mascarillas y las distancias sanitarias recomendadas.

Estoy segura de que si estuviéramos ahora juntos en una charla o curso, presencial como hasta ahora veníamos haciendo, podríamos poner en común muchos cambios que ya están sucediendo a diario en vuestra comunicación general: reuniones de trabajo, llamadas con amigos… Yo misma, que tengo familia fuera de España, ha sido la primera vez que hemos hecho Zooms con todos; antes lo hacíamos en los cumples solo con el que estaba fuera. Hasta la bisabuela de mis hijos es toda una experta ya en videollamadas con sus biznietos de… 4 a 10 años.

Creo que muchos de estos cambios en la comunicación quedarán integrados, y pronostico que el lenguaje no verbal va a adaptarse también a estos tiempos. Mi pronóstico:

MÁS GESTOS. Los gestos van a ser los protagonistas en la comunicación no verbal. Si vamos a llevar mascarilla a todas partes, y vamos a tener que mantener distancias mayores entre personas, vamos a tener que recurrir a gesticular mucho más para poder apoyar nuestro lenguaje verbal y, en definitiva, hacer el mensaje efectivo. Como cuando vamos a un país del que no hablamos el idioma y recurrimos a manos y brazos con toda normalidad y entusiasmo por tal de hacer entender.

Además, estoy segura de que veremos florecer GESTOS NUEVOS en todos los idiomas. Los gestos que sustituyen a las palabras (gesto de OK, por ejemplo) se llaman «emblemas» y se van creando con el paso del tiempo en las culturas. Imaginaos que tenéis que gesticular que alguien es un caradura: ¿qué gesto harías con las manos? Pues de este tipo de gestos creo que vamos a tener que hacer un glosario bien pronto.

ADIÓS A LA SONRISA. Eso es lo que peor llevo. Lo que me da más tristeza (sí, tristeza ante algo que perdemos…). Las mascarillas tapan esta joya comunicativa que es la sonrisa cordial, que se hace por cortesía y que tiende tantos puentes. Una sonrisa para mostrar que cedemos el paso a alguien, o para agradecer que nos lo han cedido; una sonrisa para saludar por la calle o por la oficina sin mediar palabra… Una sonrisa para mostrar empatía con una madre o padre que está aguantando como puede la pataleta de un niño… ¡Oh, sonrisa! La sonrisa cordial es un elemento muy común y muy útil en la sociedad occidental, y en las culturas mediterráneas, más aún. Carente de emoción pero con mucha intención comunicativa.

Por supuesto, cuando sonreímos «de verdad», no por cortesía sino porque nos sentimos alegres, esa trasciende las mascarillas porque afecta a la musculatura facial superior del rostro: los ojos se empequeñecen y se adivina la sonrisa sentida y la alegría a pesar de la mascarilla. Pero considero que, viendo solamente los ojos, y perdiéndonos la mitad de la expresión facial (la elevación de comisuras labiales y mejillas), vamos a percibirla menos. Especialmente si quien sonríe lleva gafas u otros elementos que se interponen entre los ojos y la otra persona.

El reconocimiento de la mayoría de expresiones faciales emocionales se verá afectado. En comunicación en general, nos apoyamos mucho en la lectura de expresiones faciales: «¿le ha gustado el regalo?», ¿me está mintiendo?», «¿le apetece este plan que acabo de proponer…?», «¿he sido suficientemente persuasor?» A pie de calle al menos, lo tendremos más difícil, pues las expresiones faciales de emociones suelen componerse de movimientos musculares tanto en la parte superior del rostro (ojos y cejas) como en la inferior: boca, barbilla, mejillas…). Leer emociones solo con la mitad del rostro nos costará, pero quizá también nos haga más hábiles con el tiempo, pues escudriñaremos esa parte del rostro y obtendremos claves igualmente. Las emociones básicas serán más reconocibles, pero las complejas… (culpabilidad, frustración, etc.), con toda probabilidad se malinterpretarán.

También me parece interesante que en algún momento dado, podamos guardarnos nuestras emociones para nosotros mismos, si nos conviene, y gracias a la mascarilla queden parcialmente ocultas.

MENOS CONTACTO FÍSICO. O lo que es lo mismo, nos tocaremos menos. En el seno de la familia íntima no bajará el contacto físico, pero sí se reducirá por precaución con personas mayores, en el trabajo, al saludar, en los viajes… Por el tacto se obtiene una enorme información del otro (pensad en el saludo al dar la mano), y nos tendremos que acostumbrar a evaluar otras claves comunicativas para apreciar cómo es y cómo está el otro.

Probablemente será divertido ver aparecer formas de saludarnos nuevas y creativas. Por ahora tenemos el saludo con los codos. ¿Qué otros veremos?

• Por otro lado, como deberemos mantener MÁS DISTANCIA INTERPERSONAL, será menos probable ese contacto físico. Y es probable que una «violación» de esas nuevas distancias lleve aparejada la irrupción en nosotros o en el otro de emociones como el miedo o ansiedad a ser contagiados. Nos tenemos que acostumbrar a ver cómo alguien con el que hablamos de repente da un paso atrás o flexiona la espalda hacia atrás, si nos acercamos; si veis eso, ya sabéis que siente cierto miedo a ser contagiado. Antes podíamos inferir que el desodorante nos había abandonado o habíamos comido algo con aroma indiscreto, y ahora habrá una razón mucho más probable. También nos perderemos los buenos olores de aquellos que huelen bien…

Con las distancias aumentadas, para los más extrovertidos y sociales será algo más difícil entablar conversación con el primer desconocido que pase. Pero bueno, ellos siempre encuentran la manera de hacer amigos, y seguro que se adaptan estupendamente. A mí también me encanta hablar con todo el mundo en el ascensor, en el mercado, y donde sea. Ya os contaré qué tal.

APARIENCIA. ¿Qué pasará con nuestra apariencia, todo el día con mascarillas? ¿Podremos no lavarnos los dientes si comemos arroz negro? ¿Adiós bigotes y adiós pintalabios? Sí. Estoy convencida de que aquellas personas con un estilo más dramático (más llamativo) sabrán acomodarse a la mascarilla y seguir levantando miradas: el pintalabios rojo lo sustituirán por más máscara de pestañas o sombreros más llamativos, peinados más extremados… La cosa es diferenciarse, y que siga así, que suele dar gusto verlos y verlas.

• COLECTIVO FAVORECIDO. ¡No todo son malas noticias! Todas aquellas personas introvertidas están de enhorabuena: por fin, ¡por fin!, podrán disfrutar de mayores distancias, menos vociferio, menos contacto físico… Si intelectualmente el reconocimiento hace años que les había llegado, ahora también van a ser los reyes de lo social: serán el nuevo estándar 🙂

• COLECTIVOS ALTAMENTE PERJUDICADOS. Tengo muy en mente al menos dos colectivos que desde el plano de la comunicación van a verse muy afectados: las personas mayores y las personas sordas. Y ambas comparten particularidades en su día a día. Las personas mayores oyen menos, pueden fácilmente encontrarse solas, y su vida está en la calle: hacer la compra y saludar en la pelu, en la carnicería, en el súper de siempre (aunque el súper no se presta a casi nada positivo a nivel comunicativo y emocional, la verdad). Y en esas interacciones, necesitan situarse cerca para oír, a veces te cogen del brazo para mostrar afecto (aunque seas un desconocido en la pescadería :)…

Las personas sordas, las grandes perjudicadas. Si bien es cierto que muchas pueden comunicarse mediante el lenguaje de signos entre ellas, en su día a día suelen interactuar con cualquier oyente: en tiendas, escuelas, leyendo los labios de la persona con la que interactúan. Y eso SE ACABÓ 🙁 ¡No van a poder leer los labios a nadie! Me temo que este colectivo, por el que tengo mucha simpatía, precisamente por sus habilidades comunicativas, va a sentirse aislado. Desde luego que podrán comunicarse mediante lápiz y papel o escribiendo notas en el móvil, y con gestos. Buenos son ellos, están hechos para salir airosos 🙂 También, son personas que suelen tocar mucho: para llamar a alguna persona, para mantenerla cerca y pendiente en una conversación… Además, al no llevar distintivo, pasan más desapercibidos.

En fin, aquí os dejo cómo interpreto yo que nuestro lenguaje no verbal, en general, va a verse afectado. Seguramente vosotros ya habéis adaptado vuestra comunicación no verbal y podéis aportar vuestra propia visión, así que como siempre estaré encantada de leeros.

Ánimo, cuidaos mucho, y no dudéis en expresaros tanto como podáis, de forma verbal y no verbal, pues las ganas de comunicar nos conecta.

Un abrazo a todos,

Ana

La ronda de preguntas: ese incómodo momento. Análisis no verbal a los directores del Mobile World Congress tras cancelar.

¿Qué supone más estrés, una conferencia o las preguntas de después?

No es casualidad que durante la rueda de prensa ofrecida por los organizadores del Mobile World Congress tras cancelar la edición 2020, en cierto momento su lenguaje no verbal empezara a cambiar. ¿En qué momento? En la ronda de preguntas que hacían los periodistas.

Como siempre un poco de contexto: en un ambiente de alarma generalizada por el coronavirus, en el que algunas empreasas habían anulado su presencia en este evento internacional, era una comparecencia para explicar una decisión controvertida, llena de expectativa y tensión general. No es para menos, siendo que han decidido cancelar un evento que congrega a 110.000 asistentes, 8.000 CEOs de todo el mundo, y que va a suponer pérdidas de 500 millones de euros a multitud de empresas. Me atrevería a decir que nadie sabe bien bien cuáles son las causas exactas y los responsables implicados en esta cancelación.

En la rueda de prensa han estado acompañados por la alcaldesa de Barcelona y otros representantes estatales, autonómicos y de otras instituciones.

Todas han sido unas intervenciones interesantes de analizar tanto desde el enfoque del discurso verbal como desde el punto de vista de la comunicación no verbal. El discurso verbal: preparado de antemano, unos se han centrado en dejar patente la buena gestión de Barcelona, Cataluña y España ante la «crisis» del coronavirus. Por su parte, Max Granryd, director general de GSMA (organizadora del Mobile) y John Hoffman, consejero delegado, han centrado sus declaraciones en las razones de salud y seguridad que les ha llevado a cancelar el congreso; el coronavirus, en esencia. Y todos en sus intervenciones por turnos han resaltado la buena relación que tienen entre ellos (la ciudad de Barcelona, España, Fira Barcelona y GSMA).

Y si bien Ada Colau estaba bastante nerviosa al inicio, los protagonistas desde el punto de vista del lenguaje no verbal han sido los 2 organizadores del Mobile. Pero no tanto durante su comunicado, que llevaban preparado y en parte por escrito, sino al pasar a la incertidumbre de tener que responder a las preguntas de los periodistas allí congregados.

Volviendo a la pregunta inicial, ¿qué conlleva más nervios para un ponente, su intervención o las preguntas de después? Parece ser que frecuentemente la ronda de preguntas lleva aparejada cierta ansiedad, quizá por la incertidumbre de no saber qué te van a preguntar, el hecho de no poder preparártelo bien antes, de tener cámaras que graban para siempre…

En esta ocasión, las 9 preguntas hechas por los periodistas iban directas a la yugular, insistiendo sobre todo a los organizadores del Mobile (6 de las 9 preguntas) sobre su responsabilidad de asumir los costes derivados de la cancelación, y las causas reales de tal decisión. Preguntas bastante contra las cuerdas, que les han hecho a los del GSMA pasar de un lenguaje no verbal de una tensión controlada a otros elementos no verbales que denotan otro estado de ánimo.

Encontramos un gesto recurrente: tocarse la nariz. ¿Están mintiendo? En el afán de poder discernir de forma clara y unilateral si alguien miente, corren por ahí bastantes mitos sobre qué elementos del lenguaje no verbal delatan al mentiroso… Y el gesto de tocarse la nariz es un mito más. Sí que si alguien miente quizá, en la tensión de poder ser descubierto, se toque la nariz, pero no significa que si alguien se la toca, esté mintiendo 🙂

Entonces, si no es mentir, ¿qué significa? Aunque no podemos nunca adjudicar 1 significado unívoco a 1 gesto, en este contexto el llevarse la mano por la cara y tocarse la nariz podemos interpretarlo como una incomodidad realmente intensa. Pasar un mal rato, en definitiva. Ya sea por ansiedad de no querer revelar más información, o por irse irritando ante la insistencia de los periodistas, la incomodidad es evidente y nos hace pensar.

Los organizadores del Mobile han tenido la capacidad de responder con un lenguaje verbal coherente, solvente y al final algo tajante. Pero su lenguaje no verbal ha delatado una tremenda incomodidad. Tanto es así, que al saber que se daba por terminada la ronda de preguntas, Granryd ha respirado de alivio vistosamente.

MWC 2020 ronda preguntas gestos

Este gesto tan común no solo lo hemos podido ver en el director general de la institución que organiza el Mobile, sino también en uno de los responsables de Fira Barcelona al ser preguntado también sobre las cuestiones monetarias, pérdidas, costes… Misma temática de las preguntas, misma emoción y mismo gesto…

MWC lenguaje no verbal

Ay el dinero, ese asunto que tanto mueve y conmueve.

Espero que os haya sido útil esta precisión. Y estoy convencida de que desde ya mismo podréis fijaros en vuestros interlocutores y asociar el gesto de tocarse la nariz cuando un tema, quizá banal para vosotros, a otro le resulte embarazoso o complicado de tratar. En ese caso, os recomiendo aplicar cuanta más inteligencia emocional posible.

Saludos muy cordiales como siempre,

Ana

Los gestos de Macron como ejemplo de lenguaje no verbal mejorable

Los gestos que hacemos al hablar son importantes. Y los que no hacemos también. Emmanuel Macron, presidente electo francés, nos va a servir hoy de ejemplo de cómo los gestos pueden enriquecer o empobrecer el global de la comunicación al hablar.

Emmanuel Macron ha llegado de forma fulgurante al Elíseo pero sigue siendo un gran desconocido para muchos. He estado viendo algunos vídeos en los que antiguos profesores lo describen como a alguien con grandes capacidades en el lenguaje, entre otras. Escuchándole hablar podemos decir que efectivamente su expresión verbal es rica y sus discursos (probablemente no los haga él todos), bien elaborados. Sin embargo, veo en sus apariciones que lo que le falta son habilidades de comunicación no verbal: a día de hoy su lenguaje no verbal es mejorable.

Quizá uno pueda plantearse qué más dará el lenguaje no verbal, si ha llegado a ser elegido presidente, y que tan mal no comunicará. Es cierto que ha llegado adonde quería, pero aún le queda un largo recorrido de cara al público en el que seguir explicando un programa no siempre comprendido. La comunicación no verbal sobre todo le ayudará (nos ayuda) a transmitir de forma mucho más eficaz el mensaje.

El día 9 de mayo, día de Europa, Macron publicó un vídeo en el canal de Youtube de En Marche, en el que hablaba de la importancia de la creación de lo que hoy es la Unión Europea en 1950 y de que Europa tome un nuevo enfoque de cara al futuro. El vídeo se llama «Refonder notre Europe» y dura 5.36 mins. Aunque el discurso es interesante y está bien construido, resulta un poco aburrido de escuchar. Se echa en falta un lenguaje no verbal más presente, en concreto, una gesticulación más variada y dinámica (aunque también otros aspectos).

¿Qué hace Macron que nosotros debemos evitar cuando nosotros intervenimos ante un público, ya sea en una conferencia, en un juicio o en un vídeo?

Si en varios discursos se agarraba al atril con ambas manos y de ahí apenas las movía, en este vídeo las manos siguen sin servirle como herramienta comunicativa. Veámoslo en 4 puntos:

1. Inmóvil

Con los brazos bajos y sin movimiento, las manos no salen en el encuadre y resulta difícil la escucha:

gestos Macron ausencia
Macron habla sin ningún tipo de gesto durante 26 segundos, y en otros momentos del discurso.

2. Manos entrelazadas

La mayor parte del tiempo habla con las manos entrelazadas delante del pecho, con los dedos por fuera o por dentro. Las mueve arriba y abajo pero siempre cogidas. Estos gestos podemos interpretarlos como nerviosismo que le hace ponerse las manos como escudo ante el público:

Macron gestos manos
Macron llega a estar hasta 40 segundo con las manos entrelazadas así.
Macron gestos

3. Pocos gestos ilustradores

Es habitual, al hablar ante un público o cámara, empezar algo nerviosos y luego irnos relajando. Como la gesticulación va en parte ligada a nuestro estado emocional también tiene una evolución a lo largo del discurso. El vídeo presenta varios cortes y podríamos pensar que a partir de la mitad alguien le ha prestado algún tipo de rápido asesoramiento en su comunicación no verbal: emplea más gestos ilustradores, que enfatizan el mensaje ayudando a despertar interés.

Los gestos ilustradores son aquellos que apoyan el mensaje y están relacionados con lo que se está diciendo; es decir, hay una coherencia entre lo verbal y lo no verbal. Por ejemplo, al hablar del futuro sería normal situar la mano hacia delante de nuestro cuerpo. Macron apenas emplea gestos que acompañen su discurso verbal. Por ejemplo, cuando habla de refundar Europa yendo más lejos que en 1950, al mantener las manos entrelazadas apenas es perceptible el pequeño movimiento de manos que hace y pierde ocasión de enriquecer su discurso:

Macron lenguaje no verbal gestos

Otro gesto ilustrador típico es contar con los dedos a la vez que se hace una enumeración verbal: una lista de algo. En este caso, Macron habla de 3 conceptos pero solo le siguen las manos en el primer punto; luego las vuelve a entrelazar.

gestos Macron enumeracion
Ayudarse de las manos al enumerar ayuda en el seguimiento del mensaje.
gesto Macron ilustrador
En la segunda mitad del discurso, emplea más gestos que enfatizan el mensaje verbal.

4. Se sujeta las manos

En la misma línea de entrelazar las manos en el centro, se recoge las manos en varias ocasiones, a veces apretándoselas lo que indica cierta tensión. Si tendemos a sujetarnos las manos, haremos menos gestos.

Como dato curioso (siempre sale algún dato curioso en los análisis), en una de las veces que junta sus manos en el centro se frota las manos mientras dice en su discurso verbal: «Que nosotros continuemos siendo este ejemplo en el mundo entero». Frotarse las manos se puede interpretar, y aplica en este contexto, en el sentido de que se tiene expectativas positivas en la idea que se está diciendo u oyendo.

Macron gestos frotarse manos
«Que nosotros [Unión Europea] continuemos siendo este ejemplo en el mundo entero.»

Resumen y conclusiones:

• Nosotros, si tenemos que hablar en público o ante una cámara y tenemos cierta inseguridad (probable), debemos tener presente que lo verbal y lo no verbal deben ir de la mano.

• En concreto, la gesticulación va a ayudar mucho a que nuestro mensaje verbal se vea reforzado, y eso ayudará al público a seguir y comprender nuestro discurso mejor.

• Si estamos muy nerviosos y nos asesoran juntar las manos en el centro, hay que tener cuidado pues corremos el riesgo de dejarlas «atadas» así durante mucho tiempo y empobrecer nuestra intervención. Aunque al principio las manos puedan temblar un poco, desde lejos apenas es perceptible y el temblor suele pasar al cabo de poco de haber empezado a hablar.

• Ante la duda, mejor mover más las manos que menos.

Gestos ilustradores son aquellos que acompañan el discurso verbal, lo dibujan con las manos, para ayudar al interlocutor a seguirnos y enfatizar nuestro mensaje. Estos no pueden faltar cuando hables.

• Aunque después haya alguien entre el público, o alguien como yo que analiza, que pueda detectar algún gesto más o menos oportuno, es mejor gesticular que estar inmóvil.

Si tenéis alguna intervención, cursos o conferencias no dudéis en aplicar lo que acabamos de comentar. ¡Las manos son parte de vuestro discurso!

Un cordial saludo,

Ana

Comunicación no verbal: los analistas no analizamos las 24 h

Algunos amigos me lo han confesado. Y la verdad es que de agradecer que me lo digan (y me hace cierta gracia): algunas personas con las que interactúo (amigos, conocidos, colaboradores…) me tienen cierto respeto. Temen que en cada momento y ocasión de estar juntos, les esté analizando. Tanto sus gestos y posturas como su atuendo. Temen explicar según qué cosas delante de mí, o se agobian de que ese día que se encuentran conmigo justo no van (según ellos) “suficientemente” bien arreglados…

Están en un error. Yo solo pongo el chip de analizar/asesorar cuando me contratan. Y no es porque si no hay un cheque delante no vaya a mover un dedo, no. Es simplemente porque para analizar, hace falta previamente recopilar datos: haber hecho muchas preguntas, cuál es el caso concreto, entender el contexto… No hay un “bien” o “mal” ni en comunicación no verbal ni en imagen personal.

La que repita look en 3 cenas, sus motivos tendrá. A lo mejor simplemente se pone el mismo traje porque es de la tienda de una amiga y quiere darle publicidad. O no tiene tiempo de ir a comprar. O le sienta como un guante y le hace sentir bien. O es una discreta ecologista poco amiga del consumismo… Sea lo que sea, un analista no está pendiente de qué llevan sus conocidos en una cena. Yo cuando voy a un plan, ¡estoy pendiente de estar con mis amigos y a ser posible de poder tomar algo!

Y lo mismo para posturas, etc. Si alguien me explica algo, no estoy escudriñándole mientras habla a ver si levanta una ceja y luego cruza los brazos, etc. Estoy escuchando atentamente porque me interesa lo que me cuentan. Y es que además, en muchos casos, para poder analizar el comportamiento no verbal necesito horas de ver y volver a ver la misma secuencia, ¡y a cámara lenta!

Supongo que a todos nos pasa con algunas profesiones de los demás. Con el que es inspector de hacienda, el que es chef… Pero por si acaso, prefiero comentarlo aquí con vosotros, por si sirve. Los analistas en comportamiento no verbal no trabajamos las 24 h, o al menos yo no. Así que si estás conmigo… ¡relax!

Saludos muy cordiales a todos,

Ana